lunes, 1 de octubre de 2012

TAWANTIN: TETRALECTICA

De Ser Humanidad a Ser Tierra
 
Los Incas sintetizaron sus principios de vida en la palabra quechua TAWANTIN (tetralidad o tetraléctica). Incluso denominaron a su inmensa nación con el nombre de Tawantinsuyu, que significa Unión (Ntin) de las Cuatro (Tawa) Partes o Regiones (Suyu). La palabra aymara Pusisuyu hace la misma referencia, pusi es cuatro y suyu es región.  En ambos casos vemos que el cuatro es el eje, lo que nos lleva a preguntar: ¿es el cuatro un número casual o entraña algo fundamental?  ¿Qué llevó a los Inkas a denominarlo así?. ¿Es la única nación que le ha dado importancia al cuatro? La respuesta podría ser sencilla y profunda: la naturaleza está enmarcada dentro de una estructura en la que el cuatro es un punto constitutivo referencial: los cuatro elementos, las cuatro direcciones, las cuatro estaciones, los cuatro cuerpos (corporal, mental, emocional, espiritual), las cuatro grandes masas (sol, luna, tierra, océano), las cuatro lunas (llena, menguante, nueva, creciente), etc. 
 
Por su parte, los científicos modernos hablan de que el código de nuestro ADN está compuesto de sólo cuatro moléculas, llamadas bases: adenina (A), citosina (C), guanina (G) y timina (T).  Dicen que el 99% de nuestro cuerpo está compuesto de hidrógeno, oxígeno, carbono y calcio. Nuestros cerebros experimentan cuatro estados de conciencia: vigilia, sueño, sueño sin sueño, y lucidez cuando estamos empezando a dormirnos o despertarnos. Cuatro estados principales de conciencia ampliada: Alfa, Beta, Delta y Teta.  El cuerpo físico se va conformando a través de cuatro niveles: células, tejidos, órganos, criaturas. En el cosmos hay cuatro fuerzas fundamentales: el electromagnetismo, la energía nuclear débil, la energía nuclear fuerte y la gravedad.
 
En la cruz de los opuestos (chakana) esta simbolizada la naturaleza de la vida: arriba-abajo, derecha-izquierda, lo que representa dos tipos de oposiciones en dos formas, lo que da cuatro representaciones. La palabra "naturaleza" significa "aquello que nace", y todo nacimiento en la naturaleza está configurado en la cruz complementaria, la que establece nuestra existencia física finita tanto en el tiempo como en el espacio. A este principio, según la situación lo podemos también denominar: cuádruple, cuadripartito, cuaternidad, tétrada, tetradimensional,  tetraléctica, tetraconciencia…
 
El nawi ollin de los Aztekas
 
En general todos los pueblos de Amaruka (América) y de todo el mundo lo entendieron así. Los antiguos habitantes de México lo describieron en lo que denominaron NAWI OLLIN, que quiere decir: Cuatro Movimientos y está representada como una cruz con sus cuatro brazos diagonales. Esta cruz es un símbolo muy ancestral y hace referencia a los cuatro soles o eras vivida, dentro del movimiento permanente del mundo y de la existencia en general. Se expresa como un 4 que está siempre moviéndose para dar lugar al 5, la quinta esencia o el Quinto Sol. 
 
El Nawi Ollin es la energía que todo ser vivo contiene, es la Energía Creadora que refleja la armonía y equilibrio en todo cuanto existe en la vida o en la naturaleza. En la tradición nawatl a la energía se le asocia con la serpiente, considerando el movimiento de la energía en forma ondulante y tiene una connotación de sagrada. Todo lo contrario a la interpretación que hicieron los sacerdotes católicos en el pasaje bíblico con la supuesta tentación que hace la serpiente a Eva. En la tradición judía de la khábala también se hace referencia a la energía intuitiva representada en la mujer como un estadio superior, que posteriormente en el mito bíblico sería todo inversado y amputado dentro de un estereotipo patriarcalista. 
 
En la tradición Maya también hay un símbolo que consta de cuatro puntos unificados por un quinto, centro de contacto de la Tierra y el Cielo. La imagen procede de Ek Balam, Ciudad de los Seres con Alas, en Yucatán. Y también en la leyenda Ometeotl, se hace referencia a la esencia dual de lo masculino y femenino, la que a través de la primera pareja se desdobló en 4 hijos, entre los cuales encendieron una gran hoguera y de ahí se inició la vida de nuestro Sol. De acuerdo a la moderna teoría de Einstein, el átomo de hidrógeno se forma de 2 (+ , -), la cual a su vez se desdobla en 4 para tornarse en Helio, quedando un residual de masa que al transformarse en energía enciende la hoguera del Sol.

La Tetractis Griega
 
Para el filósofo-matemático Pitágoras (580 a.n.e. – 495 a.n.e.) los números también eran cualidades que describían, no solo la naturaleza del cosmos sino también la naturaleza de cualquier sistema, incluido el ser humano. El modelo matemático concebido por Pitágoras y conocido como la Tetractis, es uno de los modelos más importantes que existen en la tradición occidental. Es un símbolo muy rico, de muchas capas, con una gran cantidad de significados, relaciones y correspondencias. Pitágoras creía que la naturaleza de todas las cosas podía ser comprendida y descrita de acuerdo a los poderes del uno, del dos, del tres y del cuatro, como una secuencia de la creación que se va revelando. También sostenía que el poder del número diez yace en la tétrada: si se comienza por la unidad y luego se le añaden los números sucesivos hasta cuatro, se completa el número diez. De modo que el número formado por la unidad reside en la década, pero potencialmente en el cuatro. Los pitagóricos solían invocar a la tetractis como el juramento más exigente: “más aun, por aquel que dio a nuestra alma la tetractis, origen y raíz de la eterna naturaleza”.
 
Más claramente, la tetractis consiste en la adición de los cuatro primeros números y que da como resultado el número diez: 1+ 2 + 3 + 4 = 10. La tetractis es una palabra griega que significa literalmente “número cuatro”, sinonimia de quaternión (cuaternario) que se aplicaba a un símbolo creado también por Pitágoras y que se compone de diez puntos distribuidos en forma triangular. Pero estos números no son simplemente cuantitativos sino que también son arquetipos de número: la unidad, la dualidad, la trinidad, y la cuaternidad. Cada uno vislumbrado como un todo o a su vez como especificidad en sí mismo y con su propio significado cualitativo.
 
Los cuatro elementos primarios
 
El filósofo matemático Empédocles (aprox. 450 A.C.) fue quien estableció el sistema de los cuatro elementos primarios: fuego, aire, agua y tierra. Su propuesta se basó simplemente en la observación de las cualidades del mundo físico, determinado en dos pares de opuestos: húmedo y seco, caliente y frío. El fuego fue considerado el resultado de la combinación de lo seco y lo caliente, el aire fue creado de lo caliente y lo húmedo, el agua de lo frío y lo húmedo, y la tierra de lo frío y lo seco. A cada uno de los cuatro elementos también los asoció con las cuatro estaciones, considerando a la tierra como más densa y pesada que el agua (mares, lagos, ríos). Tanto la tierra como el agua tienen masa y peso, su dirección es hacia abajo y se les ha asociado con el polo negativo, femenino y pasivo. Sobre la tierra y el agua se encuentra el aire con su natural movimiento hacia arriba. Y en el aire están los cielos luminiscentes: el Sol, las estrellas y los planetas, lo que explica por qué los elementos de aire y fuego han sido asociados con el polo positivo, masculino y activo.
 
Medicina de los cuatro humores
 
Hipócrates por el año 400 a. C. y miembro de la gran escuela médica de la isla de Kos, ideó la medicina de los cuatro temperamentos o humores: colérico, melancólico, sanguíneo y flemático. Sistema médico usado para describir el temperamento, la psique y psicología del ser humano. La terminología de la medicina griega ha tenido eco hasta la actualidad, utilizando palabras como flemático, sanguíneo y melancólico para describir el "temperamento" de alguien o cuando se hace referencia de alguien que es "temperamental". Algo parecido, es cuando se dice de una persona que está "en su elemento" o "de buen humor o "de mal humor", de esta manera estableciendo la relación psicosomática que existe en todo.
 
La teoría de los cuatro humores o humoral fue adoptada por los filósofos y físicos de las antiguas culturas griega y romana. La teoría humoral fue el punto central para los físicos y médicos europeos hasta la llegada de la medicina moderna a mediados del siglo XIX. La teoría hace referencia a que el cuerpo humano está lleno de cuatro sustancias básicas, llamadas humores (líquidos), cuyo equilibrio indica el estado de salud de la persona. Así, todas las enfermedades y discapacidades resultarían de un exceso o un déficit de alguno de estos cuatro humores. Estos fueron identificados por cuatro líquidos: la bilis negra, la bilis, la flema y la sangre. Cada uno de los cuatro humores aumentaba o disminuía en función de la dieta y la actividad de cada individuo. Para ellos, cuando un paciente sufría de superávit o desequilibrio de líquidos su personalidad y su salud se veían afectadas.
 
Lamentablemente esta tetractis o tetralidad milenaria de las culturas ancestrales griegas sería posteriormente fraccionada y reducida a una dualidad o dialéctica cuando Platón inventó los diálogos. Desde ahí se ha ido dividiendo y especializando más al conocimiento, y en apenas 2000 años de ejecución del proyecto civilizatorio hemos llegado al monismo. La tetractis griega fue abolida como de igual manera la tetrarquía romana para formar la autodenominada civilización occidental de corte monárquica, monoteísta, monopólica, megalómana y monomaníaca. Monismo que ha invadido el mundo entero bajo diferentes formas, y que ahora se estrangula entre el monoteísmo cristiano y musulmán, y la monocracia occidental con la oriental. Todas ellas las dos caras de la misma moneda o raíz.

El Tetragrama

Para el judaísmo el número cuatro es también muy importante,  tanto es así que el nombre del Dios de los judíos es el tetragrama, término griego que significa cuatro letras. La primera mención de este nombre se encuentra en el libro del Génesis y se traduce generalmente como “el Señor”. Debido a que durante mucho tiempo los judíos consideraron una blasfemia el pronunciarlo, los textos hebreos sólo incluyen las consonantes. Algunos estudiosos modernos conjeturan que se pronunciaba iajuéj, y que las cuatro letras hebreas se llaman yod-hei-vav-hei, o también se transcribe como YHWH.
 
Cabe anotar que el tetragrama también es una pauta musical formada por cuatro líneas paralelas horizontales, rectas y equidistantes sobre las que se escriben las notas y demás signos musicales siguiendo la notación cuadrada medieval. Fue en el siglo XI cuando surgió el tetragrama, sistema inventado por el monje benedictino Guido de Arezzo (Italia, 990 - 1050), tomando como punto de partida el himno de las vísperas de la fiesta de San Juan Bautista.

Las cuatro vidas del hinduismo

Para la tradición hindú, el hombre atraviesa por cuatro etapas durante su existencia, que van desde el aprendizaje hasta la completa espiritualidad. Según la tradición hindú, el hombre debe fraccionar y dividir su vida conforme a cuatro principios fundamentales denominados ashranas o las cuatro etapas de la vida. Partiendo de la base de que el ser humano vive 100 años, éstos tienen que estar distribuidos en 4 niveles: los primeros 25 años de la vida es para estudiar, los siguientes 25 años para la vida de casado, lo 25 años subsiguientes a la vida retirada y los últimos 25 años a la vida de la renuncia.

Los cuatro reinos nobles budistas

Dentro de la tradición majaiana de la cosmología budista, tenemos a los cuatro estados o reinos nobles o superiores que forman parte de los diez reinos espirituales. Los cuatro estados nobles son: aprendizaje, comprensión, bodhisattva y budeidad. Estos mundos se activan por medio de la búsqueda, descubriendo y aspirando a ellos, es decir, se caracterizan por la creencia de que los humanos necesitan hacer un esfuerzo para llegar a ellos a partir de sus vidas.

Los 4 tipos psicológicos de Jung

Modernamente encontramos a Jung, quién también dio al número cuatro o a la cuaternidad una descripción de la manera en que la mente consciente se orientaría:  “Cuatro como el número más pequeño, por el que puede crearse orden, representa el estado pluralístico del hombre que aún no ha alcanzado la unidad interior, de ahí el estado de esclavitud y desunión, de desintegración y de estar dividido en diferentes direcciones - un estado agonizante y no redimido que anhela unión, reconciliación, redención, sanación y totalidad.” C.G. Jung, Psychology of the Transference, p. 46
El modelo de los cuatro tipos psicológicos de Jung se expresa en dos pares de opuestos. En la estructura cuádruple de la psique: la intuición es el polo opuesto de la sensación y el pensamiento es el polo opuesto del sentimiento. Según Jung, "es el tipo psicológico personal el que desde un comienzo determina y limita el juicio" de una persona. Para él, si una función psicológica en particular era consciente y estaba sobre desarrollada, era probable que la función opuesta permaneciera inconsciente, desconocida e indiferenciada. La misma conteniendo cualidades poderosas de la sombra que a menudo terminaban por dominar la vida del individuo. Por lo tanto, los intuitivos eran propensos a tener a la sensación como sombra y viceversa; y en el mismo sentido los pensativos con el sentimiento e inversamente.

La tetraconciencia andina

El tawantin también entendido como los cuatro arquetipos principales de la consciencia humana: la conciencia de unidad, la conciencia de dualidad, la conciencia de trinidad, y la conciencia de cuaternidad. El tawantin tiene un paso más que la tetractis y su decálogo, pues los amautas andinos siguieron manejando cuatro dígitos pero sumando de otra manera: 1 + 2 + 3 + 5 = 11, con lo cual determinaron otra variable más contundente que el 10, pues el número 4 y el 10 son divisibles y finibles, en cambio el 5 y el 11 son números primos que determinan la infinitud impredecible.

La Tetractis griega y la tawantin andina son un modelo útil en el proceso del despertar de la conciencia, también similar a las distintas etapas o procesos reconocidos por los alquimistas, el tao, el zen, el ayurveda, el tolteka, etc. El proceso consiste en identificar y diferenciar a cada uno de los distintos niveles, no para separarlos o dividirlos sino para unirlos conscientemente. Después del proceso de diferenciación y de oposición, la tarea subsiguiente es integrar a los distintos niveles en la totalidad consciente. Siendo la cuaternidad el punto de encaje de otros niveles o dimensiones, de penta, sexta, séptima… y hasta onceava dimensión, aunque los quánticos modernos hablan de 26 dimensiones, lo que para nosotros serían consciencias. 
 
Advirtiéndose que actualmente (año 2012) es el inicio de la cuarta dimensión o conciencia tetraléctica reunificada. Hasta antes fueron procesos parciales y locales en su condición de ser humano particular(1), comunitario(2), regional(3), y ahora en una etapa global(4) como ser humanidad completa. Los cuatro niveles primarios son: la conciencia individual, la conciencia comunitaria, la conciencia continental y la conciencia planetaria. Es el salto de la conciencia parcial a una conciencia total, lo que implica el paso de Ser Humano a Ser Humanidad y de allí a Ser Tierra para finalmente Ser Cosmos. Todos los cerebros humanos conectados conscientemente para sintonizarse con la conciencia biosférica y la conciencia cósmica (Tawantin). Una nueva humanidad en otra etapa de su ciclo, con nuevos desafíos y quehaceres para seguir activando su consciencia, la cual posteriormente será de quinta dimensión. Y así sucesivamente en su proceso de activación o de despertar total, concepto muy diferente al de tipo occidentano que concibe el cambio como desarrollo o evolución, de ahí dos estilos y formas de vida: el aquí - ahora (presente) y el del futuro desconocido.
 
Atawallpa Oviedo Freire

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