jueves, 27 de septiembre de 2012

AYURVEDA – TAO – ZEN - FILOSOFIA - SUMAKAWSAY ---- CONOCIMIENTO DE LA VIDA - EL CAMINO - AMOR A LA SABIDURIA - VIDA PLENA



Las grandes culturas que se reconocen actualmente, no solo han dejado grandes obras materiales que reflejan un alto conocimiento de una ciencia en particular, sino que detrás de esas ciencias o técnicas existieron una serie de saberes que se entretejieron en algo más profundo que es la conciencia ampliada. Hoy se hace hincapié y se determina la capacidad de un pueblo por su nivel de información y de conocimientos adquiridos, antes se lo hacía por el nivel de sabiduría y de espiritualidad despertada o activada. Hoy importa más la tecnología o lo formal (tecnomórfico), antes lo consciente o lo esencial (sabiduría).
Las culturas milenarias que superviven hasta ahora, elaboraron o sistematizaron una serie de principios a medida que se fueron internando en la naturaleza, y a medida que la conocían más se daban cuenta de lo poco que sabían. Cada vez que profundizaban en la sabiduría de la naturaleza eran más conscientes del poder limitado del cerebro humano para conocerla verdaderamente, mientras más la conocían más insignificantes se sentían y por ende más respetuosos de las mistéricas de la naturaleza. Hoy sucede todo lo contrario, los científicos creen conocer la naturaleza y se sienten superiores a ella. Creen que pueden dominarla y lo único que han conseguido es más virus, más enfermedades, más dependencia, más soledad. Frente al límite al que ha llegado la ciencia oficial y de todo el mecanicismo reinante en el período denominado civilización, están renaciendo las culturas primordiales o sabias que se formaron en miles de años y que no pueden perecer, y si es que perecieran sería consecuencia de la autodestrucción total del ser humano. Mientras las culturas vitales tienen más de 5000 años de actualidad y siguen vigentes, la civilización o sociedad monarquiteista tiene apenas 2000 años y ya se encuentra en decadencia o degradación.
EL AYURVEDA
La cultura védica e hindú a todo su pensamiento y sentimiento lo sintetizaron en el término AYURVEDA, palabra ésta que viene del sánscrito y que significa conocimiento de la vida, Ayus: vida y Veda: conocimiento. Los Vedas son el acervo de sabiduría de los más antiguos de la Tierra y que sigue vigente en la mayoría del pueblo Hindú.  El Ayurveda reúne la sabiduría de los antiguos maestros de la India, que iniciaron su tradición muchos siglos antes de que se construyeran -por ejemplo- las pirámides egipcias, la cual ha sido transmitida de generación en generación principalmente por vía oral y también escrita en el denominado libro sagrado de los Vedas: los Upanishads.  El Ayurveda se práctica desde hace más de 7000 años en la India y su campo está orientado a todos los ámbitos de la vida: médico, espiritual, matemático, astronómico, agrícola, etc. “El principio rector del Ayurveda establece que la mente ejerce una influencia profunda sobre el cuerpo y que para vernos libres de enfermedad debemos conectar con nuestra propia conciencia y equilibrarla, para luego extender ese equilibrio al cuerpo.” Deepak Chopra, en Salud Perfecta. 
EL TAO
La inmensa nación de la China tiene varias tradiciones, siendo el Tao y el Zen las más reconocidas y que resumen los principales fundamentos de su concepción de  vida. Su origen se lo calcula como mínimo hace 7000 años y se postula como principales compiladores a Lao-Tsé, Fu-Shi, Sheng-Nung. Algunos dicen que la palabra Tao es intraducible pero hay otros que dicen que significa “camino”. Sin embargo se ha especulado otros conceptos: Lo absoluto, La realidad última, El orden cósmico total, Lo inmutable. El taoísmo se refiere a la esencia primordial o al aspecto fundamental del universo; es el orden natural de la existencia, que no puede ser nombrado, en contraste con las incontables cosas "nombrables" en las que se manifiesta.
El Tao es el «camino de la naturaleza» o «camino de los cielos». Los sabios como Lao-Tsé y Confucio predicaban el abandono del camino personal, para seguir -en su lugar- el «gran camino». El Tao es el principio que ordena el incesante flujo de cambio, siendo ese el origen de todo. El cambio es el flujo constante del ser al no ser, de lo posible a lo real, del yin al yang, de lo femenino a lo masculino, y viceversa. El símbolo del tao, llamado taijitu, está constituido por el yin y el yang confluyendo en un círculo. Debido a esto, también es la constante que abarca todos los aspectos de la realidad, por lo que en este sentido se lo puede comparar con el concepto de Totalidad. El concepto totalizador del Tao sirve para definir el «orden natural», que el taoísmo propone como el funcionamiento armónico de la naturaleza, siendo así el Tao el ejemplo a seguir que los taoístas toman para aplicarlo a los diferentes aspectos de la vida.
LA FILOSOFIA
La cultura griega antigua -particularmente la cultura Jonia- recolectó toda la sabiduría ancestral de lo que hoy se podría llamar el “lejano occidente” (Grecia, Turquía, Siria…) en lo que los Milesios (Tales, Anaximandro y Anaxímides) llamaron FILOSOFIA, palabra ésta que posteriormente sería redefinida y popularizada por Platón. Término que viene del griego y significa sophos: sabiduría y philos: amor, lo que podríamos traducir como Amor a la Sabiduría, o también como la Sabiduría del Amor. En la Filosofía se sistematizó la percepción de la realidad de estos pueblos que vivieron frente al Mar Mediterráneo por miles de años. También tenían una visión cósmica vitalista y su sabiduría estaba en relación a su nivel de profundidad con la naturaleza.
La sabiduría del amor (filosofía) de los griegos tiene más de 5000 años de antigüedad, aunque hace 2500 años tomaría otro giro con los clásicos (Sócrates, Platón, Aristóteles…) quienes transformaran la ancestral Filosofía en la civilizatoria Logología, al rebasar la sabiduría (sophos) en racionalismo puro (logos). El logos griego al unirse con el derecho romano y con el dogma semita configuraron la denominada civilización occidental, de posición mecanicista, lógica y reduccionista. Sin embargo la siguieron denominando Filosofía pero dentro de otros contextos de la original y milenaria sabiduría.
E incluso, posteriormente seria auto declarada como la única y universal ciencia, con lo que perdió todo su amor a la sabiduría para convertirse nada más que en pura técnica y formalismo. “La definición etimológica revela dos aspectos que en la concepción moderna (posrenacentista) casi desaparecieron totalmente: filosofía tiene que ver con amor y sabiduría. El primer aspecto enfatiza una pasión, un compromiso, un sentimiento profundo, una conmoción existencial, o hasta podríamos decir: una fe (aunque no en sentido religioso común). Y el segundo aspecto subraya el nexo necesario con la experiencia vivencial, la madurez personal, la riqueza experimental, la meditación profunda e incondicional.” Josef Estermann, Filosofía Andina.
EL SUMAKAWSAY
El mundo andino o del tawantinsuyu también configuró la rica manifestación de su sabiduría en lo que se ha denominado “la cosmovisión andina” pero que lo más apropiado es circunscribirlo a un nombre propio, existiendo varios -como igual en las otras culturas- según la época o la región o la proyección: Tawantin, Amawta, Yachay, Kapak, Sumakawsay. Siendo esta última la que podría sistematizar o circunscribir a las anteriores, y que significa Vida Plena o Vivir en Plenitud.
El pueblo andino se guía en su sabiduría por una relación concreta, directa y práctica con la naturaleza, la cual ejerce una función vital para su pervivencia y desenvolvimiento. El ser humano andino o runa existe para ser un engranaje más entre todos los miembros de la naturaleza y su propósito accionario es estar en armonía y equilibrio con ella en cada acto y manifestación de la vida. El rasgo fundamental del Sumakawsay es la relacionalidad, al entender que todo es relación y que el tipo de relación determina el tipo de vida de cada grupo humano. La sabiduría andina del Sumakawsay o Vivir en Armonía establece como fundamento de vida a la “armonía de complementarios” como la conciencia ampliada de estar en correspondencia y reciprocidad con las leyes de la naturaleza de la realidad y la realidad de la naturaleza.
El sumakawsay es el camino de la vida plena, entendiendo como plena a la totalidad interrelacionada, no a la totalidad absoluta (totalitarismo) sino a la simbiosis en que se expresan cada uno de los seres de la vida en su coparticipación recreativa. Es decir, cada ser existe en la medida del otro, nadie es independiente o libre sino que todos están porque existen los otros, y fruto de ese acoplamiento se recrea la vida infinitamente. Siendo ese el propósito humano el ser capaz de compaginarse más estrechamente con la naturaleza para vivir a su ritmo y cumplir el destino humano de expandir su conciencia hasta estar en una totalidad consciente.
Sus principios de vida están en activar o encender a la sabiduría de los elementos de la naturaleza que vive en cada ser humano. Es entrar en el poder de la creación para convertirse en recreadores de su propio destino. Es fluir en la ley de la vida para ser ella en forma consciente, es decir, que no camina por una ética o una moral sino por el conocimiento y el manejo interiorizado de las leyes de la naturaleza. El ser andino no crea leyes humanas sino que intenta acoplarse a las leyes del infinito para estar en la infinitud de la conciencia despierto totalmente.
Y así otros pueblos, que a su sabiduría la llamaron Tolteka, Nawi Ollin, Tantra, Sufi, Kabala, etc., y que al final todos dicen casi lo mismo o tienen la misma sabiduría, y que en última instancia es la sabiduría de la creación, la naturaleza sabia. A diferencia de la etapa denominada civilizatoria en donde han habido tantos dogmas y teorías, las que han tenido tan solo un pequeño suspiro de existencia y desapareciendo casi inmediatamente. Ninguna de estas creencias han perdurado, como sí lo han hecho las sabidurías perennes de muchos pueblos en todos los rincones del planeta. Por algo será.

martes, 18 de septiembre de 2012

PROCESO HISTORICO DEL VITALISMO



El vitalismo es tan antiguo como el ser humano mismo. Las visiones primordiales, ancestrales, naturales del mundo entero, por miles de años y hasta hace unos 2000 años del comienzo exhaustivo y pormenorizado de la domesticación civilizatoria, hablan de la existencia de un poder, fuerza o energía que envuelve a toda la creación y a cada uno de sus elementos. Todos ellos le dieron diferentes nombres y características de acuerdo a su nivel de comprensión y de profundidad, así le llamaron alma, impulso vital, arjé, physis, cuerpo energético, hasta los modernos: fuerza vital (Claude Bernard), fuerza dominante (Johannes Reinke), entelequia (Hans Driesch). Entendieron que lo orgánico o corporal estaba sostenido por lo inorgánico o invisible, y que lo orgánico o físico era finito, al contrario de la infinitud de lo inorgánico o espiritual. 

Esta percepción de la vida sería severamente cuestionada de una y otra forma. Empezó desde ciertos elementos o aristas y en un proceso paulatino y perentorio se fue consolidando su ataque hasta casi aniquilarlo, pero desde sus cenizas ha vuelto a renacer. Comienzan básicamente los griegos clásicos (Sócrates, Platón, Aristóteles), quienes apuntan con el argumento de que todas ellas son nociones irracionales, ilógicas, salvajes, bárbaras… Y el tránsito posterior será simplemente un “pie de página a Platón” hasta el día de hoy, en el que se han ampliado los calificativos peyorativos a las culturas vitalistas de toda la Tierra (incluida la misma Europa), acusándolas de deducciones anticientíficas, obsoletas, atrasadas, subdesarrolladas, subjetivas, etc., etc. Pero al mismo tiempo se advierte actualmente el fin (diciembre 2012-calendario maya) de las teorías racionalistas, mecanicistas, reductivistas… con el renacer del vitalismo, del biocentrismo, de la quántica, de la relatividad, etc.

Mecanización del hombre.

La pregunta básica que comenzó a dividir a los griegos, es si la vida es producto de un dios (idealismo-creacionismo) o de la materia en sí mismo (materialismo), pues hasta hace 2500 años se entendía que la materia y la no-materia eran producto de la vida y que ésta era la complementariedad de lo físico y lo espiritual (vitalismo). Pregunta que desde aquella época ha divido a los seres humanos hasta el día de hoy, para centrarse en dos corrientes fundamentales disonantes la una de la otra: el vitalismo y el mecanicismo. Aunque de ellas han surgido varias otras, pero en el fondo se adscriben a una de éstas, sin embargo de algunos intentos de mixtura por ciertos autores.

El proceso de cuestionamiento al vitalismo, de su división posterior y del surgimiento del mecanicismo, empieza con el cuestionamiento de si existe vida después de la muerte, de si el alma supervive, de si hay algo más allá o más acá, etc. Esto quiere decir, que el vitalismo es muy antiguo y con una larga vida, y que el mecanicismo es subsecuente del vitalismo y con tan solo 2500 años de existencia. Es en Grecia dónde surge el mecanicismo con la escuela CNIDO y en contrapartida a la Escuela COS de carácter vitalista. Las cuales se inscriben en dos posiciones: la una que defiende las creencias ancestrales de la fuerza vital, y la otra que la cuestiona y que inaugura lo que luego se llamaría la época del modernismo, vigente hasta este momento.
El más importante teórico del vitalismo en la época de inflexión de la Grecia vitalista a la Grecia racionalista es Hipócrates (460 -350 A.C.), quién fuera el creador de la escuela COS. Él dijo por primera vez: no existen las enfermedades sino los enfermos, reflejando de esta manera la unidad indivisible o totalidad que es el ser humano: "Todo consiente, todo concurre, todo conspira conjuntamente en el cuerpo". Pero no se estancaba en el hombre como un ser autónomo y aislado, sino que lo extendía a su entorno y entendiendo que estaba inmerso dentro de un mundo y que recibía la influencia y demarcación de la naturaleza: "No se puede separar al individuo de su entorno cósmico ya que él mismo sufre las influencias meteorológicas, climatológicas, raciales y sociales".

En otras palabras, se tenía por aceptado por todas las culturas del mundo que todo cuanto existía tenía vida, que no existen seres inertes y seres vivos, a como se pasó a creer en toda la etapa civilizatoria o mecanicista. Teoría ésta que viene siendo desvirtuada por la moderna ciencia de punta que en última instancia está diciendo lo que anotaba el primordial vitalismo: de que todo está con vida. De aquí viene el concepto de vitalismo, del latín vitalis que quiere decir “con vida”. Y por otro lado, de que no existe la muerte en sí mismo sino que la muerte es el paso a otra forma de vida. Es decir, que todo tiene vida y que la vida no muere solo se transforma. A partir de esta generalidad, los griegos clásicos comenzaron a profundizar y elucubran diferentes teorías. Así por ejemplo, se lanzó la teoría de que el alma estaba constituida por partículas que flotaban en el aire. Teoría que se le ha atribuido a la época arcaica del pitagorismo, la cual creía que las unidades tenían extensión espacial (corporalismo). 


Posteriormente, Santo Tomás de Aquino (1225-1274) sostenía que el alma se une al cuerpo en una forma totalmente indivisible. Entre los dos ejercen la operación característica de "el entendimiento". El alma no ocupa espacio ni se puede medir por lo tanto es virtual, el cuerpo ocupa espacio que se puede medir. La energía no ocupa espacio pero se puede medir, por lo tanto es una fuerza intermedia entre el alma y el cuerpo. El cuerpo es orgánico, material e inanimado. El alma le da la vida, pero no actúa directamente en el cuerpo sino a través de sus emanaciones, potencias, vires o fuerzas. Estas últimas son en una palabra lo que hoy llamamos energía vital. La energía que emana del alma proviene de la transformación de los alimentos y de la energía solar. El alma actúa a través de sus emanaciones energéticas, pero no las crea, sólo las obtiene por la transformación de la materia.

Y después, tenemos una serie de personajes que se inscriben más ó menos cerca del vitalismo primigenio o primordial, llegando en algunos casos a la religiozación (no: espiritualización) y por otro lado la secularización de cada una de esas visiones. Siendo desde esta última dónde surgirá el mecanicismo, con sus soportes: el racionalismo, el materialismo, el reduccionismo, que toman boga y gobiernan todos estos últimos 20 siglos. Es decir, el fanatismo religioso sucumbirá al vitalismo espiritual al darle una connotación dogmática al alma o energía de vida, transformándola en una entidad creada por un Dios Absoluto y separada de la vida común. En ese momento ya no es vitalismo espiritual sino religiosidad, la misma que posteriormente combatirá al vitalismo bajo el argumento de idolatría y paganismo hasta su consumación con la consolidación de las religiones monoteístas: judaísmo, islamismo y cristianismo (mecanicismo creacionista). 

A partir de aquí se produce la ruptura clara entre el vitalismo y por otro lado el mecanicismo con sus dos vertientes: la creacionista y la materialista. Estas dos últimas teorías contradictorias entre sí pero dentro de la misma fuente germinadora, en el sentido de que la vida no tiene existencia por sí misma sino que obedece al poder de un Dios o de la materia misma. Teorías que se irán fortificando y subdividiendo en nuevas ramas, y que no paran hasta nuestros días. Desde ahí presentándose como contrapuestas: idealismo y materialismo, cuando son dos ramas complementarias de la misma raíz. 

Siendo el asunto central de discusión, si el espíritu, la energía, el cuerpo, la mente, las emociones existen y si son elementos diferentes y separados. Esto ha sido fundamental especialmente para la medicina, la física y la filosofía, pues a partir de ello han surgido medicinas alopáticas-científicas-orgánicas y por otro las homeopáticas-integrativas-energéticas. En el caso de la física, entre teorías mecanicistas con sus máximos representantes Newton y Descartes, y las teorías relativistas-quánticas con sus más claros exponentes Einstein y Planck. Y a su vez dentro de la filosofía, con teorías reductivistas, racionalistas, separatistas (civilización monarquiteísta) y las visiones sistémicas, totales, holísticas (culturas integrales).

Neo-vitalismos.

Sin embargo, el vitalismo también ha ido teniendo varios matices, que en algunos casos ya no se puede hablar de vitalismo en sí mismo e incluso podríamos hablar de antivitalismo en los casos dónde hay gran influencia del mecanicismo, especialmente el materialista. En todo caso, se reclaman como vitalistas desde los griegos clásicos: Pitágoras, Hipócrates, Heráclito, Paracelso, pasando por Maimónides, Santo Tomás de Aquino, Tomás Sydenham, Medicus, hasta las últimas generaciones como Von Haller, Barthez, Claude Bernard, Nietzche, Schopenhauer, Ortega y Gasset, Serge de la Ferriere, Charles Henry, Spengler, Klages,  Dilthey, etc. 

Cabe anotar, que también se ha utilizado el término vitalismo para designar a aquellas corrientes que cuestionan el severo enfrascamiento dentro de la racionalidad: el evolucionismo espiritualista e interiorista de Bergson, la filosofía de la acción de Blondel, el anti-racionalismo trágico de Unamuno, el nihilismo de Nietzsche. De este último, lo más interesante de su pensamiento es la denuncia del totalitarismo de la civilización occidental y de su racionalismo enemigo de la vida. Nietzsche dice que Sócrates es el primer gran falsificador que otorgó primacía a la racionalidad al constreñir en una forma artificiosa la inagotable originalidad creadora de la vida. La racionalidad es siempre un camino parcial y derivado que da forma (principio "apolíneo") a algo que ella no crea, una fuerza "organizadora" que nunca es creadora. 

La vida, en cambio, es constante creación e innovación (principio "dionisíaco") que desborda constantemente cualquier organización sin ninguna meta ni finalidad. El predominio de la razón es una "fábula" que ha inventado un mundo ideal ficticio, en nombre del cual se quiere juzgar y someter a la indomable imprevisibilidad de la vida. En todo este camino la racionalidad ha intentado dominar a la vida creadora pero lo único que ha conseguido es transformarse en un parásito de la fuerza vital y en último caso ha fosilizado su propia existencia. Paulatinamente ese mundo ilusorio e ideal va dejando ver sus entrañas de artificialidad que van carcomiendo todas sus estructuras y desmoronando todo su claustro. 

La racionalidad se apuntaló en su prepotencia física para combatir en primera instancia (hace 5000 años) a la mujer y a todas las diosas, por considerarlas débiles, frágiles, románticas, irreales… Para en base a ello ir desatando toda su furia contra todo lo femenino: naturaleza, sexualidad, corporalidad, sensibilidad, etc. E invirtiendo todo ello con el argumento de una moral, la que se convertirá en la piedra angular en torno a la cual se irá construyendo toda la sociedad mecanicista o civilización monista en desmedro de las culturas multidimensionales. Esa fuerza moral antinatural necesitó para su apuntalamiento de una compleja estructura: la metafísica platónica, el cristianismo, y la ciencia moderna newtoniana-cartesiana, como intentos subrepticios por apuntalar ese mundo moral artificioso.

El animismo 

Al vitalismo también se le ha asociado con el animismo. Postura que surge en la ciudad alemana de Halle a través de Georg Ernst Stahl, un médico nacido en 1659. Stahl tuvo muchos seguidores, tanto en Alemania como en el resto de Europa, pero especialmente en Francia con la llamada "Escuela de Montpellier". Aquí fue donde a fines del siglo XVIII el "animismo" de Stahl cambió de nombre pero con el mismo espíritu bajo el impacto de las ideas de Paul Joseph Bartez, y que fueron rebautizadas como "vitalismo". Barthez murió a principios del siglo XIX (en 1806), dejando las bases de lo que algunos llamarían: el “vitalismo científico”. Dentro de este vitalismo hay dos grupos genéricos: los stahlianos y los barthesianos. La diferencia principal entre los representantes de cada uno de ellos es muy simple: la relación del "ánima" o "principio vital" con la divinidad, casi siempre ligada a la posibilidad de alcanzar la vida eterna. Para Stahl, el "ánima" tiene su origen y su destino en la divinidad; para Barthez, el "principio vital" se extingue con la muerte del individuo. 

Son posturas que más se acercan al mecanicismo idealista que al vitalismo primordial, y solo circunscribiéndose al principio vital como elemento central. Sin embargo vale destacar sus pleitos con el mecanicismo y el positivismo, junto con su contienda con el reduccionismo materialista. Dentro del “vitalismo científico” el más claro representante considerado es Hans Driesch, quién critica al mecanicismo materialista que propugna la reductibilidad de lo vivo a simples procesos físico-químicos de la materia inerte. Él postula la existencia necesaria de un principio vital ajeno a la materia y que explicaría los complicados fenómenos de lo viviente. 

En lo estrictamente filosófico y que es lo que propiamente se llama vitalismo o filosofía de la vida, ésta básicamente propende a alejarse de las “intromisiones científicas” sobre todo de las físicas taxativas, remarcando el carácter diferenciado de las realidades vitales y que no pueden tener un tratamiento exclusivamente matemático. También hay que resaltar en este vitalismo la reacción contra el racionalismo exagerado que supuso el idealismo alemán posterior a Kant, exaltando: a. La vida como realidad radical, b.  Ontológicamente, la vida es lo sustancial del hombre, c. Gnoseológicamente, conocer la realidad prescindiendo del razonamiento y utilizando la vivencia, la intuición que simpatiza con lo que quiere conocer (más que razonar sobre las cosas hay que tener experiencias vitales de ellas o con ellas), d. Axiológicamente (filosofía de los valores) no hay otro criterio para jerarquizar los valores que determinan qué es lo bueno y qué es lo malo, más que la vida misma. 

En definitiva el vitalismo contemporáneo adquiere nuevas dimensiones pero mantiene una gran diferencia con el vitalismo primordial que entendía la realidad como proceso, tal como propugnaba Heráclito. En todo caso vale resaltar el cuestionamiento al concepto tradicional de razón, como abstracta, especulativa o científica, para considerarla como vital. 

Medicina Vitalista y Medicina Mecanicista

Es en el ámbito de la biología y de la medicina dónde se ha expresado con mayor claridad esta disyuntiva: Maimónides (1135-1204), señalaba: "Es más importante saber qué enfermo tiene la enfermedad, qué enfermedad tiene el enfermo, porque no se está enfermo porque se tenga una enfermedad sino que se tiene una enfermedad porque se está enfermo"
Charles Henry, que también ha considerado este problema, dice que la vida puede ser considerada como el resultado de un equilibrio entre fuerzas gravitantes o materiales, fuerzas bio-síquicas y fuerzas electromagnéticas. Estas fuerzas que él designa bajo el nombre de resonadores son susceptibles de aportar nuevas luces, no solo en el problema de la vida, sino también en el de la supervivencia.

Y últimamente tenemos a las medicinas alternativas, complementarias e integrativas, quienes fundan sus bases en la existencia de la Fuerza o Energía Vital, concepto nacido de la Filosofía Vitalista que hoy es más comprensible a luz de los desarrollos de la Física termodinámica, de la neurociencia y de la psicología transpersonal, de los últimos veinte años.

En el caso contrario de la medicina mecanicista CNIDO, si bien tiene sus orígenes en la Grecia antigua, nadie defendió y describió este concepto mejor que Galeno. El concepto básico de esta escuela, es que la unidad anatómica y fisiológica de todo ser vivo es la célula, las cuales se reúnen entre ellas para conformar órganos, aparatos y sistemas que funcionan en forma autónoma, a través de un sistema de reacciones fisico-químicas muy complejas. A su vez, los fenómenos psíquicos son epifenómenos de los procesos físico-químicos de la materia. Si un órgano se perturba, éste es un hecho local que debe ser asistido de la misma manera. La enfermedad es un hecho pasivo. Posteriormente el principal defensor de este principio es Augusto Comte, creador del Positivismo, movimiento filosófico que afirma: sólo se admite aquello que pueda ser demostrado por las leyes de la observación. Este principio es el que rige en la actualidad, y así se enseña en las facultades de Medicina de todo el planeta.

En síntesis para el mecanicismo la vida nace en la materia misma. La vida se reduce a procesos físico-químicos fuera de los cuales no existe otro principio que rija la formación de los organismos. La anatomía expresa la razón de la función. El hombre es un conjunto de órganos, reunidos en aparatos y sistemas cuyos funcionamientos se relacionan entre sí. En cambio, para el vitalismo y como ha venido a confirmar cada vez más las ciencias de la tierra, quánticas y relativistas, la vida es la que ha creado todo, la vida es la fuerza germinadora y dinamizadora de todo cuanto existe y todo cuanto cambia. El poder de la vida está en cada una de sus partes u órganos, las cuales son indivisibles y totales. El principio vital es la conciencia que permite la continuidad y la preservación de la vida, la cual tiene como constante el de presentarse dentro de otras formas luego de períodos largos de estabilidad. Siendo ese el misterio de la vida, el de recrearse una y otra vez dentro de miles de formas posibles.

El vitalismo tetraléctico.

El vitalismo tendría actualmente como propósito el de limpiarse de toda afectación mecanicista, especialmente de lo dialéctico de tipo idealista o positivista para que realmente sea vitalismo. Para ello deberá inscribirse principalmente dentro del marco tetraléctico, que no solo cuestiona al racionalismo, el mecanicismo, el reduccionismo y el materialismo, sino que destrona a la civilización como tal y retoma los principio de la cultura como proyecto recreativo, en la que el ser humano participa tan solo como un elemento recreador de la vida y no creador mecanicista, evolucionista o desarrollista de la vida. 

Además cuestiona el patriarcalismo, el etnocentrismo, el antropocentrismo, en conjunción con todo el ecocidio, ginocidio, etnicidio que no habían sido considerados mayormente por los postulados pos-socráticos hasta nuestros días. Es decir, no es suficiente criticar al racionalismo por sí mismo sino a toda su raíz vivencial, epistemológica y ontológica. Es ahí el asunto central que permite una ruptura profunda y clara con todo el paradigma mecanicista y principalmente con el monismo o dialéctica de la occidentalidad. En este sentido, consideramos que el punto de quiebre está entre la dialéctica y la tetraléctica, que genera dos mundos: un mundo unidimensional y un mundo multidimensional. Ahí es dónde consideramos el asunto básico que separa y divide a dos tipos de conciencias, de mundos, de ciencias, de realidades.

martes, 11 de septiembre de 2012

¿EXISTE LO MESTIZO?


En el hermano país de Bolivia hay actualmente una discusión sobre si incorporar o no, el término mestizo dentro de un censo para conocer a cual grupo cultural pertenece un indígena de este país. Ante ello, hay quienes promueven la incorporación y otros que la rechazan. Nosotros nos inscribimos en esta última, no solo para Bolivia sino para el mundo entero, pues están inscritos dentro de la colonialidad y de la occidentalidad.
Todas las culturas y pueblos de la Tierra, desde siempre y más ahora con la globalización mediática y comercial intercambian productos, creencias, tecnologías, etc. Lo que nos podría llevar a definir que todos somos mestizos, bajo el argumento de que todos hemos compartido o mezclado algo del otro. Por lo tanto, lo único que existiría en el mundo serían mestizos, y no habría que discutir más. Bajo este punto de vista, el punto central de definición y demarcación sería la mixtura, la hibridez, la mescolanza como eje conductor de la vida social. Pero,  ¿será ese factor el único, y si no es el único, será el más importante entre otros elementos y variables para establecer posibles diferencias y diversidades? ¿Lo importante será buscar la unificación que homogeniza o el respeto a lo opuesto, a la variedad que construye la heterogeneización? Evidentemente al mercado y al posmodernismo le interesa uniformizar a todo el mundo dentro de los mismos patrones y esquemas, por lo que aplaude toda forma de mixtura pues su rentabilidad es más alta. Y en esa trampa de lo mestizo están cayendo las nuevas teorías de interculturalidad y pluriculturalidad, aunque ese no sea su propósito.
Para los defensores de lo mestizo el asunto principal es la combinación genética, el color de unos y otros, las formas exteriores, el nivel orgánico de las personas. Pero según el genoma humano -demostrado científicamente- no existen diferencias entre los seres humanos de ninguna parte de la Tierra, todos están constituidos de lo mismo. Entonces, ¿cómo puede mezclarse algo que es igual? Solo sería mezcla si se combinaran los humanos con las plantas o con los animales o con los minerales. Reducir todo a mestizaje sería la forma más simplona de ver la vida: lo que hay que hacer es buscar un mundo cruzado y punto.
En este sentido, ¿cuál sería otra diferencia fundamental entre distintos pueblos o personas? La respuesta -entre otras- podría ser la forma de percepción de la realidad y de relación con ella, que tiene un determinado grupo. Es decir, la diferencia básica no está en el color de la piel, o en utilizar una prenda de vestir de otra cultura, o en comer algo que no es originario de esa región, sino en los postulados vivenciales, epistemológicos, ontológicos, axiológicos de uno y otro pueblo o tradición. Sería algo de fondo y no formal, como por ejemplo el utilizar la tecnología de otra tradición. En este ejemplo, el asunto central sería por qué se crea un tipo de tecnología y para qué se utiliza esa tecnología. Todas las sociedades han utilizado tecnologías pero la gran diferencia está en una tecnología en armonía con la naturaleza y una tecnología que la depreda o la degenera. Dicho de otra forma, una tecnología que coopera con la naturaleza y otra que interfiere con ella. Entonces, el asunto fundamental sería: el cómo ha sido utilizado -ó no- determinada tecnología por otro grupo diferente al creador de la misma. Un indígena puede utilizar una computadora no-indígena y no por eso deja de ser indígena, y un no-indígena puede utilizar la calculadora indígena (yupana) y no por eso deja de ser no-indígena.
Entonces, hablar de lo indígena como algo que se circunscribe a una forma física o racial –que por cierto no existe verdaderamente- sería algo vacuo y manipulador para establecer diferencias humanas por solo el color de la piel, y de esta manera inconscientemente seguir reproduciendo el esquema de la colonialidad de superiores e inferiores. O el argumento de que utilizar ciertos elementos, técnicas o instrumentos de otra sociedad le hace perder su identidad, sería caer en un purismo fanático que a lo único que conduce es a otra de aberración extremista, creyendo que el vestido le hace al monje o confundir al camino con el caminante.
Por tanto, lo indígena o nativo (términos genéricos para referirse a los pueblos originarios) hace referencia a un punto de vista o posición frente a la vida, en la que el ser nativo responde a una actitud cultural y el no-indígena se enmarca en una forma civilizatoria. Entendiendo a lo cultural como un estado de estar en la vida en correspondencia y reciprocidad con las leyes de la naturaleza, y lo civilizatorio a una forma de vida guiada por leyes políticas y sociales, o en diferencia a las leyes de la naturaleza. Históricamente se podría vislumbrar en forma básica dos tipos de mundos: unos que viven en interrelación con la naturaleza y aquellos que se distancian de la naturaleza porque la consideran salvaje, primitiva, inferior, bárbara…, y por ende los grupos humanos que viven dentro de esos mismos principios primordiales, también lo son.
Desde otra forma de expresión, lo nativo o primitivo o ancestral u originario, es un estado de conciencia de las antiguas culturas vitalistas de característica matrilineal, horizontal, circular, complementaria, recíproca, tetraléctica; y el no-indígena o civilizado o moderno o desarrollado, es aquel que se inscribe en concepciones mecanicistas-patriarcalistas, con líneas de pensamientos denominadas modernidad, positivismo, ilustrismo, materialismo dialéctico, etc. Aquí lo que más importa no es el color de la piel sino las expresiones gnoseológicas sobre la vida, la realidad, y la naturaleza. Ese tipo de relación es lo que marca el modo de vida de cada pueblo y lo que importa en esencia para delimitar las posiciones.
Bajo esta mirada, hay un número importante de indígenas o nativos o aborígenes o indios que todavía existen -dentro del siguiente orden- en: África, América, Asia, Oceanía y muy pocos en Europa. Lo que quiere decir que la población mundial ha sido paulatinamente civilizada, es decir, modificada de lo vitalista para convertirla en una población mecanicista: domesticada, reducida, adoctrinada, dogmatizada, robotizada. Siendo más precisos aún, hay dos tipos de conocimiento: la nativa de cosmoconciencia holística, integral, sistémica (totalidad), y la no-indígena de tipo de cosmovisión reductivista, separatista, divisoria (especialidad).
La occidentalización o civilizamiento global.
Amaruka (América) por miles de años y hasta hace 500 años funcionaba en una conciencia vitalista-integrativa. Pero cuando se produce la invasión monárquicoteista se instala el paradigma mecanicista o contranatural de tinte español, bajo el argumento de progresar a pueblos salvajes, idólatras, arcaicos, sodomitas... Hecho que se mantiene hasta la actualidad, donde los mejores, más inteligentes, más puros, más bellos son los no-indígenas o civilizados o cultos u occidentanos, y viceversa. Para consolidar aquello y buscar una forma fácil de distancia se inventaron el concepto de raza y crearon todo un apartheid por la forma física: blancos, mestizos, cholos, indios, negros, etc.
Y ese mismo sistema y discurso se mantiene hasta nuestros días por varios grupos, a diferentes niveles y formas, pero en la misma línea. Y para ello tomando como eje a la supuesta existencia de razas dentro de los seres humanos, que de acuerdo a la genética no existen tales razas, pero sí el racismo detrás de un determinado color. Algunos últimamente ya no solo se circunscriben a lo racial sino hablan de lo cultural, artístico, tecnológico, etc., con lo que siguen con la línea impuesta por la conquista y su concepto de mestizo. Aunque algunos ahora le quieran hacer algún pequeño cambio al concepto de mestizo, pero lo cierto es que para unos y otros, si existe el mestizo. En el fondo, sigue manteniéndose una carga discriminatoria, segregacionista y jerárquica.  Lo mestizo como otra forma de dominación, colonización y dogmatización (occidentalidad). Antes se superponía lo blanco a lo indígena, ahora es lo mestizo sobre lo indígena. Concepto de mestizo que solo existe en las ideas pues no existe en la realidad de la naturaleza, es decir, de la vida. En la naturaleza no hay nada mestizo, las combinaciones son entre elementos afines y no entre géneros diferentes.
Desde este punto de vista, nosotros consideramos que hay Bolivia (y en igual sentido para todo el mundo) los nativos bolivianos y los no-indígenas bolivianos, a estos últimos se les podría también llamar criollos o q´aras, como les dicen algunos en Bolivia. Otra forma de denominación y diferenciación, podría ser entre occidentalidad (identidad occidentana) y andinidad (identidad andina). Esto quiere decir, que puede haber individuos de tez cobriza pero que piensan, viven y sienten como q´aras u occidentanos, y viceversa. Ser q´ara no es simplemente ser “blanquito” sino un pensamiento-sentimiento diverso a lo nativo o a lo cultural o a la andinidad. En Europa, por ejemplo, unos son los celtas o los samis (minorías sobrevivientes) y la gran mayoría son los occidentanos.
Tampoco desconocemos, otra forma de racismo por parte de ciertos individuos cobrizos o negros que también se centran en el color de la piel para interactuar en el mismo sentido contra los blancos. Lo único que refleja esto, es el resentimiento y el complejo por ciertos morenos, y la arrogancia y prepotencia por ciertos blancos, y esa sería otra diferencia real y sustancial. O que un personaje de tez cobriza llegue a ser presidente de Bolivia y que se diga que es un presidente indígena cuando sus políticas, concepciones y actos están en la misma línea de la occidentalidad con ciertos ribetes indigenistas y pachamamistas, pero que solo es un folclorismo más del mecanicismo izquierdista. Es decir, todos ellos han caído en la trampa del color de la piel para definir lo nativo y no pueden ver el color del alma y del corazón del ser humano, que eso es lo trascendente para ver su modo de vivir o su nivel de conciencia: vitalista o materialista, integral o fragmentario, natural o civilizado, culturizado o mecanizado, nativo u occidentano…
Atawallpa Oviedo Freire
Investigador nativo del Ecuador

miércoles, 5 de septiembre de 2012

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE CORREA Y A LAS IZQUIERDAS


MERITOCRACIA O SABIDURIA. 
Una de las palabras que con más insistencia se escucha a muchos funcionarios del gobierno de Rafael Correa es la famosa “meritocracia”, básicamente referenciada a la calidad y cantidad de títulos académicos que alguien posee. Pero, será que el problema es solamente la calidad y la cantidad de conocimientos, o el asunto fundamental es el tipo y características de conocimientos?. Si revisamos las hojas de vida de gran parte de los personajes que han ocupado altos puestos en diferentes instancias de los gobiernos, vemos que muchos de ellos tienen cantidad de títulos e incluso de nivel PHD, obtenidos en universidades de altísima calidad de los grandes países industrializados. Y algo similar sucede en el mundo entero: Zbigniew Brzezinski en su libro “El Gran Tablero Mundial” (1998), señala que “es posible encontrar graduados de las universidades estadounidenses en casi todos los gabinetes ministeriales del mundo”. Y ya lo decía Hegel sobre la “América Latina”, que lo que aquí sucede hasta el momento, es solo el eco del Viejo Mundo y la expresión de una vitalidad foránea”.
En otras palabras, todos estos meritocráticos personajes han tenido el propósito de introducirle al Ecuador dentro de los parámetros e ideales del denominado crecimiento económico ilimitado de occidente. Para ello, su ejemplo, referente y meta, han sido todos los países autodenominados del primer mundo o desarrollados. Profesionales que han pretendido implantar una serie de conceptos, valores y paradigmas de esos países, especialmente a nivel económico, y con el argumento de que todas esas ciencias son el progreso, el crecimiento, el desarrollo para los pobres. Pero lo único cierto, es que el resultado no ha sido nada de ello, como tampoco en esos mismos países pues ese crecimiento fue tan solo un espejismo de 30 años y ahora su debacle. Otra crisis más de las tantas que han vivido en toda su existencia y no logran su ansiada mejor vida.
En este sentido, surgen una serie de preguntas paralelas y concomitantes: cuáles son los países que nos han conducido a la crisis ecológica que vive el mundo entero, cuáles han sido sus políticas económicas que les han conducido a ellos a la grave crisis económica que están viviendo, cuáles han sido las ciencias y tecnologías que han llevado a un deterioro de la calidad de vida natural por una cantidad de vida banal y artificial, cuáles son los países y ciudades con mayores índices de delincuencia, violencia, enfermedades, desarticulación familiar, cuáles son los países más consumistas y depredadores que están acabando con las reservas mundiales, cuáles son los paradigmas filosóficos fundacionales de esos países en relación a la naturaleza y a la vida, cuáles han sido los conocimientos que han manejado todos ellos para llegar a esta crisis global que estamos viviendo en todos los órdenes de la vida humana, etc., etc. Y la respuesta es sencilla: el paradigma dualista o dialéctico de tipo reduccionista, mecanicista, racionalista, materialista del sistema civilizatorio.
Esto quiere decir que la cuestión no está simplemente en asumir una posición izquierdista y decir que el problema está solamente en tener más tecnología para producir más y lograr una distribución más equitativa de los bienes y servicios, sino que el asunto es mucho más complejo y profundo que sólo la redistribución de la riqueza. Y esto tiene que ver con el tipo y modelo de mundo que queremos, con el tipo de relación con la naturaleza, con los propósitos y razones de estar en este mundo, con los paradigmas y principios rectores de vida, etc. Es decir, esto nos lleva al concepto filosófico de mundo que queremos seguir recreando como humanidad y el cual lo podríamos resumir en: más mecanicismo o un cambio radical al vitalismo. Mejorar el mecanicismo positivista de raíz newtoniana-cartesiana o saltar al vitalismo de raíz holística- quántico-relativista. He ahí el gran dilema para la humanidad, que no es tan solo de derecha o izquierda, de materialismo e idealismo, de neoliberalismo y socialismo, de democracia liberal y democracia comunista, de desarrollo ilimitado y desarrollo sustentable, etc. Tiene que ver con el sistema fundacional ontológico, epistemológico y axiológico de dos sistemas totalmente diferentes y no complementarios: el civilizatorio de envergadura contranatural y el cultural de raigambre natural, el monárquico-monorepublicano y el comunitario, el democrático y el consensual, el económico público-privado y económico cooperativista-mutual, el dialéctico-síntesis y el tetraléctico-rotatorio, etc., etc.
En este sentido, lo que está haciendo el gobierno de la “revolución ciudadana” y la izquierda en general (desde que existe como tal), es ser copartícipes del modelo autodenominado civilizatorio-desarrollista-tecnologista-cientificista de tinte socialista, pero con la misma raíz de la cual son también parte los del otro lado, llamados países industrializados o capitalistas. Y lo único que hace la izquierda para presentarse como diferente, es simplemente guardar el nombre (desarrollo, democracia, libertad, etc.) y solo añadirle apellidos, como sostenible, social, local, libre… y últimamente los socialistas del siglo XXI con el “buen vivir”, con lo que creen que son diferentes, cuando en el fondo son más de lo mismo. Así por ejemplo los países socialistas: China, Corea del Norte, Cuba, etc. Cuál es la gran diferencia entre unos y otros?
Entonces, cuando este gobierno quiere más profesionales graduados en todas esas meritocráticas universidades y que nuestras universidades sean iguales a aquellas, lo que en el fondo quiere es que sean como esos países y como buenos anatopistas sigan sus recetas socio-económicas pero principalmente tecnológicas para seguir saqueando más a la naturaleza, a pretexto de que no podemos “ser pobres en un territorio lleno de riquezas naturales”.
El desarrollo, sistema que fue tan enarbolado en el mundo en los años 80 y 90, ahora ya viene siendo cuestionado en los países autodenominados primer mundistas por algunos sectores quienes hablan tajantemente de “salidas al desarrollo”, de “alternativas al desarrollo”, y de posturas que apuntan a “más allá del desarrollo”. Es decir, mientras el señor Correa -y muchos- quieren más desarrollo para el Ecuador, en los autodenominados países desarrollados ya hay voces que dicen que todo eso fue una gran falacia y un espejismo. Están conscientes de que el asunto no es el modelo o tipo de desarrollo, sino los parámetros y categorías del desarrollo en sí mismo, y sus propuestas son totalmente inversas: decrecimiento, maldesarrollo, posdesarrollo, etc. Y así en otras ciencias y conocimientos.
Por lo tanto, será que queremos una calidad de excelencia académica experta en depredar (desarrollar) la naturaleza, en producir una tecnología más extractivista, en inventar más técnicas de alteración del clima como el proyecto HAARP, en generar más agrotóxicos, en contaminar más el mundo con tecnologías pesadas, en envenenar a la población con más y sofisticada comida chatarra, en producir más armas sofisticadas que destruyan más eficaz y rápidamente a los seres humanos? Es que queremos un mundo desarrollado con una población de 7000 millones de habitantes anoréxicos y obesos con 7000 millones de celulares, computadoras, televisores, carros… que consumen una gran cantidad de energía eléctrica, hidráulica, atómica, petrolera, etc. ¿Habrá planeta que lo aguante, y es que será posible que sea realidad toda esa “mejor vida” para toda la población mundial?
Como queda demostrado el asunto es mucho más de fondo que solo calidad de conocimiento y excelencia académica primer mundista, como ahora repite insistentemente la SENESCYT, y quiere más PHDs. Preguntamos a ellos si habrán PHDs en ciencia vitalista, en ciencia holística, en ciencia biosférica, en ciencia homeopática, en ciencia transpersonal, en ciencia quántica, en ciencia multidimensional, en ciencia fractal, en ciencia conciencial, en ciencia tetraléctica andina… Es que estos PHDs tendrán los conocimientos que manejaron las culturas vitalistas ancestrales que construyeron las pirámides egipcias y mayas, consideradas proezas de la arquitectura humana, con total respeto y armonía con la naturaleza?
Es que sabrán matemática andina utilizando como herramienta de cálculo a la yupana, un antiguo sistema de conteo que puede hacer operaciones matemáticas de más de 5.000 dígitos? Sistema, que fue re-descubierto el 2002 por los investigadores italianos, Nicolino de Pascuale y Mauricio Orlando, de la Universidad de Pescara. Quienes finalmente, encontraron las claves del sistema operativo de la Yupana (Quipus) demostrando en su tesis, que el poder matemático de este ábaco andino es ilimitado. Con la Yupana, se resuelven todo tipo de cálculos astronómicos, se realizan operaciones matemáticas complejas e inclusive postulan a este instrumento para la arquitectura de un moderno microprocesador, cuya aplicación redundaría en uno mucho más poderoso que los diseños actuales de la arquitectura binaria. En otras palabras, una herramienta pre-hispánica que no tiene nada que envidiar a las sofisticadas computadoras modernas.
Es que estos PHDs conocerán de arquitectura andina, en la que los arquitectos sean capaces de hacer construcciones antisísmicas, sin utilizar argamasa para sostener bloques y solo guardando equilibrio gravitacional siguiendo el ángulo de inclinación de la tierra, como lo hacían los antiguos arquitectos e ingenieros andinos?.
Es que conocerán geometría andina y realizaran operaciones trigonométricas siguiendo el método andino de la cuadratura de la circunferencia, redescubierto por Carlos Milla Villena?
 
Es que investigarán la economía andina para comprender el ancestral funcionamiento de la economía del ayni, de la minka, del tinkuntin, etc., para presentar un sistema alternativo al neoliberalismo y al estatismo, y que pueda convertirse en una respuesta global a la crisis económica mundial? Si los mismos conquistadores de la época, viendo que era un sistema muy bien estructurado y con altos resultados para su beneficio personal y real, lo siguieron aplicando hasta la época de la “independencia”, por qué hoy no se puede utilizar ese sistema para cambiar o inspirar una nueva sociedad mundial?
 
Es que se enseñará medicina andina, en la que los médicos sean capaces de manejar integrativamente: medicina orgánica, medicina psicológica, medicina energética, medicina herbolaria, medicina astronómica, etc.?, como eran capaces los médicos del tawantinsuyo? Médicos que realizaban operaciones craneales, prótesis, incrustaciones de jade en los dientes para curar caries, limpieza y alineamiento de los centros de energía (chakras), terapias psicoactivas con plantas de poder (ayawaska, wachuma), terapias respiratorias de hiperventilación para conectarse a memorias pasadas, terapias de la conciencia para abrirse a otros campos dimensionales, etc.
 
Es que sabrán manejar agricultura andina para producir orgánicamente y generar una gran producción utilizando sistemas rotatorios y toda una serie de tecnologías (como los camellones y la chakitaklla) para producir alimentos nutritivos, guardando comunión y armonía con las leyes de la naturaleza (reciprocidad, complementariedad, ciclicidad, integralidad, estabilidad, etc.?
 
Es que habrán PHDs en astronomía andina, como la que practicaban nuestros astrónomos antiguos quienes antes de la ciencia occidental ya conocían de la esfericidad de la tierra y de que esta giraba alrededor del sol.?  O construir ciudades en línea recta y a 45 grados del eje de la tierra, como el Kapak Ñan, demostrado por la Dra. Scholten?.
 
Es que habrán expertos en administración geoterritorial andina, para comprender y reestructurar nuestro sistema en base al sistema organizativo horizontal y cíclico del tawantinsuyo, en correspondencia con el sistema biosférico y cósmico de la naturaleza? Sistema de gobierno organizado por Consejos de Administración que iban desde el Consejo de una pequeña comunidad al Consejo de comunidades y así hasta llegar al Gran Consejo de Mancomunidades, como lo explica el Inca Garcilazo de la Vega.
 
Es que tendremos PHDs en filosofía andina, que conozcan a fondo la cosmoconciencia andina y puedan tener como marco teórico referencial al tawantin o sistema tetraparitario (tetraléctico) para desde ahí organizar todo su co-razonamiento (sentimiento-pensamiento) o amor  (kuyay) a la sabiduría (yachay), y poder acercarse desde esas variables a comprender la realidad de la naturaleza y la naturaleza de la realidad?
 
Y así podríamos seguir enumerando una serie de ciencias, filosofías, tecnologías, artes, literaturas… de tipo y característica andina o tawantinsuyana que manejan otras categorías, posiciones y variables, constituyéndose en grandes aportes para la humanidad y especialmente para presentar un sistema alternativo a la occidentalidad (identidad occidentalista) que ha llegado al límite dentro de su ciencia oficial.
 
Entonces, hay una gran diferencia entre meritocracia y sabiduría, en el mundo hay muchos meritocráticos pero pocos sabios. Hay gente con mucha información pero muy pocos con cosmocimiento. Lo que este país y el mundo necesita no es más PHDs sino yachaks, amautas, como los antiguos sabios de los Andes y de otras culturas tradicionales de raigambre vitalística y cósmica. No necesitamos más cabezas racionalistas-positivistas-ilustradas sino seres integrales con un profundo amor (filhos) a la sabiduría (sophos). No más títulos deshumanizados sino seres humanos sistémicos, profundos, totales.
 
Ps. Señor Correa no comparto hacer oposición política contra su gobierno sino en  aportar para que se hagan ciertas rectificaciones. Aunque a veces me pregunto si está listo para escuchar otras verdades, y cuando no veo eso, digo que creo que ya es hora de pasar a otro nivel. Esa duda me queda una vez más.
 
Atawallpa Oviedo Freire (yuyarina@yahoo.es)
Movimiento Sumak
Cultivando un Mundo en Armonía Vital