martes, 28 de agosto de 2012

CARTA ABIERTA AL DIRECTOR DEL SENESCYT




Señor Economista
René Ramírez
Senescyt

En entrevista reciente realizada a Ud. por el periodista Xavier Lasso del canal del Estado, se indica cuales serán las directrices, características y envergadura de la denominada Ciudad del Conocimiento “Yachay”. Nuestra percepción general es que será una más de las universidades que se inscriben dentro de la meritocracia tecnocrática y que replicará los mismos contenidos de la colonialidad del poder/saber de la modernidad y del positivismo. Es decir, que la misma no se manejará por la epistemología de las antiguas Yachay Wasi sino que reproducirán los mismos paradigmas de la occidentalidad (identidad occidentalista) que se viene imponiendo en el mundo entero en su propósito de homogenización universal. Por lo que no cabe su denominación como Yachay, ya que esta palabra encierra muchas connotaciones cognoscentes que vamos a pasar a detallar.
En primera instancia queremos dejar bien en claro que para nosotros (Movimiento Sumak) la tradición andina es tan sagrada que no creemos conveniente que sirva a formas folclóricas de supuestos intereses neo-indigenistas o pachamamistas. Es decir, no se trata de utilizar membretes andinistas sino de ir al fondo del postulado para que realmente sea algo verdadero, caso contrario será simplemente una utilización mimética y una manipulación superficial de algo que es profundo, milenario, cósmico, como es la cosmoconciencia (no: cosmovisión) andina o tawantin.
Usted señalaba en la entrevista que los profesores de esta “ciudad del conocimiento” serán los futuros doctores PHD que actualmente se están preparando en diferentes universidades del mundo desarrollado. Esto quiere decir que lo que vendrán a enseñar es el conocimiento de la colonialidad de tipo reduccionista, mecanicista, materialista, racionalista, desarrollista que viene dirigiendo y guiando el proceso económico, político y técnico en occidente y de los países occidentalizados. Conceptos y teorías civilizatorias que han conducido a la crisis global que vive el mundo entero, en todos los órdenes y esferas de la actividad humana (especialmente ecológica). O es que hay algún caso que sea de ejemplo diferente?
Ante ello, es imprescindible hacer las siguientes precisiones entre lo que es el paradigma de la occidentalidad y el de la andinidad, para no perdernos y quedarnos envueltos en los mismos esquemas y dogmas impuestos desde la conquista y evangelización a nuestros pueblos. Para de esta manera, aplicando simplemente formas posmodernas presentarse con renovados y diferentes axiomas, cuando en el fondo son más de lo mismo.
La occidentalidad (élite que domina el mundo, empezando por Europa y los EEUU) desde los griegos clásicos (Sócrates, Platón, Aristóteles) hace 2500 años hasta la actualidad se ha guiado por la dialéctica, en cuya dicotomía se resuelve su quehacer intelectual. El mundo andino se guía por la tetraléctica o tetraconciencia, en cuya interrelación se manifiesta toda su expresión multidimensional. Mientras la occidentalidad funciona en la unidimensionalidad, la andinidad se correlaciona en cuatro dimensiones (tetradimensionalidad). En ese sentido, el conocimiento de la occidentalidad es monoconsciente y el de la andinidad es tetraconsciente. Esta última muy similar a como funciona la biosfera, lo que implica que la andinidad tiene congruencia con el sistema de la naturaleza, y la occidentalidad tiene un relación intelectiva antropocéntrica.
Es importante anotar que la moderna física relativista y la mecánica quántica, (que viene cuestionando al paradigma newtoniano-cartesiano y sumun de la occidentalidad), hablan también de que el cosmos es multidimensional, que no hay 3 dimensiones como creía la occidentalidad desde Aristóteles sino que hay 11 dimensiones y según otros hay 21. Muy similar a como hacen referencia todos los “yachaks” o maestros de todas las culturas ancestrales de toda la humanidad.
Así mismo el método de estudio autodenominado método científico o método de la síntesis, es totalmente diferente al método rotatorio o de alternancia de la andinidad, en la que el investigador funciona en doble vía, transformándose en un momento en observador y en otro en observado. A través de este método el estudio funciona en relación de ida y vuelta, asumiendo la condición y posición del otro, sea cual sea su naturaleza. De esta manera, le percepción resultante no tiene una posición objetivista ni subjetivista sino que aprende de la experiencia viva y no desde una acción unilateral intelectiva que sigue moldes dogmáticos preestablecidos. Así también lo sugiere la palabra Yachay, la cual se puede leer de izquierda a derecha y viceversa. De esta manera los sabios andinos especificaban que el cosmocimiento (no: conocimiento) es de espejos, es decir, que todo es el reflejo de uno, implicando que todos estamos en comunión e integrados, y no separados y divididos como concibe la occidentalidad a la realidad.
Esto quiere decir, que en dicha universidad no se aplicará nada del cosmocimiento holístico, integral, sistémico del paradigma andino ancestral. Lo que significa que solo será un adorno Kichwa pero nada de la esencia de la filosofía andina. En otras palabras, toda la parafernalia del paradigma universitario de la ciudad del conocimiento “Yachay” será totalmente contrapuesta al paradigma multiversitario de los antiguos Yachay Wasi. En otras palabras, la primera guiada y estructurada por el paradigma monoteísta-monárquico (monarquiteísmo) y la otra por el arquetipo tetraléctico-tetrárquico o tawantin (reunión de las cuatro partes) en idioma kichwa.
En este sentido, preguntamos a quienes quieren re-inscribirnos al posmodernismo de la misma occidentalidad de siempre, cuales van a ser las epistemologías, ontologías, metodologías, hermenéuticas, axiologías… (utilizado la terminología oficial) que se van a utilizar en esta universidad. Si serán las mismas de la occidentalidad dialéctica quiere decir que será otra universidad de las mismas. Teorías que en el mismo occidente ya se vienen cuestionando de alguna manera por una serie de investigadores que están replanteando a todos los fundamentos y mitos del paradigma civilizatorio monocular (universidad), empezando por Einstein, Max Planck, pasando por la teoría Gaia, la teoría del Caos, la teoría de la Incertidumbre, la teoría de la Reciprocidad, la Teoría de la Complementariedad, hasta las últimas teorías del Biocentrismo.
Todas las cuales están más cerca de la concepción andina heliocéntrica de la vida que de la visión geocéntrica de la occidentalidad. Es decir, que la occidentalidad a pesar que se ha comprobado la heliocentricidad sigue funcionando dentro del paradigma aristotélico de la geocentricidad, especialmente sus instituciones surgidas dentro de ese seno y las cuales no han variado hasta la actualidad. Si bien algunos científicos ya funcionan dentro de estos parámetros multidimensionales, la mayoría del pensamiento y sus teorías (especialmente a nivel económico-político) siguen ancladas en visiones estrechas o miopes de la edad media (reduccionismo racionalista). El intelectualismo político y académico en Occidente, todavía no logra abrirse a la visión cuatripartita holística y en la práctica siguen funcionando con la lógica greco-cristiana unitaria (universidad).
De lo que hemos podido observar el trajinar de la “revolución ciudadana”, creemos que esta universidad no aplicará ninguna de estas epistemologías andinas. En vista de ello, solicitamos quitar el nombre de Yachay porque no corresponde, o en su defecto incorporar todos estos paradigmas y arquetipos andinos. Aunque más bien consideramos que debería hacerse otra “multiversidad” (no: universidad) y sin mezclar estas dos posturas, para no caer en el integrismo intercultural que termina absorbiendo todo al paradigma dominante. Por lo que pedimos que se apoye para crear esta escuela superior, la cual sea un proyecto amplio que involucre a toda la población y no sea otro proyecto de gueto de quienes tienen un logotipo particular y quieren imponerlo a todos los ecuatorianos como un proyecto revolucionario, cuando es reformista dentro del mismo paradigma fundacional.
Esperando algún tipo de respuesta nos suscribimos ante Ud.

Movimiento Sumak
Dr.  Atawallpa Oviedo Freire (yuyarina@yahoo.es)
Vocero

EL DESAHUCIO DE LOS PARTIDOS POLITICOS, DE LA MONOREPUBLICA Y DE LA DEMOCRACIA



La crisis electoral de Ecuador, en la que todos los partidos y movimientos políticos -sin excepción alguna- tienen problemas de alteración o de manipulación de las firmas de supuestos afiliados o simpatizantes a dichas tiendas políticas, ha destapado la debacle de la partidocracia que ha gobernado este país, como también en el mundo entero desde mediados del siglo XIX. Pero no solo ha dejado ver la podredumbre del sistema de partidos políticos sino de la democracia y de todo el sistema político republicano de los tres poderes de la occidentalidad (identidad occidental). Es decir, esto va mucho más allá, a la raíz de todo este sistema que es el paradigma civilizatorio erigido hace 2000 años en Grecia y propagado mediante la conquista al mundo entero, para así cumplir su fundamento de existencia el cual está concebido en dominar y evangelizar la Tierra como lo manda el Génesis.
En este sentido, el asunto de fondo no sería simplemente el de mejorar el sistema de partidos y el sistema democrático sino el de cuestionar su existencia como tal. El mundo se ha convencido de la necesidad imperiosa de que el destino de los pueblos deba estar en manos de los políticos, los cuales se han convertido en “profesionales” que hacen una carrera y que deciden a nombre de toda la población la vida de las naciones. La creencia aristotélica que indica que el hombre es político por naturaleza, ha calado profundamente en la población mundial, dándose por absoluto la ideología de que la política es el único y mejor camino. La política y todas sus instituciones como el centro y fin de todo. Sin embargo, la mayoría de la gente no se siente identificada y representada por la “clase política” por lo que se han marcado distancia con todos ellos, fenómeno que se da a nivel mundial. Sin embargo muy pocos se han atrevido a cuestionarlo, y casi nadie a buscar un método alternativo que implique una verdadera representación y acción directa en la administración de las diferentes instancias de los Estados nacionales, los cuales a su vez deben ser reconfigurados dentro de otras instituciones, totalmente diferentes al modelo vigente.
Por tanto, a este momento se hace importante el desahuciar a los partidos políticos y consecuentemente a toda la artificialidad que dirige el mundo entero, llamada democracia. Particularmente de la monorepública presidencialista, que es solo un disfraz del sistema monarquiteísta, y que configura el paradigma civilizatorio contranatura que ha dirigido el mundo y que ha conducido a la crisis más aguda en toda la historia humana.  Ante ello, -entre varios elementos- se hace necesario un sistema electoral directo que implique una real, auténtica y profunda participación de las más claras y sabias personas de cada pueblo. La forma sería simplemente el nombrar a representantes desde las formas e instancias más pequeñas de organización sectorial de la población. Por ejemplo en el caso del Ecuador, la forma más primaria –especialmente a nivel urbano- es la manzana, que es la unión de varias viviendas familiares que la constituyen, y a su vez de la unión de manzanas se forman los barrios, y así sucesivamente las denominadas parroquias, cantones, provincias, regiones, en ese orden.  Esto quiere decir, que cada manzana elegiría un representante, y de la unión de esos representantes  saldría otro representante del barrio y así cíclicamente con las parroquias, cantones, provincias, regiones hasta llegar a los representantes nacionales, en donde un gran consejo sería el eje de comando principal.
Un cuerpo colegiado que dirigiría en forma mancomunada y no como actualmente ocurre en que una sola persona llamada Presidente decide el destino de millones de seres humanos, sistema republicano que no tiene mayor diferencia con el sistema monárquico en donde un rey decide por todos. Del rey al presidente solo hay un paso, tanto es así, que algunos no se han declarado reyes pero si se han convertido en dictadores. No es posible seguir entregando la vida de las naciones y del mundo a personas en particular, sino a un cuerpo de varias cabezas, quienes decidan siguiendo la cadena de representación hasta llegar a las bases sociales primarias, que son las familias.
También puede tomarse como ejemplo al sistema de los Incas que cuenta el Inca Garcilazo de la Vega y también valorizado por Pedro Cieza de León. Este sistema era muy sencillo y por ello profundo, el cual consistía en generar representantes de grupos de 50 personas, de la unión de 50 representantes otro representante y así sucesivamente hasta llegar en una forma cíclica al Gran Consejo de Representantes. Sistema que se aplicaba a todos los ámbitos del quehacer humano, lo que permitió generar una sociedad con un altísimo nivel de vida, y que admiró tanto a los conquistadores que incluso mantuvieron algunas instituciones (por ejemplo la minga) pero tan solo para su beneficio personal y real. Es más, sirvió de inspiración para que algunos intelectuales hicieran propuestas similares para Europa, como los  socialistas utópicos basándose en el libro el Imperio Colectivista de los Incas de Pedro Cieza de León. Inclusive el propio Marx, que al formular su propuesta comunista se inspira en estas organizaciones ancestrales de varias regiones del mundo y que él denominó como “comunismo primitivo”.
De esta manera también se rebasaría la democracia, que es el sistema de las mayorías contra las minorías para generar un nuevo-antiguo sistema  en el que no haya la superioridad de unos mediante la dictadura del voto sino que sea el consenso la fórmula de ejercicio coparticipativo de vida. De esta manera se generaría realmente un mundo nuevo, dentro de otras características en que no sea el poder del dogma partidista y del dinero el que ponga a determinados personajes en la pódium de los gobiernos. Los cuales, a lo único que se dedican es a mantener y reproducir el sistema que encumbra a unos pocos y esclaviza a las inmensas mayorías, al cual le denominan eufemísticamente como democracia. Y por otro lado, bombardeando a mansalva con el discurso de que este es el mejor sistema del mundo de todos los tiempos, y de que los partidos políticos son los únicos que pueden dirigir los destinos de la humanidad. Amén.
Este es el momento para desde el Ecuador lanzar al mundo entero el destierro de la partidocracia, de la monorepública y de la democracia que nos han conducido a la grave crisis global que vivimos en todos los órdenes de la vida.  Este sería el punto de partida para lesionar seriamente al sistema caduco civilizatorio, para replantear y conducir a recrear un sistema que reproduzca a la naturaleza como sistema de vida humana. El cual esté sustentado en el principio de armonía de complementarios para que cada acto de la vida humana esté enfocado en encontrar el equilibrio entre todos los agentes y elementos de la vida, y no la derecha (capitalismo) o la izquierda (socialismo) como nos han querido convencer como única fórmula de existencia y bamboleo social. Es decir, que el sustento de cualquier expresión social humana tenga como fundamento el encontrar el punto de balance como mecanismo de acuerdo y de conciliación. Esto sería un método no solo político o social, sino familiar, educativo, económico, jurídico, etc., con lo cual estaríamos hablando de un trastrocamiento de todo lo que hemos vivido en el mecanicismo monárquicoteista de estos últimos 2000 años. Y de esta manera reinaugurar el sistema vitalista de comunidades que gobernó el mundo por más de 10.000 años, que en el caso andino se denomina Sumakawsay o Sistema Vitalista Armónico. Evidentemente dentro de un nuevo salto y en otras condiciones, pero inscribiéndonos en el tejido social milenario elaborado por millones de generaciones y no lanzarnos a nuevas aventuras y frustraciones. Esa sería la humildad  y sabiduría de una nueva humanidad que ha aprendido algo de estos 2000 años de civilizamiento para un nuevo reencuentro con la naturaleza y su armonía plena.