sábado, 23 de junio de 2012

VITALISMO TETRALECTICO

Una salida a la crisis global


El ser humano desde que es tal, se dio cuenta que su vida dependía del sol, que la luz era su fuente de existencia y de prolongación sobre la tierra. Bajo esta comprensión, organizó todas sus formas de vida alrededor del sol pues sabía y tenía conciencia que el “astro rey” era el centro de todo (heliocentrismo o vitalismo solar). Los pueblos de Amaruka (América) sabían desde hace por lo menos 2000 años que el planeta Tierra giraba alrededor del sol y de que era redonda, como se ha demostrado ampliamente por los estudiosos serios de las culturas amarukanas. Y si otros pueblos no sabían que el sol era el centro del sistema solar y que todo giraba alrededor de él, lo intuían, pero lo principal era, que todos en general comprendían que el sol era su vida y su muerte.

No existe ninguna cultura en todo el mundo que no se haya manejado así. Todas las sociedades y culturas del mundo entero funcionaron dentro de la conciencia solar y lunar, la cual establecía el lado masculino (activo) y femenino (pasivo) de la vida. Así lo entendieron y vivieron por más de 500.000 años dentro de esa conciencia, por eso el sol era considerado dios, padre o madre (según la cultura), espíritu, energía vital, fuente dadora de vida, etc. Todo el accionar de vida de estos pueblos se prolongaba y se dirigía hasta el sol, la luna, las estrellas…, por lo que su conciencia era cósmica y por tanto vibraba en la cuarta dimensión o tetraconciencia, como mínimo.

Tetraconciencia que es diferente a una conciencia tridimensional, la cual percibe la realidad en la dimensión física o corporal (largo, ancho y altura) del objeto en particular. La triconciencia gradualmente fue inventando una serie de nuevas creencias y nuevas ciencias (principio de identidad, principio del tercero excluido, geometría euclidiana, etc.) que diferían de los principios del milenario vitalismo solar. La triléctica organizó lentamente un nuevo mundo social, económico, reproductivo, educativo… dentro de esas tres dimensiones. Es decir, recreo una nueva concepción de la vida, la cual se detenía en el objeto (objetivismo) y no en la totalidad (holismo), en el texto y no en el contexto (geocentrismo). En otras palabras, dejó de comprender que hay un  aura (campo energético o espiritual) que sostiene y contiene lo material (a lo cual lo calificaron de idolatría y promulgaron el dios antropomorfo y único). O en palabras científicas que hay una curvatura del espacio/tiempo que guarda la memoria universal de la materia/energía. Los astrofísicos modernos lo explican más claramente, señalando que hay una materia oscura (95%) que envuelve a lo atómico (5%).

Pero la triconciencia o triléctica no se quedó contenta y siguió avanzando hasta activar la conciencia de dos dimensiones o dialéctica y finalmente de una dimensión o monoconciencia. Proceso en el que se fue estrechando el marco de percepción de la realidad para entrar cada vez más en la especificidad o especialidad (reduccionismo), y paralelamente construyendo sistemas y modos de vida dentro de esas características. Nano-concepción que llegó a la conclusión de que todo es mecánico, separado e independiente uno del otro (física newtoniana-cartesiana). Cada una de estas percepciones o conciencias fue creando un mundo o una realidad que ha sido justificada por cada una de ellas, a través de distintas teorías y creencias. Dogmas que se han ido cayendo paulatinamente o que han sido modas de cierto tiempo, pues no tenían ninguna solidez real.

La ciencia relativa (física de grandes cuerpos) y quántica (mecánica de cuerpos subatómicos) de hoy en día lo explica claramente. Y no solo sabe que en la vida hay cuatro dimensiones sino que señala que hay otras dimensiones mayores, unos hablan de 11 y otros hasta de 26 dimensiones. Todas las cuales están empatadas o emparentadas como una cebolla y en la que la de afuera contiene a la del interior y así sucesivamente. Posición que coincide con la de las culturas vitales ancestrales, solo diferenciándose entre unas y otras por la cantidad de dimensiones descubiertas, y por los métodos utilizados entre la ciencia moderna y la con-ciencia ancestral.

De esto podemos llegar a la conclusión que la cuarta dimensión es el punto de inflexión o de quiebre entre dos tipos de conciencias generales: una conciencia integral y una conciencia reductiva. Quien comprende la vida en 4 dimensiones puede hacerlo cada vez en mayores dimensiones y por el contrario quien no la enraíza en su conciencia se acerca cada vez a dimensiones más estrechas. Los tres primeros estados de conciencia son los estados más básicos, y quienes activan el cuarto estado de conciencia, entran al estado holístico y van expandiendo su conciencia cada vez a niveles más sutiles o refinados, y cuyo propósito es fusionarse conscientemente con el Todo, a través de activar al 100% las capacidades cerebrales. Dicho de otra forma, los tres primeros niveles reflejan la conciencia densa o pesada (principalmente el miedo que es la falta de amor), la cual activa la violencia, la guerra, el dominio, la extinción del otro. Conciencia básica -que justamente- es la que hemos vivido los 500 últimos años como humanidad en su conjunto, llegando al tope actual cuando se ha reactivado la conciencia de cuarto estado con el aparecimiento de filosofías como el biocentrismo, la tetraléctica, el heliocentrismo, el vitalismo, etc.



Del heliocentrismo al geocentrismo

¿Es que en algún momento de la conciencia humana hubo una “involución” o pérdida o adormecimiento de la cuarta dimensión?. Esta ruptura o quiebre se empieza a producir hace unos 5000 años y madura hace unos 2500 años y alcanza su clímax y tope hace 100 años. Límite que surge cuando se replantea o se cuestiona a la visión mecanicista por una serie de personajes que trastocan todo el sistema tri-bi-unidimensional: Einstein (Teoría de la Relatividad), Max Planck (Teoría Quántica), James Lovelock (Teoría Gaia), Heisenberg (Teoría de la Incertidumbre), Dominique Temple (Teoría de la Reciprocidad), etc. Todos ellos desarman a la teoría geocéntrica (antropo-andro-occidocéntrica) que fuera sistematizada y configurada hace 2500 años en Grecia (Aristóteles) y que ha gobernado el mundo entero en estos últimos 500 años. Dogma que sigue vigente en el fondo o en su estructura, a pesar de la muerte de Giordano Bruno y de millones de personas por la Santa Inquisición que desmitificaron a la teoría geocéntrica.

Este tránsito se dio en un proceso paulatino, en la que el milenario vitalismo heliocéntrico (no confundir con el heliocentrismo de Aristarco de Samos o de Heráclides de Ponto) fue perdiendo terreno -no solo metafóricamente hablando sino literalmente- hasta que terminó imponiéndose plenamente el geocentrismo en un período de 2200 años desde Aristóteles hasta Copérnico y Galileo. Momento en el cual se empieza el proceso de reversión y decretándose su extinción, y que le ha tomado a la humanidad más de 300 años para su desaparición con el actual proceso de renacimiento tetraléctico que estamos viviendo.

Las sociedades luni-solares estuvieron comandadas y organizadas en una forma circular, horizontal, complementaria y armónica, siguiendo una “lógica” natural y matricial. Las dinastías se estructuraban y las proyecciones de organización familiar, económica, cultural, ritual… eran reproducidas en forma femenina, aun cuando en ciertos casos eran hombres los que aparecían como cabezas visibles en la dirección social. Comprendieron que si la vida se reproduce a partir de la mujer, todo debía seguir el mismo curso (matrilinajes). No existen vestigios de violencia excesiva, ni de creación de armas sofisticadas de muerte durante esta etapa de más de 100.000 años (por decir lo menos) de convivencia tetraléctica.

En este período de armonía entre lo sensitivo (femenino) y lo racional (masculino), las relaciones fueron relativamente estables en todos los niveles de la vida humana. Los vestigios solo aparecen desde hace 5000 años en Eurasia central (Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma), que coinciden con otros fenómenos como el arribo del sedentarismo que conduciría al aparecimiento progresivo del comercio y del mercado. Y como prolongación de este nuevo fenómeno de transacción, al nacimiento de la moneda, la matemática y la escritura. Todos ellos productos o efectos realizados por los varones (cerebro lógico, analítico). En cambio en la época matricial se activó la agricultura, la medicina, la astronomía, la ritualidad, la artesanía, etc. Mientras el varón vagaba de un lado a otro buscando alimentos, la mujer asentada en un lugar se dedicaba a la observación, la experimentación, el estudio de su entorno, y de esta manera inventando la ciencia en varios niveles. Por lo que ellas eran más respetadas por los varones debido al gran nivel de cosmocimiento (no: conocimiento) y sabiduría que ellas poseían. Y de ahí, la organización colectiva y el funcionamiento cosmunitario de las antiguas sociedades. Sistema que sigue un modelo femenino de vida, y que difiere del modelo masculino que es vertical y piramidal, el cual surgirá en contraposición a éste en un período subsecuente.

Posteriormente, los varones que antes se dedicaban exclusivamente a recolectar los productos, -ahora un grupo de ellos- pasa a la actividad exclusiva de intercambiar los productos entre regiones. Grupo que además comienza a llevar y traer nuevas costumbres, tecnologías, creencias… por lo que pausadamente van adquiriendo un gran poder económico, el cual despertará en ellos la ambición de tener más ventajas que los otros. Los hombres que dirigían ciertos grupos de cultura matricial en alianza con esta nueva élite (los comerciantes), van acumulando y apropiándose de esas ventajas y del excedente de la cosmunidad (no: comunidad). Consecuentemente irán alcanzando más poder material, especialmente bélico y productivo, todo lo cual conducirá al surgimiento del patriarcalismo (triconciencia) y que confluirá en el geocentrismo (biconciencia) y a la formación de su sistema social denominado civilización (monoconciencia).

En el patriarcalismo se empieza una guerra contra todo lo femenino o todo lo que representa la feminidad de la vida: diosas, mujeres, naturaleza, corporalidad, afectividad, sexualidad, intuición, sensitividad… Y las primeras atacadas serán las diosas, las que terminarán transformadas en creencias paganas e idolátricas, luego las mujeres que pasarán a ser brujas, la naturaleza en salvajismo, el cuerpo en debilidad, la afectividad en romanticismo, la sexualidad en pecado, la intuición en irracionalismo, la sensitividad en primitivismo, etc., etc. Así hasta el día de hoy en que se comienza a replantear todo, aunque todavía sigue imperante y lucha por mantenerse y perpetuarse aún más la teoría geocéntrica. A pesar de que la ciencia moderna ha demostrado el heliocentrismo, las instituciones creadas y surgidas en el geocentrismo siguen latentes, todavía.



De la tetraléctica a la dialéctica

Hasta hace 5000 años la tetraconciencia estaba vigente en toda la humanidad, pero en el oeste de Asia (Mesopotamia) hace unos 4000 años se comienza a desarrollar (ó subdesarrollar) la triconciencia, que a su vez hace 3000 años conducirá a la biconciencia, y desde hace 2000 años a la monoconciencia. Esta última, que es una conciencia de claustro que ha alcanzado su punto máximo en la conciencia miope o posmoderna, en donde todo gira en y alrededor de sí mismo (libertad individual). Los estudiosos han comprobado que cada nuevo descubrimiento, invento, difusión e imposición le ha tomado 1000 años a cada humanidad.

La teoría geocéntrica se consolidó y se estructuró más claramente en la Grecia clásica, cuyos máximos representantes y padres de este nuevo mundo serán Sócrates, Platón y Aristóteles. Este último incluso dará una nueva ruptura (“involutiva”) mucho más grave, al consolidar intelectual y teóricamente el paso de la tridimensionalidad o triconciencia a la bidimensionalidad con su conciencia dual o lógica dialéctica. De acuerdo a su etimología, el concepto remite a dos términos griegos: dia (de lo uno a lo otro) y legein (razonar, determinar, definir); por lo que su sentido más ordinario equivaldría a una contraposición o lucha entre dos o más lógoi o razones.

Aristóteles es el que mejor precisa esta categoría dicotómica que sería más claramente definida como dialéctica. Visión en la cual, la vida funciona por la lucha de dos fuerzas, en la que una de ellas tiene la verdad y debe ganar, que es el bien contra el mal, la sabiduría contra la ignorancia, el logos contra el mito, la razón contra la sensorialidad, la ciencia contra la religión, lo civilizado contra lo bárbaro… Así ha seguido su recorrido hasta sus últimos inventos de nuestros tiempos: lo avanzado contra lo atrasado, lo desarrollado contra lo subdesarrollado, lo moderno contra lo antiguo, el primer mundo contra el tercer mundo, el futuro contra el pasado, etc., etc.

Aunque es Heráclito el que le da un poco más de cuerpo, pero quienes le darán más empuje será Hegel (idealismo), pero su gran sostén será Marx (materialismo). Entre todos ellos se inscriben una serie de intelectuales y científicos (todos hombres, no existe ninguna mujer) que seguirán los mismos presupuestos a nivel de la economía, la medicina, la filosofía, la ciencia, la organización social, la religión… Los cuales a su vez crearán todo un sistema o mundo que la defenderán y la impondrán con la muerte (guerra, conquista, explotación). Todas las creencias inventadas por la biconciencia se estructuraron más ampliamente y se consolidaron en forma total (cual era su rumbo) en la monoconciencia, con una serie de instituciones monárquicas, monoteístas, monopólicas, monogámicas, monoculares, monomaníacas, etc., etc. Monolectismo que ha alcanzado su máximo “esplendor” en la sociedad individualista, existencialista, libertina, anoréxica, bulímica, hikikomori,  de hoy en día.

La élite androcéntrica (jefes y mercantilistas ricos) que creó el esclavismo patriarcal (patriarcalismo), simplemente se ha ido desarrollando y perfeccionando -a medida de los descubrimientos armamentísticos y productivos- hasta la actualidad, de ahí que sigue vigente el patriarcocentrismo en esencia. El máximo patriarca de la autodenominada civilización occidental es Abraham (4000 años) con su teoría del dios antropocéntrico, luego tenemos a Moisés (3000 años) y el dios único, posteriormente a Platón (2000 años) y su inferioridad de la naturaleza, hasta los escolásticos (Tomás de Aquino) y su monocultura cristiana (1000 años), para finalmente terminar con Marx y su materialismo histórico. Estas son las máximas figuras que han logrado representar al pensamiento de cada época, pues cada sociedad fue modificándose y encontrando a sus expositores más claros, al menos dentro de la línea oficial en que hoy se cuenta la historia de occidente.

En otras palabras, la identidad occidental (occidentalidad) se iría perfeccionando gradualmente, en la que una élite toma el control de Europa y parte de Asia e irá consolidándose en distintos períodos, llamados en occidente: esclavismo, feudalismo, mercantilismo, capitalismo, socialismo. Es decir, es el proceso en que una etho se irá reduciendo y alcanzando cada vez más poder económico, político, ideológico y militar, para dominar primeramente a su pueblo y finalmente desde hace 500 años al mundo entero. Proceso en el que van imponiendo su sistema dialéctico que a la final es monoléctico o monista, y consecuentemente el adormecimiento total de la conciencia tetraléctica.

La identidad occidentalista que se inició en la antigua Mesopotamia-Persia y que se perfeccionó en el imperio greco, dando lugar a la fusión del semitismo con el helenismo. Para después con la adopción del cristianismo por el emperador romano Constantino y ratificada por Teodosio, consolidar plenamente la autodenominada civilización occidental, tal como la conocemos hasta el presente. Proyecto civilizatorio que a su vez empezó su expansión hace unos 1700 años con la conquista, colonización y evangelización del mundo. El primer territorio conquistado por la occidentalidad fue toda la Europa imponiendo el monismo cristiano y de esta manera terminando con las culturas milenarias vitalistas solares, bajo el mismo argumento de salvarles de la idolatría. Y a su vez los europeos ya occidentalizados en un período de 1200 años, con los mismos argumentos de la extirpación de idolatrías empezaron la conquista del África, de Amaruka, de Oceanía y del resto de Asia en estos últimos 500 años.



El vitalismo tetraléctico de Amaruka

Las monarquías europeas se lanzaron a la occidentalización o civilización de nuevos territorios en el afán desaforado de nuevas riquezas. Llegaron a Amaruka y se encontraron con pueblos que seguían viviendo en una conciencia tetraléctica o vitalista solar, lo cual para la conciencia bi-monista (dialéctica) resultaba salvaje, primitiva, arcaica, bárbara, atrasada… Es decir se repetía la historia, antes la élite occidentalista del imperio greco-latino pensaba lo mismo de los pueblos europeos en general (los llamaban bárbaros), y luego los europeos ya civilizacionados pensaban lo mismo de los pueblos del resto del mundo, y ahora la mayoría de la población del mundo piensa igual (civilización versus salvajismo).

Según la historia de la occidentalidad, su proceso histórico ha sido la evolución o desarrollo desde el mito (herejía, superstición, paganismo) hasta la razón (lógica, intelecto, raciocinio). Pero ahora sabemos, que lo que sucedió fue la separación e imposición de la razón sobre el mito, lo que les llevó al reduccionismo paulatino hasta llegar al objetivismo miope de hoy en día. Del vitalismo solar al geocentrismo, de la conciencia vitalista a la conciencia mecanicista, de la tetraléctica a la dialéctica.

Dicho de otra forma, hace 2500 años se impone definitivamente en Grecia el sistema de lucha de contrarios (dialéctica) sobre el sistema de armonía de complementarios (tetraléctica). Esta concepción de disputa de opuestos en todo su proceso de existencia ha tenido diferentes acepciones o expresiones: ley de superiores sobre inferiores, ley de la síntesis, ley de unión y lucha de contrarios, ley del tercero excluido, ley de la identidad, ley de la negación de la negación, lucha de clases, ley de la competencia, ley de la eficiencia, etc., etc. Leyes que hoy se encuentran seriamente cuestionadas por la ciencia moderna realtivista-quántica y por la con-ciencia ancestral que vive en ciertas cosmunidades alejadas de la civilización, pero principalmente en nuestra memoria genética (ADN) y en el inconsciente colectivo de toda la humanidad.

Visiones que actualmente se conjugan en el denominado biocentrismo, que todavía tiene rezagos del geocentrismo (pues surge desde allí) pero que está muy cercano al vitalismo solar ancestral. En todo caso el biocentrismo nos da herramientas necesarias para comprender que la vida es la que ha creado el universo y no al revés como creían las teorías mecanicistas newtonianas-cartesianas y las evolucionistas darwinianas. Ninguna de las dos han sido capaces de explicar el origen de la vida, y el biocentrismo apoyado por el relativismo y la quántica, explica que la energía vital es la autogeneradora de vida. Lovelock se dio en cuenta de algo bien simple: la vida, al propagarse tiende a modificar su entorno. Hoy parece algo obvio, pero en ese tiempo, el Darwinismo más ortodoxo proclamaba que las especies sólo debían adaptarse a los cambios ambientales o morir. Nadie parecía pensar que quizás una forma de adaptarse a esos cambios ambientales era a su vez convertirse en una fuerza capaz de modelar el entorno.

Teorías del Biocentrismo que no están “inventando la pólvora” o “descubriendo el agua tibia”, sino que están confirmando a las visiones de la con-ciencia tetraléctica ancestral, que ya había comprendido y tomado conciencia de todo ello. Así lo demuestran los investigadores de los antiguos Tiwanakus e Inkas, como por ejemplo el boliviano Javier Amaru Ruiz quien ha demostrado científicamente a través del denominado “Cuadrado Mágico de Tiwanaku” ubicado en la famosa Puerta del Sol, que los Tiwanakus vivían y se manejaban por una conciencia tetraléctica.

Ruiz dice en su libro La Delusión Dialéctica: “La unificación teórica de modelos dialécticos es imposible debido a la constante manifestación del principio del tercero excluido. Sin embargo, la realidad demuestra ser una tetraléctica incluyente, porque en el espacio/tiempo los tres campos de fuerza de la materia/energía funcionan simétricamente unificados y perfectamente sincronizados con la gravedad… (Es decir) la realidad tetradimensional está totalmente unificada, en otras palabras, el conflicto es de razonamiento o de conciencia porque simplemente no comprendemos los mecanismos de esa unificación… De acuerdo al biocentrismo, el tiempo no existe independientemente de la vida que lo siente, en otras palabras, la vida hace y condiciona al tiempo… (Pero) cuando los físicos mencionan el tiempo, inevitablemente mencionan el cambio y de acuerdo a los teóricos del biocentrismo, cambio no es lo mismo que tiempo… En consecuencia, para el biocentrismo, la vida -particularmente la conciencia- fue quien creó el universo y éste no podría existir sin los seres vivientes. En otras palabras, pretenden demostrar experimentalmente que las distancias son ilusorias y que el espacio es ideal.”

Ruiz García para apoyarse y fundamentar su teoría del “Cuadrado Mágico de Tiwanaku”, nos hace referencia a la yupana un antiguo sistema de conteo que puede hacer operaciones matemáticas de más de 5000 dígitos. Al respecto dice: “Este sistema, fue re-descubierto en 2002 por los investigadores italianos, Nicolino de Pascuale y Mauricio Orlando, de la Universidad de Pescara. Quienes finalmente, encuentran las claves del sistema operativo de la Yupana (Quipus) demostrando en su tesis, que el poder matemático de este ábaco andino es ilimitado. Con la Yupana, se resuelven todo tipo de cálculos astronómicos, se realizan operaciones matemáticas complejas e inclusive postulan a la Yupana para la arquitectura de un moderno microprocesador, cuya aplicación redundaría en uno mucho más poderoso que los diseños actuales de arquitectura binaria. En otras palabras, Europa descubre que una herramienta pre-hispánica, no tiene nada que envidiar a las sofisticadas computadoras modernas…”

Finalmente Ruiz llega a la siguiente conclusión: “El Cuadrado Mágico de Tiwanaku, cuyos coeficientes numéricos sumados son igual a 9 y en él se manifiestan los códigos tetralécticos de la asimetría 3+1 y de la simetría 2+2… El código Tetraléctico 3+1, también conocido como el código de la veracidad, está demostrado con algunas propiedades físicas del universo y de la naturaleza, por ejemplos: el cuerpo humano está conformado de 3 partes liquido una parte sólido, la tierra es 3 partes liquido una parte sólido, el universo es 3 partes hidrogeno una parte Helio, también 3 partes energía una parte materia es decir un promedio exacto de 75% sobre 25%.”

Esta conciencia tetraléctica (tawantin en lengua quechua – tiwanaku en aymara) se tradujo en todos los niveles de la vida de los pueblos andinos, cuyo sistema se expresa en el principio de Vivir en Armonía Plena o Vitalidad (Sumak Kawsay en kichwa (quechua) o Suma Qamaña en Aymara). Este vitalismo andino se expresaba desde la denominación de su nación: Tawantinsuyu, que quiere decir Reunión de las Cuatro Partes (elementos, regiones, poderes, direcciones, conciencias...). El cuatro marca toda la realidad andina -en correspondencia con la tetralidad de la vida- generando todo un sistema de vida dentro de esas categorías y condiciones. Es decir, toda la organización productiva, distributiva, espiritual, social, etc., funcionaba en base a la denominada “cruz andina”, que está sustentada o configurada bajo la concepción de la cuadratura de la circunferencia, como lo ha demostrado Carlos Milla Villena.

Valga anotar que muchos otros pueblos también fueron conscientes de ello, incluso los propios griegos con la tetractis lo sabían, pero como dice Amaru Ruiz García por la delusión dialéctica de los denominados griegos clásicos se perdió todo ello. Al respecto también señala: “En la antigua Grecia, los filósofos postulaban que los cuatro elementos, el tetractis numérico, los cuatro estadios espirituales, la medicina de los cuatro humores, etc. eran tetralidades sagradas. A partir del año 387 a de C. Sócrates y Platón divulgaron los métodos de la dialéctica con sus famosos diálogos… En consecuencia, suponemos que Platón transmitió ese conocimiento desde su Academia en la cual enseñó durante 20 años y con esas enseñanzas, demolieron los cimientos del razonamiento tetradimensional que se estaba gestando (más bien rescatando del pasado) en la antigua Grecia.”

La tetraléctica (término acuñado por J. Emilio Molina) o tetraconciencia andina -como yo prefiero llamarla-, hoy se convierte en una respuesta o si prefieren, en una alter-nativa al método dialéctico o conciencia monista que ha generado el monarquismo-monoteísta y que modernamente se llama monorepública cristiana con sus dos vertientes, autodenominadas de derecha y de izquierda. Socialistas que hasta hace unos 30 años eran ateos pero que ahora se han vuelto cristianos, especialmente los autodenominados socialistas del siglo XXI,  quienes han “logrado” la reunificación del cristianismo y del marxismo -las dos caras de la misma moneda-, y así consolidando el occidocentrismo. Sistema que se desenvuelve entre contradictorios dialécticos: el capitalismo y el socialismo, o el positivismo y el materialismo; muy diferente a la oposición tetraléctica que es complementaria e integral.



El vitalismo tetraléctico del Sumakawsay

Los autodenominados socialistas del siglo XXI han reactivado al Sumak Kawsay (de acuerdo a la filosofía del Kichwa habría que unificar las dos palabras: sumakawsay) de los pueblos ancestrales andinos, pero solamente han incorporado su membrete y el estribillo general en las Constituciones Políticas de Bolivia y Ecuador. Por lo que ahora se hace necesario el incorporar los principios, estructuras, metodologías, instituciones… del milenario vitalismo tetraléctico andino, pues por el momento es tan solo una dialéctica sincrética que corroe y que no permite la fluidez. Siendo urgente el que se hagan los cambios pertinentes o se reencauce el camino, caso contrario nos podemos encaminar a una nueva desilusión (delusión) dialéctica o a un nuevo desencantamiento en palabras de Max Weber. Situación que ya se viene dando con algunas prácticas neo-desarrollistas de los gobiernos de Morales y de Correa, bajo el logotipo de Vivir Bien/Buen Vivir. En estas circunstancias es necesario que los vitalistas andinos consoliden la conciencia tetraléctica en su vida cotidiana, retomando las cosmunidades y sean un ejemplo para despertar el vitalismo solar que pervive en todos los seres humanos de la Madre Tierra.

Si bien, la mente actual está funcionando en una bidimensionalidad nuestro cuerpo físico que está nutrido por la biosfera está funcionando en una tetradimensionalidad. Es decir, necesitamos salir de una conciencia individualista a una conciencia colectiva, lo que implica no ser solamente ser humano sino ser humanidad y ser tierra. Necesitamos remontar a nuestra conciencia personal la conciencia biosférica para funcionar en correspondencia y reciprocidad con la realidad de un solo organismo que somos todo el planeta y toda la vida en su conjunto. Es nuestra oportunidad sino la vida (biosfera) que es más fuerte que nosotros nos llevará dentro de su cauce. No es posible irse en contra de la vida por más tiempo, pues la vida tiene mayor conciencia y terminará enrumbando el camino a pesar de la tenaz resistencia del monismo de estos 2000 años. Lo hacemos conscientemente o la crisis, el cambio climático, la enfermedad, el sufrimiento se encargarán de ello. Debemos entender que la humanidad es la misma y que todos estamos en la misma nave y que podemos colapsar unas veces como onda y otras veces como partícula. Cada uno decidimos el camino total: geocentrismo (Idealismo Platónico - Racionalismo Kantiano e Idealismo Dialéctico Hegeliano -Materialismo Histórico Marxista)  ó cosmocentrismo (vitalismo tetraléctico-sumakawsay andino).


Atawallpa Oviedo Freire


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