“Ni siquiera es
indígena y habla en nombre del indígena, la próxima vez que venga hablar
díganle sal de aquí siki ñawi, tú no eres indígena”, decía Rafael Correa el
28/08/2013 en Riobamba en una concentración con indígenas y en referencia a
Carlos Pérez Guatambel presidente de la ECUARUNARI.
Lo primero que habría que comenzar señalando, es que el “defensor”
del respeto, de la honra, de la dignidad y Presidente de la República del
Ecuador, aprovechando que la mayoría de ecuatorianos no sabe el Kichwa, ha
procedido a insultar –una vez más- diciendo CARA DE CULO o si prefieren más
suavemente CARA DE TRASERO al presidente de la más importante organización de
la sierra ecuatoriana Carlos Pérez Guatambel. Sumándose una frase más, a la
lista de “correazos “ que el Presidente ha lanzado a los ecuatorianos, pues
cuando insulta a uno, lo está haciendo a todos, empezando por él mismo, ya que
representa y es la figura principal de todo un país.
Pero lo que más me llama la atención es que ha tenido el
atrevimiento de desconocer como indígena a Carlos Pérez Guatambel. Desde hace
algún tiempo vengo proponiendo un debate, de qué es ser indígena, pero no he
tenido aceptación de casi nadie. En Bolivia el tema es candente, a partir del
censo 2012 donde se incluyó la pregunta con la que se pretendía conocer a que comunidad
indígena se reconocía el habitante originario. De esta pregunta protestaron
algunos citadinos señalando que faltaba introducir a los mestizos, pues entre
las opciones a escoger no había esta categoría. El gobierno argumentó que no
existía lo mestizo, indicando que era un invento colonialista y racista, de lo
que estoy totalmente de acuerdo (de las pocas cosas que comparto con Evo).
En el caso del Ecuador, casi la totalidad de la
intelectualidad y la mayoría de la población reconoce la categoría social de
mestizo, más asociado al fenotipo de una persona que a cualquier otra cosa, es
decir, referenciada a rasgos físicos y a lo cual lo llaman raza, hablando de
que hay la raza blanca, negra, indígena, mestiza... Aquí es interesante
reflexionar que a los pueblos de Europa y Africa le dan un color específico,
más no a los originarios de Amaruka (América), reflejando una connotación “colorcista”
en la definición.
¿Pero desde cuando surge esto del color y de la raza? Es a
partir de la invasión de Amaruka (1492), en que los europeos para diferenciarse
de los demás pueblos y establecer categorías de superiores e inferiores,
empiezan a utilizar el color de la piel para marcar estas supuestas diferencias
y jerarquías. Los primeros en ser denominados así fueron los esclavos africanos
traídos para poblar ciertos lugares en donde exterminaron a los pueblos
primeros de Amaruka, y en otros sitios para que trabajen duramente para los
invasores. Ellos fueron los primeros en ser denominados NEGROS en razón de su
color y posteriormente para establecer el contrapeso o la oposición se
autodenominaron BLANCOS. Obviamente asociaron negro con oscuridad, malo,
negativo, diabólico, muerte, etc. Por eso hasta ahora se dice viernes negro,
día negro, mercado negro, etc. Y viceversa con lo blanco, que era símbolo de
pureza, de luz, de claridad, de limpieza, etc. Igual hasta el día de hoy.
Posteriormente se pasó a otro concepto más allá del color de
la piel y hacía una supuesta referencia constitucional biológica que establecía
la diferencia de calidad entre uno y otro tipo de seres humanos y se comenzó a
hablar de razas. El camino de la raza fue ir desarrollando una serie de teorías
para demostrar en esencia que los blancos eran los mejores, llegando a la
cúspide en el nazismo y la supuesta superioridad de la raza aria: los más
blancos, rubios, de ojos azules. Aquí es importante anotar que en la época de
auge de los griegos, hace 2500 años, ellos eran descendientes o estaban
emparentados con pueblos como Egipto (los faraones eran negros), Turquía,
Siria, Palestina, etc., y más bien eran de pelo negro, ojos cafés, piel
bronceada, y consideraban como salvajes y bárbaros a personas rubias, que
habitaban en el norte de Europa. Pero hoy se han cambiado los estereotipos y
“los hombres las prefieren rubias”.
En el caso de los originarios de Amaruka, les siguieron denominado
INDIOS en razón de la equivocación de Colón, quien creía haber llegado a la
India y porque además no había otra denominación. Posteriormente se los llamó
indígenas en razón de ser originarios de Amaruka, pero cometiendo el mismo
error pues indígena viene del indegeus que quiere decir “nacido de la India”,
pero hoy se dice que indígena es toda persona originaria de un lugar o como
dice la RAE: “originario del país de que se trata”. Por lo tanto todos somos
indígenas desde esta concepción. Pero en la práctica lo que sigue marcando es el
racismo y una supuesta marca racial, y ahora la ciencia con el genoma humano ha
establecido que no hay razas y solo existe la raza humana. Sin embargo en lo social y cotidiano sigue
existiendo y manteniéndose la carga racista elaborada hace 500 años por los
conquistadores europeos, quienes dividieron a los seres humanos en todo un apartheid:
blancos, mestizos, ladinos, cholos, indios, sambos, negros, etc. Todos ellos configurados en razón del fenotipo de
las personas, y en la que los mejores son los blancos-rubios y los peores son
los negros-azulitos. Hecho que no ha cambiado hasta el día de hoy, quizás con
el fútbol los negros ya han sido algo apreciados.
Pero la pregunta principal es: ¿el color o el fenotipo es lo
que determina lo social, cultural, biológico, económico de una persona o un
pueblo? Para nosotros la respuesta es si y no. No, en cuanto a la realidad de
la naturaleza, es decir, de la vida, no existe esta diferencia; y si, en la
medida en que es un invento conceptual, es decir, que existe solo en las ideas
y teorías mas no en la “realidad” (genoma). Si bien este concepto tan solo tiene
500 años, a este momento podría prolongarse o proclamarse su abolición.
Nosotros estamos por su cuestionamiento y abogamos porque el fenotipo de las
personas no marque ninguna condición de superioridad o inferioridad sino de
diversidad y belleza multicolor; y la diferencia –que existe- esté a nivel de la
cultura y sobre todo en un plano conciencial. En este sentido, no cabe hablar
de cultura blanca, negra, roja, amarilla, cobriza, bronceada… ni mestiza,
ladina u otra, que mas hace referencia a las mezclas fenotípicas que a otra
cosa, pues todas ellas entrañan un racismo de por medio. De otra parte, hoy hay
negros de piel en Estados Unidos pero que tienen un pensamiento occidental, y
así en todo el mundo.
En el caso del Ecuador, hay gente de fenotipo originario
pero que igualmente tienen un pensamiento eurocéntrico. Entonces lo que marca
la diferencia real es la adscripción a un tipo de concepción y modo de vida,
habiendo dos matrices básicas o raigales en el mundo entero: la patriarcalista
y la matricial. La patriarcalista surgida en Mesopotamia (Irak-Irán), ampliada
y bifurcada al mundo entero por diferentes ramas: monarquía, civilización,
colonialismo, imperialismo, capitalismo,
modernidad, primer mundo, desarrollismo…, que nosotros sintetizamos en piramidalismo.
Y por otro lado, los pueblos naturales, culturales, vitalistas de estructura
horizontal, espiral, circular, complementaria, armónica, sinérgica,
homeostática; llamadas por nosotros “pueblos espiralados” y a su vez denominados
despectivamente por el piramidalismo como pueblos salvajes, atrasados,
primitivos, arcaicos, subdesarrollados, cuarto mundo, etc.
Algunos hablan de mestizaje cultural, pero nosotros creemos
que además de ser una carga colonialista y racista es un anacronismo, pues no
puede existir mezcla entre dos paradigmas excluyentes como son lo
patriarcalista y lo matricial, lo que hay son cooptaciones o asimilaciones de
uno y otro lado dentro de la respectiva fuente constitutiva. Es decir, una
matriz absorbe y digiere cualquier elemento a su estructura raigal. Hoy, a
pretexto de integración, inclusión, coparticipación, se empieza a hablar de
interculturalidad pero en realidad es integrismo, pues lo que está sucediendo
es que los grupos denominados minorías están siendo asimilados al sistema
dominante. Interculturalidad solo es posible entre grupos interseccionales o de
paradigmas incluyentes, por ejemplo entre inkas y kitus antes de la invasión, y
después de ella, entre grupos que resisten al sistema oficial piramidal por sus
formas de vida matricial y en la que hay de todos los colores.
Entonces lo mestizo es otra forma de encubrimiento racial
para decir: esto es de nosotros los blancos y menos blancos, y eso es de los
indígenas. Sirve para decir: los blanco-mestizos somos parte y nos debemos a la
cultura occidental, y los indígenas a la cultura andina. Eso para nosotros es
un anacronismo pues la diferencia no marca el fenotipo ni la supuesta raza,
sino la concepción y modo de estar en la vida, entre una concepción
eurocéntrica de Derecha o Izquierda y una andina de Hanan (tierras
altas-montañas-sierra) y Urin (tierras bajas-costa-amazonia).
La primera es una dicotomía o separación (dialéctica), la segunda es una
interrelación o comunión (tetrádica).
Entonces, creemos que no hay que quedarse en las ramas sino
ir a las raíces para establecer las diferencias, no para dividir entre mejores
y los peores sino para señalar las variedades y las diversidades. En ese
sentido, el señor Correa sigue teniendo una visión patriarcalista al hacer sus
malhadados comentarios, no solo racistas sino prepotentes. Pero además falsas,
porque Carlos Pérez Guatambel tiene el fenotipo originario pues sus padres son
de ese fenotipo. Claro que no de un fenotipo como el de Cholango, pues ha sido
demostrado científicamente que las migraciones a Amaruka se han dado por miles
de años, y han llegado fenotipos de todos los lugares del planeta incluido el
de los europeos. Dick Ibarra Grasso tiene un estudio extenso de los diferentes
fenotipos en toda Amaruka, en el que el europeo está muy presente. Los
cronistas hacen referencia a muchos casos de “Incas blancos”, por ejemplo. Pero
lo importante no es el fenotipo, de ahí que también hay un racismo en algunos
miembros y organizaciones como la CONAIE y demás, pues igual se circunscriben a
una forma física, habiendo mucho gente del fenotipo originario que les ha
traicionado a muchas organizaciones indígenas, lo cual no tenía nada que ver
con un color de piel sino con un color de conciencia, ideología, cosmovisión, filosofía,
etc.
Entonces, señor Correa deje de seguir dando puñetazos y
patadas verbales y psicológicas, y además deje de ser un racista y un egocéntrico.
Quién es usted para decir quién es o no indígena. En todo caso, sería
interesante leer las visiones de cada uno. Quién empieza.
Atawallpa Oviedo Freire
MULTIVERSIDAD YACHAY WASI
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