Hace 480 años los invasores españoles luego de traicionar y
asesinar al Inka Atawallpa, procedieron a someter al pueblo e inmediatamente
dieron la orden de destruir todas las edificaciones y todo cuanto represente y
simbolice la forma y medios de expresión de la cultura originaria. Sabían muy
bien, que para consolidar su dominio debían hacer desaparecer todo cuanto sea
obra, forma y característica de la vida ancestral, para así de esta manera
despersonalizarlos y desorientarlos. Borrar
toda traza propia para desde cero levantar sobre suelo andino las expresiones
arquitectónicas, epistémicas y simbólicas de la Europa colonial, ha sido su
propósito desde que llegaron hasta el día de hoy. No hay ningún cambio.
Irónicamente el neo-conquistador de Rafael Correa, a 4 días
de la muerte de Atawallpa (29 de agosto
de 1533 según algunos historiadores) ha procedido a inaugurar sus escuelas del
milenio y ha anunciado “que de 18 mil escuelas comunales solo quedarán 5.500 que
serán mejoradas” (ecuavisa 04-09-13). El Correismo sigue matando a la cultura
madre (la Madre Matria) y continua con la misma táctica de sus predecesores (la
Madre Patria) suprimiendo a las escuelas -creadas con la idea y participación
de las comunidades-, y que con poco presupuesto las hicieron humildemente pero
guardando ciertos elementos culturales autóctonos. Pero la pregunta obvia es, por qué solo 5.500 escuelas
comunales van a “ser mejoradas” y no las 18.000? Pues sencillamente por qué al
Correismo no le interesa la cultura andina sino el tecnomorfismo, como vamos a
demostrar a continuación.
Uno de los principios básicos del Sumak Kawsay es la armonía
con la naturaleza, esto implica convivir dentro de los modelos, formas y medios
de la naturaleza; o en palabras académicas dentro de las epistemologías,
axiologías, ontologías, hermenéuticas de la vida, es decir, de la naturaleza,
para vivir en el continumm de ella y
no en divorcio o separación. La arquitectura andina funciona en ese sentido y
toda construcción guarda esa simbiosis con su medio. La arquitectura de la
costa, de la sierra y de la amazonia son diferentes, y cada una se integra
dentro del paisaje natural, utilizando los mismos materiales de la zona, para
recrear formas continuas al entorno propio. Actualmente existe el proyecto
comunitario Añangu en el corazón del Yasuní, es un eco-hotel que guarda la
arquitectura y cultura del lugar. “Miguel Andy, gerente general Napo Wildlife
Center, cuenta que (…) tienen 15 años en la zona y en todo ese tiempo, no han
maltratado el ecosistema. Esta comunidad deja buenas enseñanzas. Poco a poco y
casi en silencio, la comunidad Kichwa de Añangu ha logrado probar que un
proyecto turístico comunitario que respete el entorno natural, si es posible.” (http://www.ecuavisa.com/articulo/noticias/actualidad/40040-anangu-ejemplo-emprendimiento-ecoturismo-corazon-del-yasuni).
Ya quisiera una escuela y una
universidad de este tipo y características, en aquellos lugares donde el
correismo ha inaugurado sus escuelas del milenio y próximamente sus
universidades.
Los institutos correistas siguen respondiendo a la lógica,
estructura y pensamiento patriarcal monárquico civilizatorio. Todo está diseñado
y sigue la pauta colonialista. En sus construcciones ni siquiera hay símbolos,
pinturas, monumentos, decoraciones que le den un matiz cultural propio,
original, auténtico de las tierras ecuatoriales. Estos centros de
adoctrinamiento no tienen diferencia con las construcciones de la colonialidad
posmoderna, se parecen a los colegios occidentalizados de las clases medias y
altas. Estas escuelas del milenio (y las universitarias en construcción:
Yachay, Artes, Educación, -todavía en planos-) más parecen norteamericanas que
propias de un país andino. ("Ojalá
muy pronto tengamos centenas de chicos de nuestro pueblo shuar estudiando en
las mejores universidades del mundo, para que sin perder su identidad vengan a
sacar adelante a sus comunidades", Correa en el Telégrafo 04-09-13).
Con institutos así, los alumnos indígenas no solo van a perder su identidad
sino que también van a ser domesticados, como la mayoría de ecuatorianos que
han sido -y son- enajenados en las escuelas repetitivas, memorísticas,
alienantes del Ecuador colonial y republicano, las mismas que nos han conducido
a la pobreza cultural y económica en que vivimos desde la invasión española.
Pero lo más grave de todo esto, son las pedagogías,
currículos y hermenéuticas que se están utilizando. De acuerdo a la pedagogía
andina, un elemento importante es la forma de interrelación entre profesor y
alumno, una de ellas es la forma circular y cíclica de convivencia, que rompe
con la forma vertical y divisoria entre facilitador y aprendiz. Lo que implica
establecer otro nexo de comunicación, aprendizaje y creatividad entre quienes
actúan circular e integralmente o entre quienes están sometidos a la repetición
y reproducción del pensamiento dominante del sistema, a través del profesor.
Esto ya lo han entendido en todo el mundo, y hay muchas experiencias como la Waldorf,
Montessori, Pestalozzi, Kumon, Doman, etc. Todas ellas muy interesantes pero
que no responden al co-razonamiento andino, y que en todo caso serían mil veces
(milenio) mejor que las escuelas correistas, y que todas las privadas y
públicas conocidas oficialmente.
Un ejemplo a resaltar es la escuela yachay wasi que dirigen los mediadores culturales Laura Santillán y
Fernando Chimba, que integra todas las características andinas de una educación
de calidad, de matriz sinestésica, con identidad, y sobre todo despertadora de
la conciencia. Todo ello con un bajo presupuesto, demostrando que es posible
una educación reveladora sin mucho derroche. Si esta escuelita tendría el
presupuesto que tienen las escuelas correistas sería un estandarte de educación
y un proyecto piloto para todo el Ecuador y el mundo entero. Un gobierno
revolucionario del Sumak Kawsay las implementaría por todo lado y de esta
manera trastocaría todo el sistema colonial imperante para producir una
transformación integral y profunda a todo nivel. Eso sería revolucionario, pero
el correismo solo se preocupa de hacer “elefantes blancos” y de crear “castillos
en el aire” señalando que así se elimina la pobreza, cuando lo que están
consolidando es la pobreza cultural, pedagógica, epistemológica colonialista,
para imponer definitivamente la invasión empezada hace 480 años por sus
antecesores y que todavía falta consolidarla en el Ecuador Profundo.
Pero si las construcciones, las pedagogías y hermenéuticas de
la colonialidad y del correismo son graves; las epistemologías, axiologías y
ontologías son terribles. Lo que se enseña es la misma educación colonialista
de siempre (igual que las otras); y ahora más grave aún porque se está
introduciendo lo más avanzado del pensamiento logocrático, tecnomórfico,
hedonista y anoréxico del primermundismo en crisis. Si en los mismos EEUU y
Europa hay quienes cuestionan a todo el posmodernismo cartesiano y abogan por
otra ciencia y tecnología menos positivista y reduccionista, el correismo se
propone integrar al Ecuador al occidentalismo en crisis. Mientras algunos
científicos del primer mundo ponen de ejemplo de vida, sabiduría, ciencia, y
tecnología a las culturas ancestrales sobrevivientes. Es más, algunos vienen a
aprender de nuestros pueblos, aunque no faltan quienes quieren patentarlos, en
cambio, el correismo quiere ponerse a su cola y ser parte del cientificismo que
nos ha conducido al cambio climático. (Ver
mi texto detallado en el libro “El correismo al desnudo” http://vitalismoandino.blogspot.com/2013/08/revolucion-educativa-o-re-colonizacion.html)
Como acabamos de demostrar no hay ningún cambio revolucionario
ni así se acaba la pobreza. Valga precisar, que las “escuelas del milenio” de
Europa y de EEUU no han acabado con la pobreza en toda su existencia, viviendo
crisis intermitentes en todo este tiempo y más bien las han ahondado
últimamente, -como estamos siendo testigos-. Las escuelas que podrían acabar
con la pobreza son todas las alternativas y alter-nativas que están emergiendo
en todo el mundo. Pero las escuelas que con seguridad si acabaron con la
pobreza fueron las escuelas andinas pre-colombinas. Ningún cronista ni
historiador han señalado que en los Andes hubo pobreza; todo lo contrario aquí
había abundancia a borbotones. Entonces, si queremos salir de la pobreza impuesta
tenemos que retomar y continuar con las pedagogías, epistemologías,
tecnologías, formas de organización, estructuras económicas… de nuestros ancestros
que lograron una homeostasis con su ambiente. Ahí hay una experiencia acumulada
de más de 10.000 años y no el experimento del colonialismo de 480 años y peor
la aventura del correismo de 5 años. ¡Basta de neo-colonialismos¡
Atawallpa Oviedo Freire
Multiversidad Yachay Wasi
Multiversidad Yachay Wasi
Muy buen texto, excelente como para una lectura rápida. Pero con todo respeto, duele la vista con tantos "ismos" "istos" "inos"; deberías depurar un poco tu literatura pues resulta que lo que tratas de decir se pierde entre tanto epíteto tecnicista. Tu corriente de pensamiento la respeto mucho, pero no la comparto; la arquitectura sostenible se contrapone con muchos de tus enunciados, incluso algunos de ellos van en contra del razonar ecológico. Y para terminar, si las escuelas del milenio no tienen "símbolos, pinturas, monumentos, decoraciones que le den un matiz cultural propio, original, auténtico de las tierras ecuatoriales" creo que son los usuarios quienes al apoderarse de ese espacio los llamados a decorar como a bien tengan, el gobierno no está para decorar sino para proveer de los servicios más elementales. En fin, un hermoso sueño lo que propones, pero demasiado lejos de la realidad.
ResponderEliminarDos mundos concuerdo contigo, creo que hay una corriente etnocéntrica autoritaria que critica todo desde un absolutismo culturalista peligroso, en él no hay agencia, cambio, identidades nuevas...
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