domingo, 15 de septiembre de 2013

“HACERLE EL JUEGO A LA DERECHA”



“Ya no es posible construir un diseño global a través de una sola epistemología como la “única solución” de los problemas del mundo, sea desde la izquierda occidentalizada (socialismo, comunismo, anarquismo, posetructuralismo, etc.) o desde la derecha (desarrollismo, neoliberalismo, democracia liberal, etc.).”
Ramón Grosfoguel

Es muy común entre las Izquierdas acusarse mutuamente, en uno u otro momento, de “hacerle el juego a la Derecha”. Bajo ese argumento intentan desmontar y descalificar la acción de quienes no comparten lo que hacen los otros, y evidentemente cada cual se reclama ser la “verdadera y auténtica Izquierda”, pues las otras se han “derechizado” o son “Derecha disfrazada de Izquierda”. Ahora escuchamos a los correistas decir lo mismo a las Izquierdas “infantiles, torpes, virulentas”; antes era al revés y les repetían igual a los “cabezones, miopes, lentes cuadrados”. 
La “lucha popular” es legítima, justa, correcta, cuando se lo hace a los gobiernos o sectores de la Derecha, pero la “lucha popular” en los gobiernos de la Izquierda es “hacerle el juego a la Derecha: “Toda revolución tiene su contrarrevolución, ¿verdad? ¿Y qué proceso revolucionario no ha tenido sus traidores? Esos grupos presuntamente de Izquierda son aliados de la derecha” (1). La Izquierda cuando no es gobierno -en diferentes instancias- lucha contra el poder en todas sus formas, y cuando es gobierno reprime para defender sus conquistas y su poder espurio. No trabaja para darle el poder al pueblo para que éste haga su propio cambio sino que la entregan al Presidente, al buró político (comité central), al Partido…, los que harán los grandes cambios para el pueblo, pero a la final, terminan reprimiendo a ese mismo pueblo bajo el argumento de contra revolución, pequeños burgueses, tontos, limitaditos… Ese fue el fracaso del “socialismo real”, y hoy continua lo mismo, aquí y en todo el mundo izquierdista, y muchos de ellos siguen callando lo que hacen los gobiernos progresistas “para no hacerle el juego a la Derecha” y repiten en coro: “La pseudo Izquierda se toma la representación de ese sector político, pero en la práctica actúa como la extrema derecha. Y eso es injustificable, no hay cómo sostenerlo” (1)
Antes, ciertos izquierdistas del correismo que eran guerrilleros o activistas de los derechos humanos o dirigentes sindicales, se enfrentaban en las calles contra el poder, la autoridad, la verticalidad, y ahora que están con corbata y en los escritorios, defienden o callan lo mismo que se hacía en el febrescorderismo y justifican o tratan de no darle mayor importancia, porque “no hay que hacerle el juego a la Derecha”. Antes, los FADI-PS eran un poco críticos con el correismo, ahora que Rafael Primero les ha sacado del gobierno a algunos y han perdido sus puestitos, están más fieles que los correistas para poder volver a sus escritorios (apoyan la explotación del Yasuní). Antes el correismo combatía a la partidocracia por su falta de ética, manipulación y chantaje; ahora utiliza el mismo sistema de la partidocracia y acusa a todos como miembros del MPD, dice que lo quieren desestabilizar, y hace linchamientos mediáticos como lo hacía la partidocracia para desprestigiar y desautorizar toda protesta. Como dice Ramón Grosfoguel “el éxito del sistema mundo moderno/colonial consiste en hacer que sujetos socialmente ubicados en el lado oprimido de la diferencia colonial, piensen sistemáticamente como los que se encuentran en las posiciones dominantes. Las perspectivas epistémicos subalternas son un conocimiento que viene desde abajo, que produce una perspectiva crítica del conocimiento hegemónico en las relaciones de poder involucradas”.(2)
Así ha sido históricamente y en todo el mundo eurocéntrico de Izquierda y de Derecha. Muy bien señala Raúl Zibechi (3) de que “Algo deberíamos haber aprendido de la dramática experiencia del socialismo real. Quienes nos opusimos en la calle a la invasión de Vietnam a menudo guardamos silencio ante la invasión a Checoslovaquia, por la sencilla razón de que el antimperialismo (estadounidense) nos impedía cuestionar al expansionismo soviético porque lo consideramos (erróneamente) enemigo de aquel. Terrible lógica que tuvo trágicas consecuencias. ¿Cuántos de los que denunciaron vivamente los campos de exterminio nazis hicieron lo mismo ante los juicios de Moscú y la represión estalinista? Apenas un puñado, acusados de agentes del enemigo cuando en realidad eran troskistas y anarquistas, o comunistas disidentes, chivos expiatorios de una geopolítica del poder dispuesta a sacrificar la ética en el altar de las conveniencias del momento.”
Así es, pero no creo que todas las Izquierdas hayan aprendido del fracaso del “socialismo real”, y especialmente que lo hayan asimilado los del FADI-PS y AVC (tampoco pongo mis manos al fuego por el MPD y demás Izquierdas). No solo que no dicen nada de “Stalin Correa” para no “hacerle el juego a la Derecha” sino que apoyan a todo su estatismo dependiente y clientelar. Siguen creyendo como en la época del “socialismo real” que cambiando la economía se cambia por osmosis todo lo demás, y olvidan que lo que se terminó construyendo  fue un capitalismo de Estado o un estatismo, que resultó más corrupto, prepotente y enajenante que los otros. Pretender cambiar la economía sin cambiar el patriarcalismo, el colonialismo, el sexismo, el racismo, el cientificismo, el racionalismo, el antropocentrismo… es simplemente darse la vuelta en lo mismo. En otras palabras, la mayoría de Izquierdas son anti-capitalistas y anti-imperialistas, mas no anti-patriarcalistas, anti-colonialistas, anti-eurocéntricas (jamás anti-europeas), anti-antropocéntricas, anti-civilizatorias, anti-cartesianas, etc., es decir, son una Izquierda eurocéntrica occidentalizada. Desde Platón (inferioridad de la naturaleza) hace 2.500 años, el antropocentrismo eurocéntrico hasta nuestros días viene diciendo lo mismo  “no podemos ser mendigos sentados sobre un saco de oro”, y bajo ese argumento nos ha conducido al cambio climático, en el que ahora está en juego la sobrevivencia misma de la especie humana. Así de real y concreto.
No vivimos en un sistema capitalista, vivimos en un sistema-mundo civilizatorio, uno de cuyos ejes es el capitalismo y no necesariamente el principal, y si queremos un cambio debe ser integral aplicando acciones interseccionales. “El socialismo del siglo XX entendía que resolviendo lo económico se resolvía lo demás, y no resolvieron lo demás ni lo económico, porque organizarse o luchar contra el capital reproduciendo racismo, sexismo, eurocentrismo, cristianocentrismo, cartesianismo y todos los problemas de esta civilización, es terminar corrompiendo la lucha contra el capital, y haciendo capitalismo de Estado. Incluso se produjo la construcción de un imperio, el imperio soviético, que practicó un imperialismo hacia su periferia y terminó al final con los obreros levantándose contra el supuesto Estado obrero.” (4)
Entonces, hacer el cambio -solo y principalmente- desde el economicismo y el extractivismo será un nuevo fracaso, esta vez del “socialismo del Buen Vivir” y demás progresismos. A las Izquierdas les resulta difícil comprender que no solo hay que acabar con “la explotación del hombre por el hombre” sino también con la explotación del hombre a la naturaleza, es decir, con todo tipo y forma de explotación. Mientras haya explotación de cualquier condición y clase, habrá otro fracaso. “Es un error garrafal… ¿Dónde está en el Manifiesto Comunista el no a la minería? Tradicionalmente los países socialistas fueron mineros. ¿Qué teoría socialista dijo no a la minería?”. (1) Y dónde dice en el Manifiesto, que sí a la minería. “Correa tampoco reconoce la teoría de la Segunda contradicción del capitalismo, del economista James O’Connor (1988), ni el libro de Enrique Leff de 1986, Ecología y capital. Ambos explicaron que los crecientes costos sociales y ambientales causados por el (mal contado) crecimiento de la economía provocan la explosión de protestas ecologistas. Leff añadió que las alternativas productivas ecológicamente racionales son apoyadas por las resistencias contra la expoliación de la naturaleza.” (5)
En lo que si estoy de acuerdo con Correa, es que todos los socialistas en el poder han sido mineros, de ahí que capitalistas y socialistas son las dos caras de la misma moneda extractivista y economicista. “Son los pseudointelectuales postmodernistas los que meten todos estos problemas en una interminable discusión. No hay dónde dudar: salir del modelo extractivista es erróneo. Hay que aprovechar estos recursos al máximo para desarrollar otros sectores de la economía, haciendo que el sector extractivista vaya perdiendo peso para avanzar a etapas superiores en las relaciones económicas.” (1) En otras palabras, según Correa la idea es salir del extractivismo con más extractivismo, es como querer salir de la pobreza con más pobreza, salir del odio con más odio. O como decía Einstein: “No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos.” Y esto no entiende la Izquierda y siguen jugando al mismo juego de la Derecha.
(1)          Rafael Correa, Punto Final, 25-05-12
(2)          Ramón Grosfoguel, Los estudios étnicos en estados unidos como estudios descoloniales
al interior del sistema universitario global occidentalizado.
 (3)         www.lavaca.org / 07-09-13
 (4)         Periódico Diagonal, 1-4-13
 (5)         Joan Martínez Alier, Jornada 20-04-13


Atawallpa Oviedo Freire
Movimiento  Alter-nativo Vitalista

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