viernes, 6 de septiembre de 2013

PACHAMAMISTAS Y PACHAPAPISTAS


Se ha desatado una crítica a todos quienes defienden a la Pachamama con el apelativo de pachamamistas o pachamamicos, especialmente hacia aquellos que tienen una visión integral (material y espiritual) de la naturaleza y de la vida en todas sus facetas (incluyendo la política). Los acusan de irracionalistas, idealistas, esencialistas, puristas, románticos, y señalan que todo ello representa posiciones reaccionarias, contra-revolucionarias, derechistas, burguesas, pro-capitalistas, etc. Pongamos un ejemplo, el que anota la antropóloga inglesa Alison Spedding Pallet: “También declaro que, por defecto personal o deformación de origen cultural, no encuentro placer ni inspiración en textos de inclinación mística ni en visiones del saber cómo algo que debe salir ‘del corazón’ antes que del razonamiento frío y seco”. Esta crítica viene de ciertos sectores marxistas, indianistas, izquierdistas, intelectualistas (aunque no de todos). Se da especialmente en Bolivia y en particular contra todos quienes viven la espiritualidad andina, calificándolos de esotéricos, new age, místicos, charlatanes, impostores, etc. Y a partir de ello criticar al Sumak Kawsay, o confunden Sumak Kawsay con Buen Vivir/Vivir Bien.
La mayoría de estas miradas y observaciones vienen desde fuera de la espiritualidad y la conciencia andina, es decir, de  gente que no ha participado directamente de ésta sino que tiene una mirada observadora y juzgadora, o de quienes han tenido experiencias con ciertos personajes y que les ha generado prejuicio a todo lo demás. En general son gente que tiene una posición anti-religiosa y así hacia todo aquello que no responda al logos, a lo analítico, a lo tangible, a lo cartesiano, a lo dialéctico, en fin, a todo aquello que no responda al “razonamiento frío y seco”. Algo parecido a lo que decían los griegos clásicos Sócrates, Platón, Aristóteles hace unos 2500 años. Y desde ellos el logos “frío y seco” se ha ido haciendo cada vez más racionalista y robótico hasta que ha terminado congelado y desértico, conduciéndonos al cambio climático y a la crisis global en que vivimos por responsabilidad principal del primer mundo “frío y seco” y sus periferias. En este sentido, estos anti-pachamamistas al final resultan ser el otro extremo de lo que critican, por lo que les vamos a denominar pachapapistas (en Bolivia les dicen pachamamones). Críticas suyas, que tienen el color de acuerdo a donde se ubiquen estos grupos dentro de las izquierdas, desde los más radicales hasta los más ambiguos, siendo la mayoría de  estos cuestionamientos de gente de extrema izquierda y que son más papistas que el papa.
Si bien dentro de la espiritualidad y cultura andina hay alguna gente que utiliza ciertos símbolos, categorías y parafernalias andinas y las mezclan con visiones esotéricas o new age de antiguas tradiciones y nuevas creencias, no se puede llegar a descalificar a todo el movimiento espiritual andino. Como tampoco se puede descalificar a todos los médicos por que algunos hagan malas prácticas médicas, ni a todas las izquierdas porque hayan unos cuantos fundamentalistas dentro de sus miembros. Como tampoco se puede confundir espiritualidad con religión. Y esto es fundamental a comprender, la religión es la antítesis de la espiritualidad, utiliza un discurso espiritual pero cuyo resultado ha alejado a la gente de la espiritualidad y la ha envuelto en un dogmatismo sectario y alienado. La espiritualidad es la comprensión de que hay una energía sagrada que envuelve toda manifestación en la vida, por ende no concibe un dios, y peor que esté separado y que tenga forma de varón. Para el mundo andino, decir: espiritualidad, vida, multiverso, conciencia, es expresar lo mismo, son diferentes maneras para referirse a las múltiples manifestaciones de la existencia total.
Desde nuestro punto de vista, el asunto central de estas divergencias se centralizan o se concentran en las dicotomías de racionalidad y racionalismo, y de materialismo e idealismo. A partir de esto, la Tradición Andina no es ni racionalista ni materialista ni idealista, sino que es racional, sensitiva, sistémica, integral, interrelacional. Siendo éste para nosotros el asunto principal y de fondo a discernir entre los dos paradigmas excluyentes que existen en la vida humana: el reduccionismo y el holismo. La visión reduccionista, especialista, jerárquica, mecanicista, excluyente, verticalista, inscrita históricamente en la corriente piramidalista que va desde el desarrollismo, el progresismo, el ilustrismo, el capitalismo, el colonialismo, el eurocentrismo, la civilización, hasta el patriarcalismo. Y por el otro lado, la conciencia cósmica, integrativa, horizontal, complementaria, recíproca, matricial, homeostática, simbionómica. Obviamente hay quienes cogen de un lado y de otro e inventan otras vías, muchas de las cuales actúan como en las denominadas posiciones del centro político, en que más se acercan a la Derecha que a la Izquierda.
Lo interesante es que con el despertar de la ciencia relativista, la mecánica quántica, las ciencias de la tierra, la neurociencia, el biocentrismo, el vitalismo, se comienza a ordenar el panorama, en el que los racionalistas: galileanos newtonianos cartesianos baconistas darwinistas marxistas (pachapapistas mecanicistas) vienen siendo cuestionados en sus posiciones; como de igual manera en el otro extremo, las teorías metafísicas, esotéricas, supersticiosas, fantasiosas (pachapapistas idealistas). En este sentido, lo que se ha producido históricamente es que el sufismo, la kabala, el cristianismo gnóstico, el ayurveda, el tao, el zen, y toda la filosofía de las culturas solares y lunares de la Madre Tierra, fueron dominadas por el piramidalismo pachapapista mediante la conquista, el genocidio, el etnocidio, el ecocidio, el colonialismo, el primer mundismo etc.; y en otros casos deformados por el piramidalismo pachamamista: cristianismo, islamismo, judaísmo, machismo, racismo, multiculturalismo, antropocentrismo, androcentrismo. Por lo tanto, pachamamismo y pachapapismo son los dos lados de la misma moneda de las aporías del racionalismo liberal y el ortodoxismo materialista . Por tanto no es el mismo ser pachamamista que ser hijo(a) de la Pachamama, ni el Sumak Kawsay es el deformado Buen Vivir de Correa o el Vivir Bien de Morales.
En todo caso, co-razonamos que estamos llegando a un nivel de equilibrio y armonía a nivel mundial, si bien todavía hay mucho fundamentalismo y extremismo, la humanidad está adviniendo al respeto como símbolo de una nueva conciencia que aprende a convivir en la diferencia, en la oposición, en la diversidad, en la variedad, para buscar la complementariedad entre todas las posiciones, y no buscar la imposición abierta (dictadura) o la solapada (democracia) de ciertas élites (grupos monopólicos) y de ciertos grupos y personas monárquicas en la Derecha y la Izquierda.
Atawallpa Oviedo Freire

Movimiento Alter-nativo Vitalista

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