Gustavo Calle Laime en su artículo “La construcción liberal
del discurso indianista-katarista” en “Animal Político” (16-10-16) hace algunas
reflexiones y lanza algunas preguntas que deben ser analizadas y contestadas,
ojalá por muchos.
Lo primero a decir, es que a los actuales intelectuales del
indianismo-katarista el término liberal les queda corto -como sugiere Calle-,
pues son ultraliberales y dicho por ellos mismos. Endiosan a los qamiris (ricos
aymaras) a quienes consideran el referente o el modelo a seguir por todos los
indios, a igual como lo hacen en el mundo de los qharas (blancos) con los
empresarios o la burguesía. Creen que los qamiris van a recuperar Bolivia para
todos los indios cuando logren desplazar a los qharas en su poderío económico,
momento en el cual los indianistas-kataristas se encargaran de construir el
“poder indio” en alianza con ellos. Consideran que ahora la lucha principal es
la económica y esa es la que están llevando a cabo los qamiris, la cual redundará
posteriormente cuando los ricos aymaras resuelvan la pobreza de los demás
indios. Es decir, el típico discurso conservador en la que los ricos salvan a
los pobres.
Se declaran desarrollistas y racionalistas, al igual que los
positivistas que creen en la linealidad de la vida y basan sus teorías en el
pensamiento logocrático, al estilo de Aristóteles. Por ello, por ejemplo, critican
el concepto de que el futuro está atrás y el pasado adelante, y el cual hace
referencia a que lo conocido está adelante y atrás lo que está por conocer. Lo
que quiere decir, el caminar mirando al pasado y al futuro al mismo tiempo, y
no solo al futuro. Pero para ellos es al revés, o sea, igual a como lo conciben
los qharas. Les aterroriza la palabra armonía, que para ellos es igual a
paraíso o eliminación de las contradicciones o de los problemas, cuando
simplemente es buscar el equilibrio entre fuerzas o situaciones opuestas, es
decir, creen como los qharas en la lucha de contrarios y rechazan la armonía
complementaria. En resumen, coinciden en casi todo con el modelo de concepción
qhara de la vida, pero dicen que luchan contra lo qhara.
Su lucha contra lo qhara no está básicamente en su modelo de
concebir la realidad sino en la racialización impuesta a los aymaras como indio
y que tiene una connotación de inferiorización, por ello rechazan
principalmente a los qharas de izquierda porque se han aprovechado de las
necesidades del indio para imponerles su ideología marxista. En su crítica han
terminado coincidiendo con posiciones positivistas, creyendo con ello que no
son ni lo uno ni lo otro, cuando desde otros ángulos podían haberse afincando
en lo que poco a poco se ha ido formando como cosmovisión andina, aunque tenga
todavía algunos errores. De ahí que cuando escriben, citan y piensan como
qharas liberales-conservadores y repudian a los qharas pro-indígenas acusándolos
de culturalistas, esencialistas, idealistas.
Esto ha devenido en una forma de racismo desde el otro lado,
que cualquier argumento que haga un blanco en “defensa” o a favor del indio es considerado
pachamamista. Como de igual manera todo indio que no hable desde su visión del indianismo-katarismo
es también un pachamamista. Es decir, los únicos que no son pachamamistas de
toda amerindia son ellos, los insuperables que han logrado develar qué es lo
indio y cuál es la auténtica liberación del indio. Lo que podríamos llamar un etnocentrismo
extremo, que se acerca a un hegemonismo con tintes fascistas.
La palabra indio es su máxima expresión de reivindicación y
su único referente para entender lo indio es a través del indio de La Paz. Al
conocer a este indio creen que conocen a todos los indios de los Andes y de
América. Ni siquiera conocen a los indios de la amazonia o a aquellos que viven
bien adentro de los andes bolivianos que no hablan castellano, pero para ellos el
indio de La Paz resume o refleja a todos los indios del continente. Su teoría
del indio es la única acertada pues las de los demás indios de América están equivocadas
ya que sus cosmovisiones les han sido construidas por antropólogos qharas. En
otras palabras, los demás indios no son capaces o simplemente se han dejado
manipular por indigenistas e izquierdistas blancos que han creado una imagen
idealizada del indio. En definitiva, estos intelectuales han creado un
paceñocentrismo para hablar a nombre de todos los indios.
Su objetivo es demostrar que el indio no es la “reserva
moral de la humanidad”, de ahí que reivindican inmediatamente cuando algún
indio ha cometido algún error o desvarío, para con ello ratificar sus
afirmaciones de que el indio es también corrupto, ladrón, asesino. Siendo éste
el “indio real”, no aquel que han inventado los románticos qharas con un indio
angelical. Es decir, para ellos lo milenario o ancestral ya no existe, y solo
hay que basarse en el indio actual el cual refleja al indio verdadero, y
aquellos indios que viven todavía en formas ancestrales son indios
pachamamistas. Tanto qharas positivistas como estos indianistas-kataristas
coinciden en el pachamamismo.
Desprecian a los rituales ya que Evo Morales los ha
pachamamizado y folclorizado. Rechazan a los yatiris y demás, pues consideran
que lo único que hacen es vender la cultura al turista extranjero qhara o son
charlatanes que engañan con sus supuestas lecturas de la hoja de coca o de la
naturaleza, y los ridiculizan comparándolos con el presidente de Venezuela
Nicolás Maduro que dice que escucha “pajaritos”. Es decir, por culpa de unos
pagan todos, y ya nada de lo ancestral sirve, es decir, de lo propio.
Estos indianistas-kataristas no pueden ver a los distintos
tipos de indios que hay en toda América, como a los distintos tipos de qharas.
Han borroneado un esquema general del indio y del qhara, a partir de lo cual elaboran
sus teorías universalistas, por ende, totalitaristas. Han perfilado una visión
del indio a su medida e interés, y que les permite desde ahí elaborar sus
críticas. Todos ellos responden al esquema de Pedro Portugal Mollinedo y de
Fernando Untoja, siendo una proyección de ellos. Han ido alcanzando renombre ya
que tienen un buen trabajo de difusión en las redes sociales y están
participando activamente en distintos debates. Tienen un discurso bien
elaborado y bien fundamentado, que impresiona a quienes no manejan teorías
sociales o no tienen una formación política.
Lo irónico y paradójico de todo esto, es que sus
concepciones se acercan en gran medida a los postulados de la Ilustración, pero
con rostro indio. Se sienten más cerca de un HF Mansilla que de un Josef Estermmann
o un Simón Yampara. Básicamente se dedican a criticar y no proponen nada
alternativo. Con calificar a todos quienes no piensan como ellos, de
pachamamistas, culturalistas, folclóricos, creen ser radicales y originales,
pero en el fondo son nihilistas lo cual también tiene origen qhara.
En esencia es un discurso nacionalista, chauvinista, populista,
provincialista, que exacerba el odio racial o se aprovecha de él, algo que de
hecho ya es fuerte en Bolivia, por parte de los unos y de los otros. Y ahora
amplificado mucho más, cuando se critica por parte de cierta población india de
que el fracaso de Evo se debe a que se ha dejado manejar por los qharas del
MAS. No es que Evo se ha equivocado, son los qharas marxistas que con un
discurso indigenista y culturalista han utilizado a los indios del MAS para
seguir dominando al indio. De ahí que también hay declaraciones como las del
canciller Choquehuanca, que dice que la mayoría de la población es aymara por
lo que ellos deberían estar en la mayoría de las funciones del Estado.
Su crítica al pachamamismo es desde el otro lado de lo mismo,
de lo que podríamos llamar el pachapapismo o el patriarcalismo homofóbico. Pues,
hay quienes también critican al pachamamismo en Bolivia y en toda amerindia,
pero lo hacen desde el indio milenario y no desde el “indio real”, esto es, del
indio colonizado. Este indio no es el referente ni el ejemplo para tomarlo como
modelo o referente único. Hay muchos indios y el que mejor lo refleja, es el que
ha sido menos colonizado e influenciado por la civilización y su sistema patriarcapitalista.
Siendo desde ahí que se debe partir para una descolonización, y no desde el
indio que ha sido domesticado por el occidentalocentrismo como qamiri o como
indianista-katarista-ultraliberal o de otro tipo.
El racismo y el nacionalismo está siendo exacerbado en todo
el mundo por distintos grupos xenófobos, sin embargo, en referencia a toda
amerindia este fenómeno social se da en mayor medida y básicamente en La Paz. ¿Por
qué solo en La Paz, por qué no llega a estos niveles extremos en otras ciudades
de los Andes o de toda América? Una de las respuestas probables, es que La Paz
es la única ciudad sede de gobierno cuya mayoría poblacional es indígena. Cuzco
es otra gran ciudad india, pero como no es centro político no refleja el nivel
de politización a diferentes niveles como en La Paz.
Los indios han sido históricamente relejados y discriminados
por lo que obviamente las reacciones son diversas, desde los que enarbolan el
etnocentrismo y su revanchismo pretendiendo dar “la vuelta a la tortilla”,
hasta los indios en el otro extremo que buscan blanquearse al máximo. Algo muy
parecido a como se observa en otras partes del mundo, por ejemplo, con el grupo
terrorista del Estado Islámico, o en el otro extremo, las mujeres hindúes o
coreanas que se hacen cirugías plásticas para parecerse más al modelo
occidental de belleza.
Afortunadamente en La Paz y en toda Amerindia, hay indios
que no han caído en ninguno de estos extremismos ni fundamentalismos, pero habrá
que cuidar que tendencias así no enciendan los arribismos y se lleguen a luchas
raciales o étnicas. Bolivia es un caldo de cultivo o un lugar donde se podría
presentar a futuro una guerra civil de carácter racial de terribles
consecuencias, como las que se dan en el Medio Oriente.
Por cierto, qué dirían los primeros indianistas y kataristas
de los actuales intelectuales.
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