En la teoría oficial se señala que América fue recién
descubierta por Cristóbal Colón hace un poco más de 500 años, pero existen
cantidad de pruebas que señalan que ya llegaron otros pueblos, y que viceversa
salieron de visita a otros lares del mundo. Las pruebas más contundentes son el
hallazgo de residuos de coca y de tabaco (nicotina) dentro de las criptas de
los faraones egipcios, productos que solo existen en América del Sur.
A esto
podríamos añadir, las figuras de maíz esculpidas en algunas iglesias europeas
construidas antes de la llegada de Colón. Y por el lado de América, una gran
cantidad de figuras de cerámica con personajes provenientes de culturas allende
el mar, tal como lo documenta ampliamente el antropólogo argentino Dick Ibarra
Grasso en su libro Los Hombres Barbados en América Precolombina. O las cabezas
que se encuentran en el templete semi-subterráneo de Tiwanaku, que no son
precisamente de una característica andina.
Pero también hay referencias de los propios conquistadores
españoles, como el caso de Pedro Pizarro quién anota que con gran sorpresa se
encontraron con Incas blancos y rubios. O la momia de pelo dorado que existe en
el Museo de Lima- Perú. Y lo mismo se puede hablar de los vikingos en América
del Norte como anota Tomás Cook de que se encontraron con “indios blancos”. O
más claramente en las leyendas de América se describe a personajes míticos como
Quetsalcoalt, Kukulkan Bochika, Wirakocha, Pay Sumé, etc., de características
similares a los hombres europeos: blancos y con barbas. Personajes –que por
cierto- para nosotros es el mismo y que peregrino por toda América, en forma
directa y a través de sus discípulos.
Y así sucesivamente hay muchos ejemplos y casi la ciencia
oficial ya lo acepta, o en todo caso cada vez más son los adeptos en esta línea.
Pero lo que resulta más difícil sostener –por el momento- es que América es la
antigua Atlántida descrita por Platón en sus libros de Timeo y Critias. Platón
vivió un tiempo en Egipto y seguramente escuchó de estas aventuras egipcias. Teoría
que de confirmarse probaría el conocimiento e intercambio entre los pueblos del
mundo, especialmente entre Egipcios con los Mayas y los Incas, culturas solares
muy similares entre ellas. Por ejemplo, en la arquitectura el tipo de pirámides
que guardan gran concordancia. El exquisito trabajo de la piedra. La estructura
organizativa de los Faraones y de los Incas eran muy semejantes. Las prácticas
de matrimonios entre hermanos de sangre y de fraternidad o linaje. La presencia
del sol como figura preponderante de toda su espiritualidad y parafernalia.
Además de los residuos de coca y tabaco anotados anteriormente. Etc.
Cuando nos enfocamos en la descripción que hace Platón de la
Atlántida, tanto del continente como de la ciudad, resulta muy asombrosa la
similitud con América del Sur. Entre las cosas que más sorprende es como
describe a la ciudad de la Atlántida, habiendo actualmente un terraplén en la
parte superior del Centro Ceremonial de Saksaywaman en Cuzco, en el cual hay
una construcción de varios círculos en la forma exacta que describe Platón. Lo
cual podría ser un mapa o un monumento que recuerda a la antigua ciudad de la
Atlántida, que de acuerdo a las investigaciones de James M. Allen existió en el
lago Titikaka y que se hundiera dentro de ella. Recordemos que los primeros
Inkas salieron de la isla del sol y de la luna en el lago Titikaka hasta llegar
al Cuzo y en donde pudieron haber representado a esta antigua ciudad. No por algo
le pusieron en la parte más alta del sitio. ¿Una coincidencia tan exacta?
Allen también hace referencia a un metal descrito por Platón
llamado orichalcum, que es una aleación de cobre y oro, que solamente existe en
América. Allen en su libro "La Atlántida: La Solución: Los Andes"
hace una extensísima ejemplificación de las similitudes entre la
geografía de América del Sur y la descripción que hace Platón: forma
triangular, montañas rocosas frente al mar, lugar de muchos volcanes, sitio con
muchos metales, etc.; todo lo cual es muy coincidente. Además se ha comprobado
que hay restos de grandes construcciones hundidas dentro del Lago Titikaka y
que podrían ser de la ciudad.
Por otro lado, se han hallado un sinnúmero de fósiles marinos
en toda esa región del altiplano boliviano, incluso en Perú y hasta en Ecuador.
En lugares que actualmente se encuentran muy lejos del mar, lo que da a pensar
que el mar estaba más alto, o que había una conexión interna con el mar, o que
hubo un gran diluvio. Acción -cualquiera de ellas- en que el mar o el agua tambaleó
y arrasó con la ciudad de la Atlántida y formándose el lago Titikaka en ese
lugar hueco. Actualmente la ciudad de La Paz está también construida en un gran
hueco, y si hubiera una gran inundación también se formaría un lago. Y una
nueva generación después de ese diluvio, hablaría de aquella ciudad en el fondo
del lago. Hoy se habla científicamente que el diluvio universal fue hace unos
12.000 años, y según estudios de Tiwanaku y de toda esa región se habla de más
de 12.000 años su existencia. ¿Será casualidad?
Por otro lado, el nombre Atlantis tiene raíces en lenguas
nativas americanas y no de otros lugares. Por ejemplo: en nawalt de México, Atl
es agua y antis es cobre. En el caso de América del Sur, la palabra ANTI (sol
de la mañana) hace referencia al Este o lugar por donde viene el sol (TI en
Kichwa). También tiene que ver con Inti (sol del medio día). Y con Conti (sol
del atardecer) que es el lugar por donde se oculta el sol. Valga anotar que la
palabra andes vienes de anti, por lo que los andinos son los antis, los
descendientes de los Atlantis. Anti en Mesoamérica hace referencia al cobre y
al oro (orichalcum según Platón), que son metales relacionados con el sol, que viene
del Este.
No son simples coincidencias y no sería raro que haya sido un
nombre muy popular en todo el continente. La palabra Océano Atlántico tendría
su memoria en aquellos viajeros que cruzaban el mar (atl) para llegar hasta el
continente del cobre (antis). O sería el nombre de los pueblos mistéricos que
lograron la conjunción y la maestría del Agua de Fuego, Atl: agua, anti:
metal-fuego-sol. Que es también lo que significa para los andinos el nombre del
maestro Wirakocha, wira: grasa (fuego), kocha: mar (agua). El cual es un estado
de conciencia o del espíritu, que es el nivel de integralidad al fusionar a los
dos polos opuestos más contradictorios: el agua y el fuego –los cuales se
afectan mutuamente- al apagar el agua al fuego y al vaporizar el fuego al agua.
En este sentido, aquel territorio bello, grande, lleno de
riquezas y de hermosas construcciones que describe Platón, es América. Entonces
el nombre propio o al menos una referencia para este continente es Atlántida,
pues el nombre América es un invento de Américo Vespucio para
inmortalizarse. Los pueblos “salvajes”
descritos por los conquistadores españoles eran las sabias y hermosas culturas
descritas por Platón. Lo cierto es que se van descubriendo construcciones tanto
en el fondo marino de las Bahamas como dentro del lago Titikaka, así que algo
habrá de verdad.
Pero lo más sorprendente y que casi nadie lo sabe, es que en
Tiwanaku (cerca del lago Titikaka) se han encontrado las momias de una pareja
de gigantes, y que es la otra referencia que se hace en relación a los Atlantes
como hombres gigantes. El director de Antropología de La Paz en Bolivia -que es
mi amigo-, me lo contó personalmente y me puedo fiar de él. Esto lo conoce el
propio Evo Morales, pero según los amautas o sabios andinos todavía no es el
momento de hacerlo conocer al mundo. Cuando estén dadas las condiciones el
propio gobierno boliviano lo hará público.
En todo caso, todas las grandes tradiciones espirituales,
energéticas y esotéricas de la humanidad anotan que el centro de la energía del
planeta se encuentra actualmente en América del Sur, particularmente en el Lago
Titikaka. De ahí que nada es casualidad ni azar todo lo que viene sucediendo,
sino que hay una energía consciente que se despierta para todos los ciegos
racionalistas del mundo.
Atawallpa Oviedo Freire
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