EDUCACION
PARA LA MUERTE y EDUCACION DE LA VIDA
La medicina convencional o alopática es la medicina de la
muerte, pues su propósito fundamental es matar o eliminar las bacterias, los
virus, los microorganismos, los síntomas, las enfermedades, etc. La agricultura
moderna de igual manera pone su razón de existir en matar las malas hierbas,
los hongos, las plagas, etc. Y así sucesivamente, el objetivo de la ciencia
moderna es matar a ciertas formas de vida en ventaja de otras formas de vida,
bajo el criterio darwiniano de favorecer a los más evolucionados o más fuertes;
como de igual manera se lo aplica a nivel social (darwinismo social).
Cuando el asunto de fondo está en el exceso o en la disminución
de las bacterias, (y en cualquier expresión de la vida) lo que ocasiona que se
pierda la armonía y el equilibrio normal de vida. Si hay un exceso de bacterias
de un tipo irá en detrimento de todo el sistema, y si falta otro tipo de
bacterias no habrá quienes mantengan el equilibrio del organismo. Es decir, que
las bacterias en un nivel adecuado, proporcional, correspondiente, representan
la defensa y la continuidad de la especie y por ende de la vida.
No es posible matar la vida, y cuando intentan matar ciertas
bacterias lo único que están haciendo es mutar los virus, los cuales cada vez
se hacen más fuertes. Ningún científico ha logrado matar a ninguna bacteria,
pues ésta simplemente ha cambiado de forma, haciéndose más resistentes y desde
otras condiciones. De ahí que cada vez aparecen más enfermedades, mucho más
malignas y más mortales, lo que revela el gran fracaso de la medicina para la
muerte. Hoy en el mundo entero, especialmente en los países industrializados o
alopáticos (EEUU y Europa) la gente está buscando otras medicinas, siendo las
naturales las más buscadas.
Es más, se ha comprobado ampliamente que una persona cuando
pierde ciertas bacterias de cierta enfermedad, su sistema inmunológico se
debilita quedando indefenso frente a otro tipo de enfermedades. De ahí los
efectos secundarios de esta medicina y la cronicidad de las enfermedades. Cuando
el asunto es tan simple: la vida funciona porque unos seres se comen a otros, y
las bacterias en balance son necesarias para mantener el equilibrio de la vida.
Así como los animales en la selva que se comen unos a otros pero siempre
guardando el equilibrio natural. Nosotros estamos constituidos de bacterias y
nosotros en síntesis somos una gran bacteria o un microorganismo del gran organismo
que es la Tierra, y la Tierra un microorganismo de nuestra Galaxia…
A nivel de la agricultura y la ganadería pasa exactamente lo
mismo, cuando se utiliza una serie de “maticidas” (pesticidas, bactericidas,
herbicidas, insecticidas, plaguicidas, etc.), que lo único que hacen es debilitar el
equilibrio natural. Si bien unas bacterias se mueren otras sacan ventaja por
otro lado, y lo más lamentable es que paulatinamente se debilita la tierra. Después
lo único que tenemos como alimento, es una serie de vegetales que tienen una
apariencia de “grandes” y “bonitos” por fuera, pero que al interior están
constituidos de una serie de “maticidas” y de productos químicos recesivos para
los seres humanos, con la consecuente cantidad de enfermedades de la modernidad
que han surgido (1500 nuevas enfermedades).
Pero lo más grave, es que el suelo se va debilitando
paulatinamente y a la larga va perdiendo su fuerza reproductiva, lo que lleva al
campesino mal informado a meter nuevos “maticidas”, productos químicos y
artificiales (por ejemplo luz eléctrica) para que crezcan rápidamente las
plantas. Y en algunos casos a eso le llaman agricultura biológica como es el
caso de la agricultura hidropónica que está llena de productos químicos. Así de
anacrónico y degenerador todo esto.
Y lo mismo sucede con los animales para consumo humano, en
que les meten cantidad de hormonas para que engorden rápidamente, para matarles
y enviarles al mercado. Eso mismo sucede con los huevos que se venden
ampliamente en los mercados y que están llenos de químicos. La prueba más clara
es que hay total diferencia entre una gallina y huevos de campo con los criados
en forma antinatural, que tienen otro sabor, color, y principalmente capacidad
nutricional. Algún científico puede decir lo contrario: ¿lo elaborado es mejor
que lo silvestre, lo civilizado es mejor a lo natural?
Todo esto viene de una visión reductiva o especialista
impuesta por la civilización de la muerte
(no hay cultura de la muerte), la cual funciona dentro de las categorías de:
competencia, rentabilidad, conquista, triunfo, ganancia, éxito, poder, fama,
etc. La civilización se maneja dentro del paradigma de que la naturaleza está
en estado salvaje y hay que desarrollarla o evolucionarla, para lo cual han
generado un mundo de domesticación para domar, uniformar y homogenizar a todo
cuanto hay en la vida, tal como es la producción en serie que es más rentable.
Empezaron con los animales y las plantas “salvajes”, para
luego lanzarse con las sociedades humanas “bárbaras y salvajes”, y finalmente con
los “pobres ignorantes” del mundo entero. Todos los cuales como zombis, deben
dedicarse a profundizar y perfeccionar la ciencia y estilo de vida de la
matanza. Incluso las formas de diversión siguen esos mismos esquemas, desde las
corridas de toros, las peleas de gallos, la pesca deportiva, hasta las modernas
formas electrónicas en que los chicos se divierten matando a salvajes, indios,
comunistas, homosexuales, delincuentes, guerrilleros, musulmanes, monstruos,
hechiceros, etc. Algunos de los cuales
se toman tan en serio, que luego salen y matan a sus compañeros de clase y a
sus profesores. Hecho que se da frecuentemente en los países “desarrollados”. Y
así por el estilo.
En consecuencia todo el sistema en su conjunto funciona
dentro de los mismos patrones: la justicia, la economía, la política, la familia,
la escuela, la religión, todo. Su fundamento de vida es el miedo, la violencia,
la guerra, la culpabilidad, la crítica, la sentencia, la prisión, la represión,
el pecado, el temor a dios, el castigo divino, la manipulación, la caridad, la
lucha de clases, etc., etc. Si una parte del sistema funciona así quiere decir
que todo el sistema sigue los mismos lineamientos, desde su origen o raíz. Por
lo que no se trata de ajustar o mejorar el sistema, pues lo único que se
conseguirá es profundizar el mismo sistema y no cambiar al sistema, que es lo
que viene sucediendo desde hace 4000 años y no hay ningún cambio real.
LA LEX Y EL LOGOS
Este sistema tiene sus pilares en los preceptos romanos
(normas y leyes) y en las ideas o pensamientos griegos (teorías y creencias).
En el uso de la razón (racionalismo) como principio regulador de vida, bajo lo
cual, los cambios se realizan a través de ajustar las leyes punitivas. Y por
otro lado, de modificar las ideas o técnicas (tecnocentrismo) por unas nuevas,
consideradas cada vez más avanzadas y desarrolladas, y en las que el futuro o
lo nuevo es lo mejor y el pasado o lo antiguo es lo peor. Sistema jurídico y
político enmarañado que pretende regular o sojuzgar a todos quienes reclaman y
protestan por ese estilo de vida, -o más bien dicho- por ese estilo y modo de
destrucción, de suicidio, de venganza, de sufrimiento.
Paradigma que tiene su estructura, solidificación y
consolidación desde la visión normativista de los romanos y la intelectualista
de los griegos clásicos. Los primeros creían que la solución a los males de la
humanidad estaba en establecer normas y reglas, las que debían ser obedecidas
por los esclavos y dirigidas por los elegidos por dios para gobernarles. El
derecho moderno tiene sus raíces en el derecho romano, quienes tenían como
modus operandi de acción social a las leyes como centro de su sistema de
funcionamiento y convivencia. Los romanos creían que cuando se logre
perfeccionar las normas, la sociedad funcionará de la misma manera.
Por su parte, los griegos no creían en los preceptos sino en
los conceptos, y creían que el problema era de métodos, técnicas, teorías, ideas.
Si se lograban ideas brillantes, iluminadas, divinas, se encontrarían las
respuestas a la irracionalidad, ignorancia y debilidad humana que existe por
naturaleza. Es decir, en la vida había ciertas mentes excepcionales, las cuales
debían crear los valores, axiomas, y formas bajo las cuales el pueblo ignorante
debía dirigirse (iluminados). El perfeccionamiento se conseguiría cuando surjan
más hombres (no: mujeres) capaces de inventar las soluciones más grandiosas
para acabar con las formas primarias, elementales e instintivas del ser humano.
Todo simplemente se resolvía en la cabeza, y todo dependía de las ideas, y las
ideas eran producto de genios o enviados de dios, los que se encargarían de
conducir al rebaño de infieles e ignorantes. Ya lo decía Aristóteles, el
esclavismo es necesario e imprescindible de que unos sirvan a otros. Y desde
ahí (2500 años) no ha cambiado nada.
Todos los cambios que se han dado han sido formales pues la
raíz se ha mantenido intacta. Todo el proceso histórico ha estado determinado
por los mismos esquemas estructurales que la diseñaron, y que lo único que nos
han conducido es a pasar de dogma en dogma, de ley en ley, de fe en fe, de
creencia en creencia, de filosofía en filosofía, de método en método, de
ciencia en ciencia, etc. y en 2500 años no han logrado resolver los asuntos
fundamentales del ser humano, sino mas bien los han ahondado. Llegando al
límite de la crisis actual en la que la sobrevivencia de la especie humana está
en peligro por actos del mismo hombre, algo que no se había visto nunca en toda
la historia humana. Hoy hay tal cantidad de bombas que podríamos desaparecer
casi todos.
REVOLUCION EDUCATIVA
En este sentido, de que sirve que el socialismo del siglo XXI
venga haciendo una “revolución educativa” construyendo establecimientos
educativos, con moderna tecnología, integrando a muchos sectores olvidados a la
educación, de incorporar a pueblos siempre marginados; pero cuya educación es
la educación de la matanza, de la discriminación, de la división, de la especialización.
Lo que significa que el remedio es peor que la enfermedad, y en ese caso es
mejor que sigan olvidados hasta que haya otra educación.
Máximo creen que hay que cambiar la metodología, los pensum,
las evaluaciones, sin que se den por enterados que el asunto central está en el
tipo y clase de conocimientos. Los cuales obedecen a los fundamentos
filosóficos fundacionales y estructurales que las configuran. Siendo ese el
asunto de fondo, en el que el dilema está entre una educación para la muerte y
una educación de la vida, en otras palabras entre la civilización para la
muerte y la cultura de la vida.
La izquierda al igual que la derecha cree en la civilización
de la muerte y quiere seguir destruyendo y contaminando la naturaleza. Y por
otro lado, todavía la sigue considerando medio de producción o valor de cambio,
lo que nos demuestra una visión cosificadora de la vida. Los primeros a
pretexto de salir de la pobreza y los otros para generar riqueza. En todo caso,
ambos coinciden en última instancia que eso es desarrollo, progreso,
mejoramiento, evolución, y solo se diferencian en lo que van a hacer con los
dineros de los recursos naturales. Y contentan a los ecologistas, diciendo que
no van a ser tanto daño a través de políticas sustentables y sostenibles. O que
después de que destruyan con ese dinero que obtengan van a volver a arreglar lo
que han dañado, pero luego de arreglar a los pobres (presidente Correa). Es
decir, nunca.
Si no lo creen, pregunten a Greenpeace, Care Internacional, American
Forest, Anima Naturis, etc. si alguien ha hecho algo verdaderamente en el mundo.
Pregunten cuantos de los países industrializados han sido capaces de firmar el
protocolo de Kyoto, y los que han firmado cuantos han cumplido con los
convenios y solo vienen diciendo que algún rato lo harán. O cuando hacen algo,
es para decir que algo están haciendo y que poco a poco irán haciendo más. Pero
quien se cree todavía ese cuento. Entonces, cuál es la diferencia de fondo que
establece el socialismo con el capitalismo? En el fondo, ninguna, solo a nivel
formal. Además, ese fue el mismo discurso hace 500 años cuando decían que
venían a culturizarnos y evangelizarnos para sacarnos del oscurantismo y de la
miseria
Los socialistas del siglo XXI argumentan que necesitan dinero
para sus obras sociales (educación, salud, bono), es decir, más recursos para aumentar
la dependencia, el paternalismo, el clientelismo, el mesianismo. Pero
supongamos que es loable esa idea del extractivismo. ¿Quiénes son los que van a
comprar todos esos metales? Las grandes transnacionales, las cuales a su vez
nos traerán nuevos productos o renovarán los mismos productos, conduciéndonos a
aumentar la dependencia y el consumismo. Todo ello a pretexto de insertarnos al
desarrollo y a las ventajas de la modernidad, pero que a la final toda la plata
de nuestros recursos naturales se irán a los bolsillos del gran capital.
Por otra parte, esa plata se irá en obra social que no es
rentable, pero la gran mayoría se irá en beneficio de quienes proveen esa obra
social, es decir, las empresas nacionales y las grandes transnacionales. Las
que a su vez recuperaran los dineros entregados a los Estados por las compras
de las materias primas, con lo que habremos perdido nuestras recursos y no se
habrá acabado la pobreza y seguirá el circulo vicioso. Tal como ha pasado con
el petróleo, bajo el mismo discurso del desarrollo y del progreso.
Otros dirán que van a generar materia elaborada o productos
finales para exportar. Pero, quienes pueden invertir en algo así? El gran
capital nacional y el transnacional, los cuales tendrán ganancias fabulosas
para ellos, migajas para el pueblo trabajador y bonos para los miserables. Y
así nuestros recursos naturales pasaran a la larga a hacerse capital de un
pequeño grupo que controla el mercado mundial, y no se habrá acabado la pobreza.
Simplemente el dinero para pagar la megaminería salió del gran capital, se dio
la vuelta y regreso a ellos mismos, y nosotros con una mano adelante y otra
mano atrás. ¡Viva la revolución ciudadana!
Por otro lado, ¿quiénes van a comprar esos productos? Los
países y personas ricas, con lo cual se sigue fomentando el consumismo y por
ende el efecto invernadero, y así un torbellino de nunca acabar. Ese el mismo
cuento de siempre, como el cuento del nuevo traje del emperador. Nos harán
creer que traen el capitalismo verde, el desarrollo local, el crecimiento
sostenible, y las nuevas teorías que se inventarán a medida que la situación se
complique más. Nos querrán poner nuevos trajes, cuando en el fondo estamos
desnudos pero nos harán creer que tenemos nuevos y más lindos trajes, y muchos
les creerán.
Es el pensamiento de la depredación, de la mecanización, de
reducción de las cabezas, el que nos ha conducido a la gran crisis total que
estamos viviendo. Todo esto no es producto solo del capitalismo o de una clase,
sino de toda una serie de principios, conceptos, métodos, tecnologías, que
están enmarcadas dentro de una misma ontología que es el estereotipo racionalista,
materialista, antropocentrista civilizatorio.
Ese es el gran embrollo para la
humanidad, si es capaz de dar un salto quántico o bosónico o algo más profundo
para redirigirse desde otros fundamentos y posiciones, para producir un
verdadero cambio estructural a un nuevo sistema y no un cambio dentro del mismo
sistema primigenio civilizatorio. No es solo cuestión de salir del capitalismo
y pasar al socialismo sino de saltar todos los parámetros monistas (monoteísmo,
monarquía, monopolio, monocultivo, monogamia, monoléctica, etc.) bajo los
cuales se asienta la civilización o la occidentalidad.
Para de esta manera acabar con el juego de pasar de un modelo
de derecha a uno de izquierda y viceversa. Así desde el esclavismo hasta
nuestros días, en que ahora le llaman capitalismo cuando es el moderno
esclavismo. No ha habido ninguna emancipación, ni liberación, ni cambio, solo
ha sido el paso a un nivel más sutil de esclavismo, con nuevos elementos,
tecnologías y categorías. Y nos hacen creer que ahora estamos más libres,
cuando por el contrario estamos mucho más dependientes, mimetizados,
robotizados, anoréxicos, bulímicos, etc.
OTRO PARADIGMA: ARMONÍA DE COMPLEMENTARIOS
Cuál sería la respuesta global para una salida a la crisis
total? Sencillamente la Cultura de la Vida, o Sumakawsay en Kichwa, o Ayurveda
en sánscrito, o Tao en Chino, o Filosofía en el griego presocrático, etc. Es
decir, una serie de diseños y principios comprobados, experimentados, y vividos
por miles de años por todos los pueblos de la Madre Tierra. Y cuáles son esos
principios? Sencillamente el principio de
las armonías y de los equilibrios. Eso es todo, así de simple y por ende de
profundo. La armonía de complementarios
es la sencilla, concreta y práctica realidad de cómo vive la naturaleza, es decir,
la vida. Al entenderlo así, todo cambia. Cambia la ciencia, la tecnología, la
educación, la epistemología, la hermenéutica, la axiología, todo. Al cambiar el
tipo de relación con la naturaleza, se cambia la medicina, la agricultura, la
justicia, la economía, la política. Las cuales ahora se estructuran y funcionan
desde otros fundamentos y dan origen a otro sistema, desde su raíz.
Pero para ello, no se trata solo de cambiar las normas y/o los
pensamientos “revolucionarios”, sino seguiríamos en lo mismo o nos
equivocaríamos en nuestro proceso de transición o de salto. El asunto de fondo
es un cambio de conciencia, el cual es mucho más allá que ideas o pensamientos
o normas, sino un hecho integral y sistémico que significa transformar la vida
desde sus raíces. No es cuestión de llegar al gobierno y desde arriba hacer las
revoluciones socialistas-redistributivas (izquierda) o tecnológicas-productivas
capitalistas (derecha), sino de remover desde los cimientos, permitiendo que el
pueblo se sane y se transforme a sí mismo en todos los órdenes.
Por ejemplo, si seguimos creyendo que alguien desde afuera y
desde arriba, llámese médico, psicólogo, curandero, terapeuta, va a sanarlos,
será seguir en lo mismo. Habrán algunas curaciones pero no sanaciones, la
curación es parcial y no va a la raíz, en consecuencia resurgirá de una nueva
manera. La sanación es en la fuente y ésta en el modo de vida. En este sentido,
de qué sirve la gran cantidad de infraestructura médica que está construyendo
la “revolución ciudadana”, si seguimos en la medicina para la muerte, y no
pasamos a una medicina de la vida.
Una medicina que se preocupa de fortalecer el sistema
inmunológico, de fortalecer las defensas, de cambiar la alimentación, de
modificar las creencias, de despertar la conciencia, etc. Dando prioridad a una
medicina natural, homeopática, bioenergética, osteopática, conciencial, etc.,
para enfocar la curación y la sanación desde otros lineamientos. Es decir,
necesitamos cambiar el paradigma de combatir (matar) el síntoma o la enfermedad
por el de ocuparse del enfermo y su tipo de vida. Esa la gran diferencia. Una
medicina preventiva de la vida y no una medicina sintomática para la muerte.
Un pueblo es más sano, no porque más se cura sino porque menos
se enferma. Cuando en una sociedad hay necesidad de más hospitales es porque es
más enferma. Y a eso le llaman desarrollo, a la cantidad de hospitales que
tiene un país. Cuando debería ser al contrario, medir por que la población
necesita menos atención médica porque está más saludable. Entonces, ¿dónde está
la salud? No en los medicamentos sino en el estilo de vida. Los millones de
dólares que viene invirtiendo este gobierno los podría destinar a educar e
incentivar otra vida, pero lo que hace este gobierno –a todo nivel-, es la
política de perfeccionamiento del sistema, no quiere cambiar el sistema sino
hacerlo más eficiente. La excelencia de ese sistema, será en que cada vez haya
más enfermos a quien atender y no en que disminuyan los enfermos. Y
consecuentemente habrá necesidad de construir más hospitales y así
sucesivamente.
Y lo mismo sucede en la justicia, una gran modernización del
aparato de justicia, una justicia ágil, pero una justicia que sigue
discriminando. Una justicia eficiente para seguir fraccionando a la sociedad.
No se está cambiando la justicia se está haciéndola más excelente, pero los
delincuentes seguirán aumentando, los casos de divorcio serán cada vez más el
pan de cada día, etc. Se resolverán los casos más rápido pero seguiremos en lo
mismo. Más justicia para unos pero que es injusticia para otros, al extremo de
que los socialistas del siglo XXI persiguen a los activistas sociales, al igual
como hacen los de la derecha. Tanto dinero para hacer una justicia de “edificios
bonitos” cuando la injusticia social sigue latente. Más abogados, más causas,
más sentencias, y a eso dicen “nuevo país”. Es decir, seguimos en lo mismo en
atacar (matar) el síntoma y no resolver la causa que origina todo. Y como
consecuencia será necesario más policías, más cárceles, más vehículos, más
armas, etc., ya que seguirán apareciendo más delincuentes y más problemas de
todo tipo.
Y la Asamblea seguirá haciendo nuevas leyes, seguirá creyendo
que así se resuelve los males de la sociedad, y no pasará nada, o es que en
algún lugar del mundo ha cambiado, hay algún ejemplo en el mundo. Lo único es
que han perfeccionado el sistema de control y de subsidios en Europa, para que
la gente esté relativamente tranquila y no proteste. Y un poco de migajas para
la clase media para que siga manteniendo y reproduciendo el capital. Y eso
ahora lo quieren hacer en el Ecuador y los demás socialistas en el mundo
entero. A eso le llaman desarrollo y modernidad, de izquierda o de derecha.
Necesitamos provocar un trastrocamiento total, una revolución
vital, que lleve a reordenar todo: otro ordenamiento territorial, otra
arquitectura, otra producción, otra tecnología, otra ciencia, otra familia… Es
decir, otra y diferente manera de pensar, de ser, de estar, de existir, frente
a la actual. Y para ello lo básico será una nueva educación, una educación de
la vida, una educación que despierta la conciencia, no para repetir teorías,
dogmas, creencias, de izquierda o de derecha. Una educación de autoeducación,
de activación de las potencialidades, de alumbramiento de los talentos ya
existentes, con un formato de características sinestésicas. Es decir, de partir
de que el conocimiento ya está en nosotros, de que nosotros somos el
conocimiento, que la sabiduría está en la vida. Todo lo contrario a la visión
actual en que se cree que el conocimiento está fuera de nosotros, en los
libros, en los otros países, en las teorías (visión dialéctica).
Todos los grandes maestros de todas las culturas del mundo lo
han repetido tantas veces pero no lo entendemos. Todos han señalado que ya lo
tenemos todo, que somos el todo y solo tenemos que reconocerlo, activarlo y
vivirlo. Si no somos capaces de comprender esto, no habrá cambio, no habrá otro
mundo, un nuevo sistema. Y eso se llama despertar de la conciencia, guiada por
la armonía como ley de vida. Y esto es el Sumakawsay, que no es el Buen Vivir de
los socialistas del siglo XXI sino el milenario Arte de Vivir en Plenitud o
Vitalismo Armónico.
ATAWALLPA OVIEDO
No hay comentarios:
Publicar un comentario