¿Quién inventó
la medicina, la astronomía, la matemática, la agricultura, etc.? ¿Fueron los
varones, las mujeres, o ambos, en igual proporción y medida? En la historia
oficial se nombra a una serie de varones como los inventores de una serie de
saberes, ciencias y técnicas, y en las que no hay ninguna mujer. Pero en las
tradiciones de Amaruka o Atlántida (nombres antiguos de América) y de otros
pueblos del mundo, se habla de que fue la mujer la que primero y quien más ha
aportado a la vida humana con una serie de tecnologías, conocimientos, y
sapiencias.
La vida del
ser humano -en diferentes períodos- discurrió por largos períodos en base a la
recolección y a la caza. El varón tenía esa función mientras la mujer se
encargaba de organizar la tribu, distribuir los productos, preparar los
alimentos, cuidar de los hijos, sostener el grupo familiar y demás actividades.
Mientras estaban parcialmente sedentarios en algún lugar, las mujeres agrupadas
y curiosas de su medio investigaban y estudiaban las posibilidades del entorno
para que la sobrevivencia sea más segura y aligerada. Mientras los varones
hacían de su vida el buscar los alimentos de un lado para otro, las mujeres
preocupadas por ciertas enfermedades buscaban formas de curación para lo cual
investigaban las propiedades de las plantas, de la tierra, del sol y surgió la
medicina. Mientras los varones buscaban nuevos métodos y mejores armas para
matar, las mujeres esperaban en el campamento y observaban el cielo,
contabilizaban los ciclos de la luna, los equinoccios y solsticios del sol, y
surgió la matemática y la astronomía. Mientras los varones seguían peleándose
con otras tribus por más alimentos, las mujeres encontraban raíces, tubérculos,
semillas y hacían injertos entre ellos, y nació la agricultura. Y así
sucesivamente.
Como
consecuencia de estos conocimientos y de su función de organizadoras y
reproductoras de la vida, tenían el reconocimiento de los varones. Por tanto,
ellas establecían y delimitaban el tipo de organización, distribución y
funcionamiento social, el cual era de tipo horizontal, circular, gregario,
complementario (igual sigue sucediendo en ciertas comunidades matriciales
sobrevivientes, por ejemplo las Musuo en el Tibet). Sistema que no era más
que un acoplamiento a lo que habían estudiado y asimilado de cómo funcionaba la
naturaleza, el cosmos, es decir, la vida. Sistema femenino o matricial que venía
engendrado desde su condición de madre dadora de vida, y en conjunción con todas
las formas parturientas de vida: la madre tierra, la madre cósmica (LA GRAN
MATRIA).
Pero este
sistema y tipo de relación con la naturaleza daría un gran giro con el
florecimiento acelerado de la agricultura, que provocaría una gran producción y
en muchos casos un exceso. Este fenómeno productivo desencadenará un gran cambio
que repercutirá en todos los órdenes de la vida humana, y que irónicamente se
irá en contra de sus inventoras, como también de ciertos hombres. Si bien la
recreación de la agricultura y primeras ciencias fue obra de la mujer, el
aprovechamiento y ventaja la sacarán los varones, y dentro de ellos un pequeño
puñado.
Desde
ahí, hace 6000 años hasta ahora no ha cambiado en nada la relación entre varones
y mujeres, y dentro de los seres humanos en general. El pequeño grupo de varones
que comenzaría a controlar la producción hace unos 5.000 años, sigue heredando y
reproduciendo uno tras otro el mismo esquema y la misma situación, solo
cambiando las formas, los medios y ciertas familias. La domesticación de las
plantas y de los animales, se convierte en el gran punto de inflexión o de
quiebre entre dos mundos contrapuestos e irreconciliables que se generaron, y
que paradójicamente ha terminado con la domesticación extrema de casi toda la
humanidad actual en su conjunto (sociedad anoréxica).
Al
momento que se perfeccionaron los métodos y técnicas agrícolas se generó una
mayor producción, la misma que abastecía a la población más de lo suficiente, y
que posteriormente provocará un gran cambio en la situación de vida de mucha
gente. En ciertas épocas y lugares, el excedente es guardado para épocas de bajo
rendimiento, pero luego sería aprovechado para sacar ventaja con otros grupos
tribales que tenían menos o que padecían alguna situación más desfavorable. Los
que tenían más producción, lograban mejor calidad de herramientas, más calidad y
cantidad de tierras, más poder, más control, más dominio a todo nivel. A partir
de aquí surge el aprovechamiento de los más aventajados que después provocará la
sumisión de los otros, lo cual conduciría a terminar con el milenario (500.000
años como mínimo) sistema matricial e instaurar un nuevo y totalmente diferente
(5000 años), que se mantiene hasta estos momentos.
LA
SOCIEDAD PATRIARCAL
Los
varones siempre preocupados de inventar armas más mortíferas y de
herramientas de producción más sofisticadas, en un momento se aprovecharán de
esa ventaja y paulatinamente irán tomando una mayor posición y asumiendo más
privilegios dentro de las tribus. Especialmente cuando el excedente se lo
comienza a intercambiar y posteriormente a comercializar. Actividades creadas y
efectivizadas por los varones, especialmente cuando se trataba de trasladarse
hacia otros lugares. Antes era el trueque de tipo femenino, pero con el comercio
de carga masculina surge paralelamente la moneda y la escritura, las cuales
tienen una impronta masculina y que dará inicio al negocio como forma de
acumulación de riqueza, y por otro lado, a la esquematización y cosificación de
la vida.
Estos
comerciantes se irán enriqueciendo y adquiriendo más canonjías, lo que se
traducirá en un poder desmesurado de ciertos varones. Los cuales se van
disputando el control de las tribus y en competencia con las mujeres, pero más
que todo con el sistema matricial de vida, en particular con la economía
femenina del trueque que no generaba mayor ventaja. La actividad comercial irá
tomando impulso y los varones irán controlando y centralizando la organización y
economía tribal hasta alcanzar el dominio pleno. El personaje más rico y
poderoso asumirá el rol concentrador y centralizador de “padre de la tribu”
(Patriarca). Los patriarcas se encargarán paulatinamente de trastrocar toda la
matriz del sistema matricial de organización y de concepción de vida, para
establecer una “patriz” de lo que sería el nuevo sistema patriarcal.
Este
nuevo sistema patrístico vendrá a convertirse en un modelo de lucha por el poder
económico, político y militar entre los diferentes Patriarcas que competían por
tener más territorio y más esclavos. Y el que va ganando se va convirtiendo en
semi-dios, siendo el representante religioso, militar, administrativo,
direccional… todo (pontifixes maximus). Y de esta manera, dándose inicio
a la etapa de guerras de conquista (cleptomanía) y domino de unos pueblos hacia
otros, y que no para hasta nuestros días. No se han encontrado vestigios de
grandes guerras y de armas sofisticadas en la época matricial. Solo se ha
encontrado referencias de guerras crueles y de violencia extrema a partir del
patriarcalismo. Actividad militar y lucrativa controlada y manejada
exclusivamente por los varones, y en que solo últimamente se han integrado
algunas mujeres a los ejércitos nacionales, demostrándose la carga masculina de
este proceso.
Algo
parecido ha sucedido a nivel religioso, pero contrariamente a lo militar o en
otras profesiones, las mujeres no han logrado cambios significativos hasta el
día de hoy, siendo el sector más retardatario el religioso. Y ello obedece a que
la religión fue (y es) el origen y sostén principal utilizado por los patriarcas
en todo este proceso: su supuesto “carácter divino” y en el que Dios mismo es un
varón y no una mujer.
Cabe
anotar, que en la misma Biblia se hace referencia a como el Patriarca Abraham,
practicaba los sacrificios humanos y su actitud discriminatoria hacia la mujer.
Lo mismo sucede con el Corán islamista y la Torá judía que son líneas que toman
como referencia fundamental al patriarca Abraham.
La Biblia Hebrea y Católica,
dicen: que la menstruación hace impura a la mujer y a todas las
personas y objetos que pudiere tocar durante siete días. El parto le
hace a una mujer impura durante siete días en caso de dar a luz un
varón y catorce días si da a luz una hembra, y que tras el parto, debe
permanecer en casa 33 días excluida del santuario (es decir, alejada
de la casa de Dios) si tuvo varón, y 66 días si tuvo mujer.
Y en el
Corán hay dos textos claros: uno dice que los hombres tienen un grado
superior sobre las mujeres, y por tanto son sus guardianes y
protectores. El otro dice que Dios ha destacado a unos sobre otros y de
aquí se ha llegado a la idea de que todos los hombres están por encima de
las mujeres. De todo esto se deriva que la principal obligación de la
esposa es contribuir al éxito del matrimonio, estar atenta al
bienestar del marido, no ofenderlo ni herir sus sentimientos. De ahí
se derivan el resto de sus obligaciones: obedecer, no permitir a
ningún otro hombre el acceso a la intimidad sexual ni estar sola en
compañía de otros sin el permiso del marido, para evitar los celos,
habladurías y sospechas. El marido también puede decidir que no
reciba visitas ni regalos de otros hombres y que no abandone la
casa...
Como
podemos ver, no hay gran diferencia entre cristianos, musulmanes y judíos, su
origen patriarcal los delata y todos ellos encubiertos por el mismo patriarca
monoteísta: Abraham. El peor mal que el palurdo patriarcalismo ha generado se
llama RELIGION, paradójicamente todo lo contrario a la espiritualidad de
características matrísticas, y que de alguna manera sobrevive en la sabiduría
primordial de la Cábala Judía, el Misticismo Cristiano y el Sufismo Musulmán.
Tanto es
así, que religiosos como Agustín de Hipona anotaba que la mujer sola por sí
misma, no es la imagen de Dios. Y para Tomás de Aquino, ella está de forma
natural sujeta al hombre, pues en el hombre predomina la razón.
La
investigadora Marija Gimbutas en su obra “El lenguaje de la Diosa” señala que
hay vestigios muy antiguos donde se perciben restos de culturas complejas que no
tenían fortificaciones y en las que no se observa el uso de armas apropiadas
para guerras entre humanos. Hubo un período larguísimo de diez mil o más años en
la historia de la humanidad en que se mantuvo el culto a la sacralidad de lo
femenino. Luego en forma repentina, se da un cambio. En este cambio los dioses
masculinos, celestiales, se imponen por encima de los femeninos, cuyas
características se asociaban a la tierra, el agua y la maternidad.
“La
regeneradora-destructora, supervisora de la energía cíclica, personificación del
invierno y madre de los muertos, pasó a ser una hechicera de la noche, dedicada
a la magia que, en tiempos de la inquisición, era considerada como discípula de
Satanás. La destronización de esta diosa verdaderamente formidable, cuyo legado
fue trasmitido a través de mujeres sabias, profetisas y curanderas –que eran las
mejores y más valientes mentes de aquella época-, está manchada de sangre y es
la mayor vergüenza de la iglesia cristiana: la caza de brujas de los siglos XV
al XVIII fue un acontecimiento de los más satánicos en la historia europea,
llevado a cabo en nombre de Cristo; la ejecución de las mujeres acusadas de
brujas ascendió a más de ocho millones y, la mayoría de ellas, colgadas o
quemadas, eran, simplemente, mujeres que aprendieron la sabiduría y los secretos
de la diosa de sus madres o abuelas.
En 1484,
el papa Inocencio VIII denunció en una bula papal la brujería como una
conspiración contra el santo imperio cristiano, organizado por el ejército del
diablo y, en 1486, apareció el manual de los cazadores de brujas, el malleus
maleficarum (el “martillo de las brujas”) que se convirtió en una indispensable
autoridad para el terror y el homicidio (...). Este período puede jactarse de
haber sido el de mayor creatividad en el descubrimiento de instrumentos y
métodos de tortura. Este fue el comienzo de peligrosas convulsiones de gobiernos
androcráticos que, 460 años después, llegaron a su cenit en la Europa del este
de Stalin, con la tortura y asesinato de cincuenta millones de hombres, mujeres
y niños.”
Así
mismo, Leonard Shlain en "El alfabeto
contra la diosa" observa que la
fecha en que este cambio se produce, coincide con la invención y maduración del
alfabeto, y a su vez con la aparición de religiones que proponen el culto a un
dios masculino y relacionado con el cielo (sobrenatural). La fecha en que esto
ocurre en Mesopotamia (hoy Iraq e Irán) se ubica hace unos cuatro mil quinientos
años. Y cuenta Shlain que a medida que se impone la idea del dios masculino
declina y desaparece la idea de la sacralidad de lo femenino y, lo que es más,
lo femenino empieza a demonizarse, es decir, se van formando ideas que la
asocian con lo negativo.
Y también
cuenta que al tiempo que se desacraliza lo femenino y se ensalza la magnitud y
la sacralidad del dios masculino, decae la suerte y el estatus de las mujeres y
de la naturaleza. Aparece también la idea de propiedad y se entablan guerras
para establecer territorios; es también entonces que comienza la era de
conquistas y de imperios que se van expandiendo por todo el mundo, y
concomitantemente la consumación del sistema patriarcal-vertical-separatista,
hasta nuestros días (lógica masculina).
“Este
dualismo expresaba el encuentro entre los indoeuropeos nómadas invasores
de Grecia, desde el 2000 antes de Cristo, que llegan con sus dioses celestes
bajo Zeus, un dios solar de la luz y la tormenta, y los mediterráneos,
que veneraban divinidades de la tierra y del infra mundo, en la figura de
diosas de la fertilidad y dioses de la naturaleza, aglutinados en torno a la
Gran Madre. Estas religiosidades se expresaban en instituciones sociales. La
religión patriarcal se proyecta en un orden social de tipo
aristocrático-guerrero, políticamente monárquico y estructurado en clases, como
en la India. La religión matriarcal se proyectaba en postulados más bien
democráticos pues el hombre se auto interpretaba más como hijo de la Gran Madre
y, por tanto, entre ellos se organizaban como hermandades.” (Javier Medina en
Mirar con los 2 ojos)
LA
DESMATRIALIZACION
Los
patriarcas fueron un fenómeno exclusivamente de lo que hoy se llama Oriente
Medio. Los cuales alcanzaron un gran poder y un inmenso territorio como fue la
antigua Mesopotamia, desde lo que hoy es Afganistán hasta más allá de Siria y
Turquía. Los patriarcas irían cada vez alcanzando más poder y privilegios hasta
autoconsiderarse enviados de dios, a medida que acumulaban más poder e iban
desmembrando al sistema matricial, para hacerlo más centralizado y
estratificado.
Para
ello, tuvieron que anular a la mujer y a todo lo femenino o asociado con la
feminidad o matrialidad. Las primeras descabezadas fueron las diosas (Hera,
Inanna, Pasifae, etc.) para solo dejar a los dioses masculinos. En Grecia, “La
diosa Esperanza, pues, es la diosa del origen y del buen pasado. Todavía, en
latín, pasado se dice perfectum. Por el contrario, el tiempo, en la naciente
mentalidad patriarcal, afirma el futuro, como desligación del pasado y del
presente. El símbolo del círculo se desdobla, por así decir, en una línea recta
que se desboca hacia lo desconocido y que es representada en la lucha y victoria
de Zeus sobre los hijos de la Madre Tierra… Zeus, el Gran Padre, funda su nuevo
ordo cósmico resemantizando las funciones de la Gran Madre. Ahora él es el
fertilizador de la tierra a través de la lluvia. Se van sustituyendo las
funciones. El tiempo matriarcal es entendido como desordenado, caótico. El
patriarcal como ordenado; a eso se llamó cosmos. Caos / cosmos.” (Javier
Medina en Mirar con los 2 ojos)
Luego de
las diosas serían las mujeres las perseguidas, a quienes se les impuso una serie
de privaciones y obligaciones, como por ejemplo la ablución del clítoris, el
matrimonio forzado, y el código de honor, por medio del cual los varones estaban
facultados hasta matarlas, acusándolas de traición, adulterio, desobediencia,
etc. Reglas que se mantienen hasta la actualidad en buena parte de la Madre
Tierra, es decir más de 3.000 años de “castigo” a la mujer por su pecado
venial.
Posteriormente les impondrían vestidos que les cubrían totalmente y solo
dejando una ranura para poder mirar. Y así cada vez, nuevas y más crueles formas
de vejación contra la mujer, como en la época de la inquisición europea en que
muchas sabias mujeres fueron exterminadas bajo el argumento de que eran brujas.
Para de esta manera ir cortando todo su poder y su presencia, y finalmente
queden tan solo como un objeto de reproducción, de placer y de quehaceres
domésticos. (Algo que continúa hasta nuestros días, aunque con ligeros
cambios).
En la
Biblia se dice que la mujer es la culpable de que el hombre haya sido expulsado
del paraíso, siendo ella y la serpiente (la naturaleza) los responsables de los
males de la humanidad. En base a ello, la mujer debe ser sumisa al varón, y por
otro lado, decretándose en el génesis el dominio de la naturaleza, que era otra
expresión arquetípica de la feminidad conocida como la Madre Tierra en la
mayoría de culturas. Desde ahí se empezó el exhaustivo proceso de depredación de
la naturaleza hasta los extremos en que hemos llegado actualmente. Y
paralelamente se desdibujo a la sexualidad como un acto de pecado, bajo el
argumento de que representaba la tentación del diablo hacia los hombres débiles.
La corporalidad fue minimizada como una forma de fragilidad a quienes respondían
a la vida con su cuerpo (sensaciones) y no utilizaban la “cabeza fría”
(racionalismo).
Pero lo
que también se exterminó en los varones y no solo en las mujeres, fue su
expresión intuitiva y perceptiva bajo el argumento de que eran expresiones de
irracionalidad y sentimentalismo. De esta manera amputándose el cerebro derecho:
analógico, creativo, integrativo, espiritual, etc. Para dar exclusividad a un
cerebro compartimentado, logicista, analítico, divisorio, y generaría una
sociedad mecanicista, materialista, racionalista, reductivista. Sociedad
desmembradora y aislacionista que ha terminado en los actuales días en una
sociedad banal, frívola, superficial, robótica, bulímica y hikikomori. Con lo
cual, la aniquilación del sistema matricial ya casi ha sido expoliado totalmente
en el mundo entero, tan solo sobreviviendo en ciertos grupos “aislados” o “no
contactados” que todavía no se “integran a los beneficios de la civilización y
la modernidad, y siguen en estado salvaje o primario”.
La
característica fundamental del sistema matricial es su integralidad e
interrelacionalidad, propio del cerebro femenino –como ha sido comprobado
científicamente. Como así mismo el cerebro masculino, que es de tipo divisorio,
separatista, estratificado, cuantitativo, de ahí que su modelo de sistema
social, productivo, económico, religioso siga estos mismos diseños. Sistema
patriarcal que se ha ido perfeccionando para extirpar toda forma comunitaria,
asociativa, solidaria, respetuosa; e implantar un molde individualista,
egocéntrico, egoísta, parasitario. Sistema totalmente piramidal, de ordenamiento
vertical, en que todo queda centralizado en un solo personaje, el cual acumula
todos los poderes, condiciones y capacidades.
LA
MONARQUIA
El
patriarcalismo a medida que se fue consolidando fue absorbiendo todo dentro de
él. Incluso los dioses masculinos que al principio eran varios fueron
desapareciendo hasta quedar uno solo, dando origen al monoteísmo. Y
concomitantemente todo lo demás, cada expresión de la vida debía ser: uno,
único, uniforme, universo, y demás monismos omnipotentes que fueron apareciendo
y siguen apareciendo en nuestros unitarios días. Del monoteísmo vino la
monarquía paralelamente, donde los patriarcas pasaron a denominarse monarcas o
reyes, bajo el argumento de que tenían virtudes (virtud viene de viril)
celestiales y eran enviados del único Dios. Los patriarcas ya no eran los padres
de un pueblo sino de imperios, de inmensos territorios, de millones de esclavos,
y su majestad era inamovible e irrefutable.
Como
consecuencia de este monismo, posteriormente vendría un torbellino de monismos a
diferentes niveles y situaciones. Por ejemplo la instauración de la monogamia,
en ciertos lugares, ya que en otros monoteísmos como el islámico hasta ahora
existe la poligamia. Aunque sobrevive en algunos grupos judíos y cristianos,
como los mormones y la iglesia de Jesucristo de los últimos días. Incluso ésta
fue una táctica de los patriarcas para tener más control y en subyugación a la
mujer, procediendo a estimular a los varones para que tengan más esposas y así
establecer una contrapartida con la poliandria.
Pero
luego el imperio romano lo prohibió, pues de acuerdos a sus costumbres debían
tener una sola esposa pero tolerando el concubinato y la prostitución (algo
que subiste soterradamente hasta el día de hoy). Antes –al menos- era
abierto y claro, hoy es a escondidas y con engaños para la esposa. Y así en
muchas cosas se manifiesta la misma hipocresía patriarcal, moralista y
prejuiciosa, en la que todo es negocio: prostitución, sex-shop, modelaje. Todos
ellos inventos masculinos, cuando convirtieron a la mujer en objeto sexual de
placer y de reproducción. Hecho que no ha cambiado mayormente hasta la
actualidad.
La
historia del patriarcalismo y del monarquismo es la historia de la ampliación y
perfeccionamiento del monismo o de lo monódico, a través del monopolio, del
monocultivo, de lo monocular, y de todos los monismos que podamos imaginar.
Diferente al paradigma matricial que era multiverso, multipolar, pluricultural,
interpersonal, transconciencial, tetrádico. El pensamiento monista hábilmente se
ha ido ramificando, en algunos casos frente a los cambios sociales, adoptando
ciertos nombres pero guardando el concepto primigenio. Presentándose con una
careta anti-monista pero detrás de ella su verdadera presencia. Hoy se presenta
multicolor pero cuando se quita el disfraz es monocolor, especialmente cuando
está en juego su supervivencia como tal. Y todos sabemos que ese monocolor es lo
blanco, considerado como lo más bello, inteligente, saludable, puro, pacífico,
divino, sagrado...
Nada es
casualidad, el racismo es otro de los matices del patriarcalismo monárquico
civilizatorio, bajo el criterio de que son la “raza elegida” por dios para
gobernar el mundo. ¿Cuáles son los prototipos del “individuo ideal” de hoy en
día? Blanco, hombre, adulto, varonil, delgado, católico, universitario,
empresario. O como dice Javier Medina; “es serio, eficaz, sin sentimientos
aparentes, inteligente, racional, pragmático, positivo, cortés; sólo cree en lo
que se puede comprobar empíricamente. Cree que el objetivo de la vida es crear
riqueza; su ética se reduce a propiciar una justa redistribución de la misma e
igualdad de oportunidades, para que todos puedan comprar. Este “Tipo Ideal” es,
obviamente, premiado por el sistema. A él se le adjudica los más altos puestos.”
Y todo aquel que no responda a este molde simplemente es inferior,
subdesarrollado, tercermundista, atrasado, homosexual, ateo, indígena, rebelde,
terrorista, comunista, desviado, paria… Si viajamos por el mundo entero, las
vallas publicitarias y los spots publicitarios en la televisión están
personificados por hombres y mujeres de características arias. Todo cumple una
función, nada es ingenuidad.
La
monarquía (gobierno de uno) en esencia se mantiene en las denominadas
repúblicas, que en realidad son monorepúblicas. Sistema en el cual un solo
personaje llamado presidente decide la vida de millones de seres humanos. La
división en tres poderes, solo ha sido la manera de generar nuevos aparatos de
represión y de control para seguir sosteniendo y consolidando el mismo sistema,
que antes tenía una pata y ahora tres patas, por lo que se volvió más sólido
después de la caída de los reyes. Aunque sus “libertarios” buscaban lo
contrario, creyendo que solo había que cortar las cabezas de los reyes, cuando
había que cortar las raíces de toda la institucionalidad monódica civilizatoria
creada por el patriarcalismo y la monarquía.
De ahí el
fracaso de la izquierda y de todas las experiencias libertarias,
independentistas, emancipatorias, revolucionarias, guerrilleras, que solo se han
quedado en cortar arriba y no han cortado abajo, es decir, no han sembrado en el
mismo pueblo sino que solo han querido desde arriba generar los cambios.
Y
mientras sigan soñando desde arriba se toparán con que las ideas bonitas de un
monocerebro (cerebro izquierdo masculino) que no tiene pies con que caminar y
expandirse. No podrán entender que no hay camino de perfeccionamiento del
capitalismo hacia el poscapitalismo sino que el poscapitalismo es el camino. O
en palabras de ellos, que no hay camino al socialismo sino que el socialismo es
el camino, que no hay un modelo hacia el sumakawsay sino que el sumakawsay es el
camino, el modelo, la técnica, el medio, todo. Mientras no entiendan esto, se
darán una y otra vez con el mismo zapato.
Mientras
no entiendan que el poder monopólico y oligopólico viene de la estructura
monódica, simplemente se pasará al otro lado del mismo esquema y nada habrá
cambiado, como fue la experiencia del socialismo real. “La famosa “conciencia
socialista” de los países de Europa Oriental no era tal, sino una gran máscara
que ocultaba la esencia occidentalista de estos países.” RV Se quedarán solo en
combatir a las ramas derechas pero luego el tronco y las raíces monódicas y
geocéntricas recrearán nuevas y más sofisticadas formas de perpetuación.
Mientras no entiendan que sus modernas ramas se llaman democracia, libertad,
desarrollo, crecimiento, justicia, paz, partidos políticos, seguirán en el mismo
juego creado por el patriarcalismo. “Como sabemos la historia del Desarrollo ha
consistido básicamente en tratar de introyectar este concepto en la mente y vida
de los amerindios, antaño a través de la evangelización, hogaño a través de la
capacitación, la transferencia de tecnología y el financiamiento de proyectos de
desarrollo. Ante la inoperancia de este intento, medido en la pobreza que
produce y en la pertinencia del intento: casi 500 años, Mario Torrez sugiere que
“para evitar errores es mejor adecuar el saber y modo de pensar occidental al
nuestro”.” Javier Medina en Mirar con los 2 ojos
Y las
posmodernas y las que vendrán solo se revisten de nuevas y coloridas imágenes
pero que es lo mismo en el fondo, y hasta aparecerá en ciertos casos roja como
el rábano pero adentro seguirá siendo blanca patriarcal, monárquica,
civilizatoria, racional, material y mecanicista. Incluso hoy aparecerá como
intercultural, pero será intercultural dentro del molde patriarcal establecido,
por lo que será un anacronismo antes que una verdadera integración. Podrá ser
una intercivilidad dadas sus estructuras piramidales, más no una
interculturalidad cuya participación implica una acción y actitud
horizontal.
Nuestra
historia moderna es la historia de ciertos presidentes que han hecho a su antojo
lo que han querido, y a lo cual lo llaman democracia. Y se contentan con
“pasarse la pelotita” de vez en cuando para hacerle creer al pueblo que hay
cambio (demócratas y republicanos, socialcristianos y socialdemócratas). Y los
demás cómplices del mismo jueguito, como espectadores aplaudiendo a quienes
imponen las reglas y a los que juegan para entretenerlos. Tal como es el futbol
-que tampoco es una casualidad más- sino que cumple esa misma función, la de
entretener y desviar la atención del pueblo para que no se frustren tanto y
puedan desahogar sus amarguras. Y hay izquierdistas que lo celebran y ensalzan,
poniendo al futbol (otro deporte inventado por el hombre) como modelo de fiesta
popular, y no pueden ver lo que hay detrás de esa trampa. Y lo que hay es
manipulación de la conciencia y no deporte, la forma sutil de adormecer a los
pueblos, desde la religión hasta los últimos jueguitos electrónicos inventados
por el patriarcalismo. Aunque algunos dirán que ahora las mujeres también ya
juegan al fútbol, y que en algunas iglesias ya hay sacerdotizas y
obispas.
En este
sentido, la izquierda sigue siendo patriarcalista, androcentrista,
antropocentrista, materialista, dialéctica, verticalista, piramidalista. ¿Acaso
sus organizaciones (incluso la de los movimientos indígenas) son horizontales,
circulares, comunitarios, cíclicos, complementarios, vitalistas, integrales,
holísticas?. Ninguna de esas izquierdas cuestionan estos elementos, máximo se
quedan en el problema de clase, del capital y hasta de la colonialidad, pero de
ahí no pasan. Incluso el mismo concepto de lucha de clases es un concepto
patriarcal, al creer que la vida se mueve por la lucha de dos fuerzas o
posiciones. En la visión matricial, la vida y todo funciona por la armonía de
contrarios, su accionar está guiado por los equilibrios y no por la
partidización a un extremo de derecha o de izquierda. Cabe precisar que el
denominado “centro” es la supuesta intermediación pero a igual que el mestizaje,
la interculturalidad y toda forma de eclecticismo o de hibridación pueden ser
más degenerativos que los extremismos, como los populismos y los caudillismos
que mas bien obnubilan y no ponen claridad entre las posiciones y porque en
última instancia fortifican al sistema que les ampara. Por el contrario, lo
matricial respeta la diferencia, la variedad, la contradicción, lo antagónico, y
lo complementa a todo nivel. A su vez, lo patriarcal combate a todo ello y busca
la homogenización, la cuadratura, la linealidad, la exclusividad, es decir, la
anulación del otro, la muerte de lo opuesto. Todo lo cual nos ha conducido al
suicidio colectivo en que hoy vivimos.
Qué
izquierda ha reivindicado la matrialidad, que no es el feminismo, el cual solo
es el otro lado del machismo. El propósito del feminismo es igualarse a los
hombres, ser como los hombres, tener los mismos derechos que los hombres,
trabajar como los hombres, vestirse como los hombres... La matrialidad en su
raíz es el replanteamiento de toda la carga y estructura patriarcal,
cuestionando de fondo a los postulados y patrones atomizadores de todo el
androcentrismo subyacente.
Un cambio
verdadero y estructural implica cambiar desde su raíz todas las instituciones
creadas por el patriarcalismo geocentrista, el cual sigue imperante con nuevas
formas y medios. Solo nuevos ropajes y cada vez más sutiles pero guardando la
misma “patriz” que la provocó y en ablación de toda la matriz y matricialidad
de la vida, de la naturaleza y de los seres humanos. Creyendo que el problema es
simplemente de pasar a la izquierda cuando nuestro cuerpo tiene 2 manos, 2
piernas, 2 cerebros, 2 ojos, y funciona armónicamente cuando hay equilibrio
entre ellas. Si hoy solo funciona un cerebro, qué mundo puede crearse desde un
cerebro a medias, amputado y debilitado.
“He aquí,
pues, el retrato robot de una civilización basada, por un lado, en el Uno
masculino, producido por la desmatriarcalización filosófica del mundo animista
mediterráneo, y, por el orto lado, basada también en el otro Uno, patriarcal,
creado por la patriarcalización teológica del mundo animista semita. Ambos dan a
luz una civilización unidimensional que termina privilegiando la sola polaridad
de la Economía (forma secularizada de la Teología patriarcal) que segrega al
“equivalente general de sentido”: el Dinero: Karl Marx (forma secularizada de
los antiguos dogmas fundamentalistas) que equivale, exactamente, al otro
Equivalente General de sentido: YHWH.” JM2
FEMINIZACION DEL MUNDO
La mujer
debe volver a recuperar su poder femenino, a despertar su feminidad, a limpiar
toda la carga masculina que porta, para recrear una ciencia femenina, una
tecnología femenina, una organización femenina, un pensamiento femenino, una
filosofía femenina. Es ley de la vida que todo acto de creación y procreación
debe venir de la mujer y de todo lo femenino o matricial. Todo acto de invención
tiene que tener la impronta femenina (cerebro derecho). La mujer debe volver a
dirigir la familia, la comunidad, la sociedad, la economía, las ciencias. Para
ello debe sanar todo el machismo impuesto, sanar a la Eva maltrecha, a la puta
en que le convirtió el hombre, a la doméstica que cría a los hijos, etc.
Debe
rehacer un nuevo hogar, que tampoco es como sostienen las feministas, reclamando
simplemente igualdad de derechos dentro del hogar patriarcal. Lo que hay que
generar es un hogar matricial, en el que la mujer recuperé para el hogar, el
barrio y la comunidad la mayoría de actividades humanas: la educación, la
recreación, la investigación, la producción, la espiritualidad, etc. No es salir
y dividirse en el mundo de los varones sino que los varones deben regresar a la
familia, a la casa, al hogar, al barrio, a la comunidad. Sino seguiremos
dividiéndonos más y cada vez más, a través de hogares fragmentados, con hijos
abandonados, con una la familia ampliada descuartizada, con una comunidad
solitaria y desguarnecida, con barrios despersonalizados e impávidos entre
vecinos.
Eso
implica generar otro mundo, con otra organización territorial, administrativa,
arquitectónica, educativa, económica, todo. Evidentemente en equilibrio y
armonía con los hombres sino sería dar la vuelta y seguiríamos en lo mismo, tal
como es la dicotomía entre la izquierda y la derecha, que son las dos
expresiones del mismo molde sistémico. Necesitamos feminizar cada una de las
expresiones de la vida, para poder pensar, sentir, intuir desde otra
perspectiva. Para que lo femenino tenga su expresión económica, política,
artística, científica, y solo en esa medida nuestro cerebro integrado se
activará y se abrirá a cumplir una otra misión en este mundo.
La mujer
debe volver a ser mujer (y el varón a ser varón y no un macho), reactivando la
intuición, la percepción, la creatividad, la sensibilidad, la sacralidad, para
que renazcan las maestras, las sabias, las chamanas, las sacerdotisas, las
sanadoras, y sea posible una otra humanidad. No se trata de que las mujeres
participen y se integren al mundo patriarcal, para decir que ahora la mujer
cumple su rol, sino que tiene que participar con su condición y especificidad
matricial, para equilibrar y armonizar el mundo piramidal, antropocéntrico,
depredatorio que nos viene asfixiando. Las abuelas de tradición dicen que ha
llegado ese tiempo, que ya están dadas las condiciones para que renazcan, solo
tienen que tomarlo, asumirlo e irrigarlo hasta que estén frondosas en el nuevo
jardín de la Madre Tierra.
Todo está
listo para que las mujeres se matrialicen y reencaucen el mundo patriarcal para
poder dar un salto a un mundo en armonía, respeto y amor con la madre
naturaleza. Y eso empieza reconociendo a nuestra madre la tierra para sanar la
idea de que fuimos expulsados de un puntapié del Jardín del Edén. Para darnos
cuenta que la Tierra es el paraíso, que siempre estuvimos en ella, que nunca nos
votaron y así volver a mimarla como la diosa Gea, Gaia, Tonatzin, Pachamama.
Es el retorno
de la matria, de la feminidad, de lo sagrado, de lo fecundo, de la fertilidad,
de la belleza, de la majestuosidad. Ese es el desafío de todos, pero
principalmente de las mujeres, ellas tiene que rehacerse para criar nuevos niños
dentro de su vientre, con otra carga energética y conciencial, con otros
principios y categorías, los cuales deben estar guiados por una conciencia
matricial. Es decir, una conciencia integral, sistémica, vital, de armonía de
los complementarios incluyentes. Esa la conciencia del nuevo tiempo, de otra
humanidad, de otro mundo.
Atawallpa Oviedo Freire
MOVIMIENTO VITALISTA ANDINO
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