Las grandes culturas que se reconocen actualmente, no solo
han dejado grandes obras materiales que reflejan un alto conocimiento de una
ciencia en particular, sino que detrás de esas ciencias o técnicas existieron
una serie de saberes que se entretejieron en algo más profundo que es la
conciencia ampliada. Hoy se hace hincapié y se determina la capacidad de un
pueblo por su nivel de información y de conocimientos adquiridos, antes se lo
hacía por el nivel de sabiduría y de espiritualidad despertada o activada. Hoy
importa más la tecnología o lo formal (tecnomórfico), antes lo consciente o lo
esencial (sabiduría).
Las culturas milenarias que superviven hasta ahora,
elaboraron o sistematizaron una serie de principios a medida que se fueron
internando en la naturaleza, y a medida que la conocían más se daban cuenta de
lo poco que sabían. Cada vez que profundizaban en la sabiduría de la naturaleza
eran más conscientes del poder limitado del cerebro humano para conocerla
verdaderamente, mientras más la conocían más insignificantes se sentían y por
ende más respetuosos de las mistéricas de la naturaleza. Hoy sucede todo lo
contrario, los científicos creen conocer la naturaleza y se sienten superiores
a ella. Creen que pueden dominarla y lo único que han conseguido es más virus,
más enfermedades, más dependencia, más soledad. Frente al límite al que ha
llegado la ciencia oficial y de todo el mecanicismo reinante en el período
denominado civilización, están renaciendo las culturas primordiales o sabias
que se formaron en miles de años y que no pueden perecer, y si es que
perecieran sería consecuencia de la autodestrucción total del ser humano.
Mientras las culturas vitales tienen más de 5000 años de actualidad y siguen
vigentes, la civilización o sociedad monarquiteista tiene apenas 2000 años y ya
se encuentra en decadencia o degradación.
EL AYURVEDA
La cultura védica e hindú a todo su pensamiento y
sentimiento lo sintetizaron en el término AYURVEDA,
palabra ésta que viene del sánscrito y que significa conocimiento de la vida, Ayus:
vida y Veda: conocimiento. Los Vedas
son el acervo de sabiduría de los más antiguos de la Tierra y que sigue vigente
en la mayoría del pueblo Hindú. El Ayurveda
reúne la sabiduría de los antiguos maestros de la India, que iniciaron su
tradición muchos siglos antes de que se construyeran -por ejemplo- las
pirámides egipcias, la cual ha sido transmitida de generación en generación
principalmente por vía oral y también escrita en el denominado libro sagrado de
los Vedas: los Upanishads. El Ayurveda
se práctica desde hace más de 7000 años en la India y su campo está orientado a
todos los ámbitos de la vida: médico, espiritual, matemático, astronómico,
agrícola, etc. “El principio rector del Ayurveda establece que la mente ejerce
una influencia profunda sobre el cuerpo y que para vernos libres de enfermedad
debemos conectar con nuestra propia conciencia y equilibrarla, para luego
extender ese equilibrio al cuerpo.” Deepak Chopra, en Salud Perfecta.
EL TAO
La inmensa nación de la China tiene varias tradiciones,
siendo el Tao y el Zen las más reconocidas y que resumen los principales
fundamentos de su concepción de vida. Su
origen se lo calcula como mínimo hace 7000 años y se postula como principales
compiladores a Lao-Tsé, Fu-Shi, Sheng-Nung. Algunos dicen que la palabra Tao es
intraducible pero hay otros que dicen que significa “camino”. Sin embargo se ha
especulado otros conceptos: Lo absoluto, La realidad última, El orden cósmico
total, Lo inmutable. El taoísmo se refiere a la esencia primordial o al aspecto
fundamental del universo; es el orden natural de la existencia, que no puede
ser nombrado, en contraste con las incontables cosas "nombrables" en
las que se manifiesta.
El Tao es el «camino de la naturaleza» o «camino de los
cielos». Los sabios como Lao-Tsé y Confucio predicaban el abandono del camino
personal, para seguir -en su lugar- el «gran camino». El Tao es el principio
que ordena el incesante flujo de cambio, siendo ese el origen de todo. El
cambio es el flujo constante del ser al no ser, de lo posible a lo real, del
yin al yang, de lo femenino a lo masculino, y viceversa. El símbolo del tao,
llamado taijitu, está constituido por el yin y el yang confluyendo en un
círculo. Debido a esto, también es la constante que abarca todos los aspectos
de la realidad, por lo que en este sentido se lo puede comparar con el concepto
de Totalidad. El concepto totalizador del Tao sirve para definir el «orden
natural», que el taoísmo propone como el funcionamiento armónico de la
naturaleza, siendo así el Tao el ejemplo a seguir que los taoístas toman para
aplicarlo a los diferentes aspectos de la vida.
LA FILOSOFIA
La cultura griega antigua -particularmente la cultura Jonia-
recolectó toda la sabiduría ancestral de lo que hoy se podría llamar el “lejano
occidente” (Grecia, Turquía, Siria…) en lo que los Milesios (Tales, Anaximandro
y Anaxímides) llamaron FILOSOFIA, palabra ésta que posteriormente sería
redefinida y popularizada por Platón. Término que viene del griego y significa sophos:
sabiduría y philos: amor, lo que podríamos traducir como Amor a la Sabiduría, o
también como la Sabiduría del Amor. En la Filosofía se sistematizó la
percepción de la realidad de estos pueblos que vivieron frente al Mar
Mediterráneo por miles de años. También tenían una visión cósmica vitalista y
su sabiduría estaba en relación a su nivel de profundidad con la naturaleza.
La sabiduría del amor (filosofía) de los griegos tiene más
de 5000 años de antigüedad, aunque hace 2500 años tomaría otro giro con los clásicos (Sócrates, Platón, Aristóteles…) quienes transformaran la
ancestral Filosofía en la civilizatoria Logología, al rebasar la sabiduría
(sophos) en racionalismo puro (logos). El logos griego al unirse con el derecho
romano y con el dogma semita configuraron la denominada civilización
occidental, de posición mecanicista, lógica y reduccionista. Sin embargo la
siguieron denominando Filosofía pero dentro de otros contextos de la original y
milenaria sabiduría.
E incluso, posteriormente seria auto declarada como la única
y universal ciencia, con lo que perdió todo su amor a la sabiduría para
convertirse nada más que en pura técnica y formalismo. “La definición
etimológica revela dos aspectos que en la concepción moderna (posrenacentista)
casi desaparecieron totalmente: filosofía tiene que ver con amor y sabiduría.
El primer aspecto enfatiza una pasión, un compromiso, un sentimiento profundo, una
conmoción existencial, o hasta podríamos decir: una fe (aunque no en sentido
religioso común). Y el segundo aspecto subraya el nexo necesario con la
experiencia vivencial, la madurez personal, la riqueza experimental, la
meditación profunda e incondicional.” Josef Estermann, Filosofía Andina.
EL SUMAKAWSAY
El mundo andino o del tawantinsuyu también configuró la rica
manifestación de su sabiduría en lo que se ha denominado “la cosmovisión andina”
pero que lo más apropiado es circunscribirlo a un nombre propio, existiendo
varios -como igual en las otras culturas- según la época o la región o la
proyección: Tawantin, Amawta, Yachay, Kapak, Sumakawsay. Siendo esta última la
que podría sistematizar o circunscribir a las anteriores, y que significa Vida
Plena o Vivir en Plenitud.
El pueblo andino se guía en su sabiduría por una relación
concreta, directa y práctica con la naturaleza, la cual ejerce una función
vital para su pervivencia y desenvolvimiento. El ser humano andino o runa
existe para ser un engranaje más entre todos los miembros de la naturaleza y su
propósito accionario es estar en armonía y equilibrio con ella en cada acto y
manifestación de la vida. El rasgo fundamental del Sumakawsay es la
relacionalidad, al entender que todo es relación y que el tipo de relación
determina el tipo de vida de cada grupo humano. La sabiduría andina del Sumakawsay
o Vivir en Armonía establece como fundamento de vida a la “armonía de
complementarios” como la conciencia ampliada de estar en correspondencia y
reciprocidad con las leyes de la naturaleza de la realidad y la realidad de la
naturaleza.
El sumakawsay es el camino de la vida plena, entendiendo
como plena a la totalidad interrelacionada, no a la totalidad absoluta
(totalitarismo) sino a la simbiosis en que se expresan cada uno de los seres de
la vida en su coparticipación recreativa. Es decir, cada ser existe en la
medida del otro, nadie es independiente o libre sino que todos están porque
existen los otros, y fruto de ese acoplamiento se recrea la vida infinitamente.
Siendo ese el propósito humano el ser capaz de compaginarse más estrechamente
con la naturaleza para vivir a su ritmo y cumplir el destino humano de expandir
su conciencia hasta estar en una totalidad consciente.
Sus principios de vida están en activar o encender a la
sabiduría de los elementos de la naturaleza que vive en cada ser humano. Es
entrar en el poder de la creación para convertirse en recreadores de su propio
destino. Es fluir en la ley de la vida para ser ella en forma consciente, es
decir, que no camina por una ética o una moral sino por el conocimiento y el
manejo interiorizado de las leyes de la naturaleza. El ser andino no crea leyes
humanas sino que intenta acoplarse a las leyes del infinito para estar en la
infinitud de la conciencia despierto totalmente.
Y así otros pueblos, que a su sabiduría la llamaron Tolteka,
Nawi Ollin, Tantra, Sufi, Kabala, etc., y que al final todos dicen casi lo mismo
o tienen la misma sabiduría, y que en última instancia es la sabiduría de la
creación, la naturaleza sabia. A diferencia de la etapa denominada
civilizatoria en donde han habido tantos dogmas y teorías, las que han tenido
tan solo un pequeño suspiro de existencia y desapareciendo casi inmediatamente.
Ninguna de estas creencias han perdurado, como sí lo han hecho las sabidurías
perennes de muchos pueblos en todos los rincones del planeta. Por algo será.