Por Atawallpa Oviedo Freire
El gobierno nacional está haciendo grandes inversiones en
obra pública, pero el asunto de fondo es cómo y para qué se están invirtiendo
esos recursos, y lo que vemos es que no están dirigidos a fortalecer y ampliar el
Sumak Kawsay, sino a introducir más del modernismo desarrollista del primer
mundo en crisis, con parafernalias indígenas, ecologistas y culturales. No se
está buscando utilizar las tecnologías y metodologías andinas sino introducir
más del tecnomorfismo por una serie de tecnócratas formados en Occidente, “que
como escribía Jean Paul Sartre en la introducción a Los condenados de la tierra
de Franz Fanon, repiten como eco lo aprendido en París o Londres. Elites
ilustradas neocoloniales, fieles a los imperios de turno que se distancian de
su propio “pueblo” y que lo utilizan como rehén de su política dependiente.” (1).
¿Cuántos técnicos están trabajando con epistemologías,
ciencias y filosofías andinas? La respuesta es casi nada, por no decir cero.
Por ejemplo, el correismo viene construyendo una serie de “escuelas del
milenio” y “universidades del bioconocimiento” (Yachay, Artes, Educación), con
una gran infraestructura y una gran tecnología. Lo cual a primera vista parece
plausible pero el problema está en que estos institutos siguen respondiendo a
la lógica, estructura y pensamiento eurocéntrico. Todo está diseñado y sigue la
misma pauta curricular y pedagógica colonialista del dualismo del primer mundo.
Es decir, es neocolonialismo puro.
Fácilmente se puede reconocer desde el tipo de construcción
de los establecimientos hasta lo que se va a enseñar y quienes lo enseñarán,
los cuales son al 100% formados en universidades piramidalistas, que presumen
de maestrías y de PHDs del cientificismo cartesiano. Pero, si bien “la ciencia
moderna ha desarrollado una capacidad enorme para la acción pero no una
capacidad análoga para la predicción, las consecuencias de la acción científica
tienden a ser menos científicas que la acción científica misma” (2), y que en
el caso de la ciencia de los pueblos primarios es parte fundamental en su
manera de percibir y de construir su realidad.
Estos nuevos centros de adoctrinamiento no tienen ninguna
diferencia con los más altos centros de la epistemología eurocentrista, lo
único que tienen de andino es el nombre y con eso quieren convencer de que
están caminando por el Sumak Kawsay. Por ejemplo, le ponen el nombre de yachay sin entender la connotación que
esta palabra imprime, la cual comprende que el conocimiento es inter-relacional
como así sugiere la palabra yachay
que puede ser leída de izquierda a derecha y viceversa. Típico folclorismo de
Izquierda, cuando les sale algo del indio que llevan en su ser ya que están
alimentados por la energía andina, aunque su mente siga en Occidente.
Si querían hacer otra universidad, dentro de otras
características y con epistemologías del sur, simplemente debían destinar los
millones de dólares que están derrochando en la Yachay, entregándoselas a la ya
existente Universidad indígena Amawtay Wasi. Centro que fue creado con mucho
esfuerzo y en medio de un gran proceso de estudio y de reconstrucción de la
sabiduría milenaria de los pueblos andinos. Pero el Correismo en vista de que
no se ajusta al esquema del conocimiento eurocéntrico pretende eliminarla,
demostrando claramente su proyección neo-colonialista y anti-andino, por lo que
la utilización y manipulación de la palabra Yachay
es otro anacronismo de esta izquierda occidentalizada.
Lo que ejemplifica claramente que el discurso del Sumak
Kawsay es un membrete que funciona como carnada para que los peces mueran por
su propia boca, es decir, los indígenas se colonicen de una vez por todas. Aquí
vale reflexionar con Boaventura de Sousa Santos: "La universidad se centra
exclusivamente en el saber científico. Hay que traer el saber popular para
dentro de la universidad. Esto lo llamo extensión al revés. No es llevar la
universidad para afuera, es traer lo que está fuera para adentro. Y eso
obviamente es muy complejo porque nuestros programas de estudio fueron
organizados en contra de la ecología del saber. Por eso de alguna manera tendremos
durante algún periodo transicional que crear la contra-universidad dentro de la
universidad, y quizás ustedes estén interesados en ese proceso"
(Boaventura de Sousa Santos, conferencia Descolonización Epistemológica del
Sur, UACM, 11 de octubre de 2013)
Y algo parecido está sucediendo con las denominadas
“comunidades del milenio”, en que no se está consolidando a las comunidades
vivientes dentro de sus propias formas culturales, axiológicas y ontológicas de
vida, sino construyendo nuevas reservas como las que hicieron los ingleses con
los indios norteamericanos. Es decir, se están destruyendo las formas
ancestrales y haciendo un experimento con ellos como en los campos de
concentración nazi, aunque no a un nivel de genocidio pero si de etnocidio. Los
habitantes de la amazonia fueron los últimos en ser colonizados y son el vivo
ejemplo de lo que sucedió hace 500 años en toda Amaruka (América), por lo que
es claro que estas nuevas reservas son la extinción de las verdaderas
comunidades y su sistema comunitario de vida en acción directa e
interrelacional con el cosmos viviente, y ahora encerrados en cuatro paredes y
en medio de libros desérticos.
Los pueblos originarios ni siquiera son consultados si
quieren vivir en “cárceles de cemento”, y simplemente les dicen que eso es
desarrollo y progreso, de lo cual se convencen algunos. En dichas reservas no
se guarda nada de su conocimiento y de sus formas propias, pues para esta
Izquierda vivir en armonía con la naturaleza es vivir pobremente. La Izquierda
los ve a los indígenas “como requiriendo la acción civilizadora o modernizadora
por parte de quienes son portadores de una cultura superior para salir de su
primitivismo o atraso. Aniquilación o civilización impuesta definen así los
únicos destinos posibles de los otros. (3)
Las escuelas y universidades del milenio son para silenciar
y terminar con el conocimiento de la selva, una sabiduría almacenada de miles
de años que está extinguiéndose y que el correismo pretende dar la estocada
final. Los abuelos lo saben pues los jóvenes ya no creen que sirva su propio
conocimiento, él único válido es el conocimiento occidental, es más, algunos
prefieren ya no hablar sus idiomas nativos. Todo ello bajo “el supuesto de la
existencia de un metarrelato universal que lleva a todas las culturas y a los
pueblos desde lo primitivo, lo tradicional, a lo moderno. La sociedad
industrial liberal es la expresión más avanzada de ese proceso histórico, es
por ello el modelo que define la sociedad moderna. La sociedad liberal, como
norma universal, señala el único futuro posible de todas las otras culturas o
pueblos. Aquéllos que no logran incorporarse a esa marcha inexorable de la
historia, están destinados a desaparecer.” (3)
Paradójicamente la Derecha prefería mantenerlos a los
indígenas “ignorantes” y como consecuencia se mantenían sus conocimientos
ancestrales, irónicamente la Izquierda y la Centro Izquierda les han querido
“educar” y han terminado sucumbiéndose sus sabidurías y por ende sus formas de
vida. ¿Quiénes han sido más nefastos para los indígenas, la Derecha o la
Izquierda? Los que intentan ayudar
son más peligrosos que los que apoyan
a enraizar en sus propios procesos. La Izquierda salvadora, paternalista,
mesiánica es la peor de todas, por más que sus intenciones sean otras.
Lamentablemente es la mayoría de la Izquierda, por no decir toda ella. Y lo
mismo podemos decir con los indígenas marxistas al interior del movimiento y la
cultura indígena. En este sentido, la Izquierda que habla de interculturalidad debe
hacerse la siguiente pregunta: “¿de qué forma resulta posible construir un
diálogo multicultural, cuando diversas culturas fueron reducidas al silencio y
sus formas de concebir y conocer el mundo se han vuelto impronunciables? En
otras palabras, ¿de qué manera se puede lograr que el silencio hable sin que
necesariamente sea el lenguaje hegemónico el que hable o el que le permita
hablar?” (4)
Demostramos una vez más, que lo único que está haciendo esta
Izquierda es introducirle al Ecuador a lo más avanzado del pensamiento
logocrático, tecnomórfico, hedonista y bulímico del piramidalismo decadente y
que nos ha conducido al cambio climático. Sin comprender que es el primer mundo
el que ha generado la crisis y quieren resolverla con otras formas de
primermundismo, cuando las respuestas están en las epistemologías del sur o del
cuarto mundo. O como decía Einstein: “No podemos resolver problemas pensando de
la misma manera que cuando los creamos.” En los mismos EEUU y Europa hay
quienes cuestionan a todo el posmodernismo cartesiano y abogan por otra ciencia
y tecnología menos positivista y reduccionista, por “ej., la fenomenología y la
ecología, ya mencionadas, la agroecología, algunas teorías de complejidad, la
biología relacional de Maturana y Varela, la etnografía de modelos locales de
naturaleza, el Budismo, algunas corrientes filosóficas de la
inmanencia/diferencia, como la obra de Deleuze y Guattari, algunas teorías de
redes auto-organizadas, algunos enfoques decoloniales, y quizás algunas
perspectivas anarquistas, entre otras.” (2)
Mientras algunos científicos del primer mundo ponen como
ejemplo de vida, sabiduría, ciencia, y tecnología a las culturas ancestrales
vivientes, otros buscan eliminarlas. Mientras unos van a aprender humildemente
(aunque no faltan quienes quieren patentar), el correismo quiere ponerse a la
cola del cientificismo dualista que ya viene siendo cuestionado por las
ciencias relacionales y las ciencias de la complejidad. En eso, los primeros
conquistadores fueron más inteligentes ya que conservaron y siguieron
utilizando las técnicas y metodologías productivas andinas, dado los grandes
beneficios que ellos otorgaban, pero los actuales son más papistas que el Papa.
Hoy en día, solo ciertos científicos, antropólogos, médicos, ambientalistas… se
esfuerzan por aprenderlos y registrarlos, antes de que esos saberes sean
aniquilados por el desarrollo y el progreso del primermundismo.
El mismo Correa lo dice: "Ojalá muy pronto tengamos centenas de chicos de nuestro pueblo shuar estudiando en las mejores universidades del mundo, para que sin perder su identidad vengan a sacar adelante a sus comunidades", (Telégrafo 04-09-13). Pero en esos institutos, de aquí y de allá, los alumnos indígenas no solo que van a perder su identidad sino que también van a ser domesticados, como la mayoría de ecuatorianos que han sido -y son- enajenados en las escuelas repetitivas, memorísticas, alienantes del Ecuador colonial y republicano, cuya formación nos han conducido a la pobreza cultural y económica en que vivimos desde la invasión española. El correismo no llega a comprender que “los conocimientos modérnicos son limitados para iluminar caminos ante la crisis social, ecológica, y cultural actual y, por el otro, que los conocimientos pachamámicos son vitales para ello. Esto también es una condición histórica. Una forma intuitiva de entrarle a esta proposición nos la da Boaventura de Sousa Santos al afirmar en una de sus obras que estamos enfrentando problemas modernos para los cuales ya no hay soluciones modernas.” (2) No hay soluciones modernas desde el eurocentrismo sino desde los pueblos milenarios que son poseedores de conocimientos profundos sobre los ciclos de la naturaleza. Ellos están preparados, el hombre civilizado está indefenso frente a la crisis ecológica.
(1)
Enrique Dussel, Transmodernidad e
Interculturalidad
(2)
Arturo Escobar,¿”Pachamámicos” versus
“Modérnicos”?
(3)
Edgar Lander, Ciencias Sociales, Saberes
coloniales y eurocéntricos
(4)
Boaventura de Souza Santos, El fin de los
descubrimientos imperiales